sábado, 13 de diciembre de 2008

‘Pico’ con profundo respeto: Alan Jara Urzola

En el segundo ingreso de esta bitácora, titulado “Acerca del blog”, tuve la oportunidad de presentar la carta de navegación de esta serie de escritos, muchas veces inconexos entre sí, pero con un enlace fundamental que es la justicia, en diversos ámbitos, pero principalmente desde la óptica jurídica. Advertí que quienes pertenecemos al no tan selecto grupo de “peleólogos”, en ocasiones recurrimos a ataques de conciencia que nos obligan a realizar un acto positivo, o al menos, de reconocimiento por la labor positiva de alguien más.

En mi caso particular, siendo un plumífero de corazón, he considerado que de vez en cuando de ‘picos’, en contraposición a los habituales ‘picotazos’ que aquí se materializan. Desde el día en que escribí ese segundo ingreso, a hoy, he quedado en deuda de dar un ‘pico’ absolutamente merecido a una persona que lastimosamente ha carecido del acceso a este blog, pero más aún, ha carecido del acceso del cariño familiar al que todos tenemos derecho por el simple hecho de existir.

Me refiero al exgobernador del departamento del Meta (Colombia), Alan Jara Urzola (foto). Intentaré exponer mis razones brevemente, con miras a finalmente escribirle unas palabras de aliento a este valiente hombre, víctima del secuestro en Colombia.


Imagen tomada de: http://www.elcolombiano.com

En primer lugar, debo admitir que el simple hecho de padecer el secuestro y no enloquecer, es digno de ser admirado. Sin embargo, el caso de Alan Jara, contiene una serie de elementos muy particulares que siempre me han impactado. Los invito, a manera de ejemplo, a revisar este artículo publicado en el diario El Tiempo el 17 de enero de 2008, en donde muestra de manera palpable el coraje y el humor que mantiene Jara a pesar del secuestro. Particularmente, resalto dos aspectos muy importantes de este artículo.

En primer lugar, rescato el hecho de que siga creyendo en el deber ser del Estado, como un romántico del derecho que encuentra en los principios y en los fines del Estado, la razón de ser de toda la estructura que hoy tercamente denominamos Estado. No lo rescato porque lo comparta sino precisamente por todo lo contrario. Él, que ha sido objeto del abandono del Estado, privado de su libertad por grupos al margen de la ley (ley que teóricamente garantiza la convivencia pacífica), y utilizado como rating por los medios de comunicación, sigue creyendo en este deber ser. Lo rescato porque a pesar de su desesperanza, cree fielmente en aquello por lo que trabajó. Es lección de vida para mí, quien por mucho menos que eso, he perdido la fe hace mucho tiempo en el Estado y en el derecho. Yo que creo que nos mentimos descaradamente unos a otros en nuestros hogares, nos mentimos desde las instituciones, y nos mentimos para acceder a estas últimas. Jara, que es símbolo de la injusticia humana, me incita a creer en ella, cuando ella lo ha abandonado.

Probablemente su férrea o tal vez ingenua convicción de que el deber ser puede llegar a gobernar el ser nunca llegue a convencerme de nuevo. Es posible que en adelante nunca vuelva a pensar en la justicia como fuera concebida por los romanos. Quizás en vez de buscar la justicia al levantar el velo de la ignorancia, como diría Rawls, siga creyendo que nos aprisionan dentro de un velo al que los poderosos etiquetan como justicia. No obstante nuestra distancia conceptual, su templanza y determinación deben ser más que loadas por quienes seguimos creyendo que los principios existen y deben gobernar nuestras vidas.

Otro aspecto debo rescatar de lo que leyera en ese artículo alguna vez. Me refiero al ejercicio del rol paterno en cautiverio, y cómo transmitir el amor a los seres cercanos, cuando precisamente ya no se encuentran cercanos. Lo importante no es en sí la forma en que intenta mantener contacto con su hijo, sino la lucha por ser humano y por mantener aquellas bellas que tiene la vida. Me refiero a la amistad, al amor, a la risa, al conocimiento. No olvidaré cuando escuché a algunos de los antiguos secuestrados, militares policías, relatar cómo el señor Jara les enseñaba idiomas, bromeaba con ellos y los mostraba razones para seguir adelante. Esto mismo volvió a mi mente cuando leí de qué manera a la distancia intentaba seguir instruyendo a su hijo, estableciendo retos, dándole valor a sus gustos, y cómo intentaba, mediante un pequeño lazo elaborado con las hierbas de la zona, mantener contacto físico pero virtual, con su esposa.

