martes, 26 de agosto de 2014

Fábula 4: "El tejón y la miel"

Reinaba el silencio en el bosque de la abundancia,
Sin preocupaciones, respirábase una serena fragancia.
Nada ni nadie por fuera del equilibrio y el balance,
Todos cooperando para que la alegría a todos alcance.


La serpiente dormía, bebían los alces y marchaba la rata.
El sol y la brisa a las quebradas y a la hierba su ímpetu espicha.
La lección que vendría, al tejón le saldría más que barata,
Por pretender con su enojo generar a todos gran desdicha.

Reían los bichos pues la mañana a ello invitaba.
Mas el tejón con su amargura al bosque llegaba.
Los bienhumorados intentaban al amargado alegrar,
Mas su difícil carácter fue imposible cambiar.

Pasando veloz muy cerca de un inmenso panal,
El tejón tuvo una idea para a los demás fastidiar.
Untarlos a todos de pegajosa miel, ¡Oh idea banal!
Y garantizar que todos al punto se fuesen a bañar.

Sobre ellos derramó la densa miel y todos se untaron.
Para él era pegante, para los demás un rico manjar.
En el bosque de la abundancia las risas crecieron,
Más en otro lado el tejón por su ira se dejó arrastrar.
Los unos de deliciosa miel estar cubiertos agradecieron,
El otro del ataque de abejas le correspondió evitar.

Que bella enseñanza nos deja esta historia.
El tejón y su miel quedará en tu memoria.
Lo que para uno hoy es una afrenta a la multitud,
Motivo de alegría será para otro, así como de gratitud.
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miércoles, 30 de julio de 2014

De la ética del deporte en el derecho

Esta entrada se subdivide en 5 partes.  Las primeras 4 partes corresponden a micro-anécdotas deportivas recientes.  Ninguna se encuentra conectada con la otra desde el punto de vista causal.  La quinta parte corresponde a una reflexión personal acerca de lo que podemos aprender de estas anécdotas en el mundo del derecho.

1. La apropiación del triunfo de Nairo y Rigoberto.

Finaliza la contrarreloj, y al finalizar la misma, Nairo Quintana se asegura el triunfo en el Giro d´Italia. En una demostración de preparación y estado físico, el boyacense logra extender su liderato sobre Rigoberto Urán, quien días antes se hubiera alzado con la otra contrarreloj individual, sobre el favorito para alzarse con la competencia, Cadel Evans.  Con esas muestras de entrega y lucha, los colombianos Quintana y Urán finalizaron la competencia en un 1-2, lo que constituye un hito para el deporte colombiano.

En una muestra de oportunismo político sin igual, miembros del Gobierno empiezan a atribuirse gran parte del mérito de lograr que este tipo de circunstancias se den a nivel mundial.  Sin dar demasiados detalles acerca de cómo es que el Estado colombiano habría ayudado o apoyado a estos deportistas, se exalta el apoyo del Gobierno al deporte, y de un momento a otro, el acto heróico de un par de individuos pasa a convertirse en una acción de Estado.  Algunos, incautos y crédulos, le dan crédito a estas versiones.

2. Nuestra medallista olímpica sigue pedaleando a la gloria.

En un mundo que hasta ahora empieza a sacudirse de lo que ha sido la gran actuación de Colombia en el Mundial de 2014, hay personas que no dejan de seguir preparándose para triunfar.  El ejemplo es el de Mariana Pajón, caempeona olímpica colombiana, quien en Rotterdam (Holanda) ha demostrado nuevamente su condicion de campeona.  Tras su triunfo, en una muestra de sencillez y de patriotismo, le manifiesta a las cámaras "Y era gol de Yepes", refiriéndose al polémico gol que le fuera anulado al capitán de la Selección Colombia ante el combinado de Brasil.


Imagen tomada de: www.elespectador.com

16 medallas que la ratifican como "la mejor" permitirían que esta colosa del deporte asumiera una actitud prepotente y displiscente frente al resto de la humanidad.  Sin mucho bombo, sin mucha prensa, Mariana decide darse a sí misma el tiempo que requiere para volver a triunfar, y luego, como el más fiel y dolido hincha de la selección, bromea con algo que nos identifica a muchos de sus paisanos.  Un ser humano excepcional, antes que una deportista fenomenal.  Combinados, la hacen quizá uno de los mejores ejemplos de lo muchos quisiéramos poder ver más a menudo en nuestro mundo.

3. "Yo no fui".

En varios partidos del Mundial de fútbol Brasil 2014, dos situaciones se dieron que plantearon serias discusiones acera de la ética profesional de quienes en ellos se vieron involucrados.

Arjen Robben, en el partido contra México, se lanzó varias veces en el área, buscando que se le pitara un penalti a favor suyo. La maniobra no le había dado resultado, pero faltando escasos minutos para que el partido finalizara, en una polémica acción que muchos consideramos que no fue penalti, desequilibró un partido que había sido todo para México.  Al final, Holanda terminó venciendo a los mexicanos con dos goles sobre el final del encuentro, uno de los cuales derivó del polémico penalti.


Imagen tomada de: http://depor.pe

El otro incidente que conviene destacar y que se produjo en la tercera fecha del Grupo D, un necesitado equipo urugayo, se enfrentaba también a un necesitado equipo italiano. Ambos requerían de un triunfo para avanzar a cuartos de final.  En el transcurso del partido, el famoso delantero uruguayo Luis Suárez, estrella de su selección, decidió que era conveniente morder a un defensor del equipo contrario.  Tras hacerlo, el uruguayo también cayó al piso y fingió no haber hecho nada.  El árbitro del certamen