Hoy, mucho tiempo después de su secuestro, época para la cual confieso que Alan Jara Urzola me era un absoluto desconocido, como tal vez lo es hoy para muchos de los que leen estas líneas, me inclino ante su valor y le propino un merecido ‘pico’. Quienes me conocen personalmente saben que respeto mucho a las personas que son excelente profesionales, en cualquier oficio en el que se desempeñen. Sin embargo, respetaré mucho más a quien antes de procurar ser buen abogado, o buen contador, o buen electricista, hace todo lo posible por ser una buena persona. El reto, para quienes actualmente poseemos la libertad de medios para poder seguir en nuestro camino de ser cada vez mejores profesionales, es ser personas de bien, y de la mano procurar cada vez ser mejores profesionales.

En esta vida, nos encontraremos con personas de toda clase, y normalmente todos tenemos una tendencia instintiva a pensar que lo mejor que alguien puede ser o hacer, es aquello que somos o hacemos nosotros. Por regla general, el ego nos tiende esas trampas. Merecerá siempre un pico quien ante la adversidad del mundo, y ante la adversidad que proviene de nuestro interior, se engrandece para sobrepasar el obstáculo y simplemente buscar ser mejor, sin creerse el mejor. He conocido en esta vida muchos idiotas inteligentes (estilo Forrest Gump o Austin Powers), pero lamentablemente he conocido a muchos más inteligentes idiotas (estilo Dr. House o Truman Capote).

Para el caso específico de los abogados, les recomiendo que lean este ingreso del blog de Alberto Bovino, “No hay derecho”, que a su vez nos remite a este ingreso del blog titulado “Perspectiva A-DN”. Aunque el texto es enteramente en inglés, rescato el aparte donde se dice:

“Any second-rate scholar can have an opinion, however ignorant or confused, about the merits of someone’s work, and express that opinion in an e-mail to a colleague elsewhere. Now imagine that same ignorant or confused opinion broadcast to thousands: that is what blogs make possible. Indeed, blogs do more than that: they make possible the repeated and systematic broadcast of non-expert opinions, opinions that can then be picked up and amplified by other non-expert blogs.”

Versión traducida por Gaviota:

“Cualquier académico de segundo nivel (entiéndase ‘de pacotilla’) puede tener una opinión, sin importar qué tan ignorante o confundida sea, acerca de los méritos del trabajo de alguien más, y expresar esa opinión en un E-mail a un colega en otra parte. Ahora imaginen esa misma ignorante o confundida opinión transmitida a miles: esos es lo que los blogs hacen posible. En efecto, los blogs hacen más que eso: hacen posible la repetida y sistemática transmisión de opiniones no-expertas, opiniones que pueden luego ser recogidas y amplificadas por otros blogs no-expertos.”

Esa es la naturaleza humana “at its finest” (en su más fino nivel). Me disculpo por tanto inglés, pero es mejor dar una respuesta in english a una bofetada in english. Podríamos argumentar los iletrados que escribimos blogs, y que no estamos autorizados por nadie para decir nada, que si uno quisiese considerarse un académico de primer nivel, probablemente debería ser lo suficientemente apto para manejar un blog, y lo suficientemente generoso, para compartir la información, porque de eso se trata esto. Si no lo hace es porque o no es hábil o no es generoso, caso en el cual la etiqueta de “primer nivel” podría ponerse seriamente en duda.

Leer eso me recordó por qué hago lo que hago, y por qué abrí este blog. También me recordó por qué sigo el blog “Dura Lex” de una persona “autorizada”, que critica la forma de enseñanza por parte de los “autorizados”. Recordé que mi escenario era el del vuelo contra la corriente de idioteces inteligentes que escucho, contra la fetidez de la injusticia, y por personas que merecen compartir su alegría y su conocimiento con cuantos quieran, como mi homenajeado Alan Jara Urzola.


Imagen tomada de: http://blog.bioethics.net

Probablemente Alan Jara no habría escrito tantas sandeces al mismo tiempo, como el señor Brian Leiter (foto). Probablemente él no habría reaccionado de una forma tan visceral e irracional como yo. Probablemente son estas las clases de personas que requerimos en el país y en el mundo para detener guerras en vez de propiciarlas. “No hay nada más cierto”, me dirían los griegos en sus obras. Precisamente por mis falencias enfrentadas a las virtudes de Alan Jara, es que me siento moral y legalmente obligado a exaltar su imagen y su figura desde este modesto espacio, esperando que algún día pueda conocer acerca de estas palabras. Para cuando ese día llegue: “señor Jara, lo invito a un café”.

3 comentarios:

Alberto Bovino dijo...

Estimado amigo alado:

Creo que el enlace que quisite hacer a mi blog es:

http://nohuboderecho.blogspot.com/2008/12/censura-en-los-blogs.html

Muy buen post. Saludos,

AB

Gaviota dijo...

Voy a revisar el enlace, porque tal vez me equivoqué. Gracias por la corrección.

Un abrazo.

Gaviota dijo...

Apreciado Mr. Cow,

El enlace creo que estaba bien. Tal vez es porque coloqué dos enlaces diferentes. Uno al artículo específico, y uno a la página inicial de tu blog. De todas formas, si falla, volveré a revisar el tema.

Gracias por la preocupación.

Saludos.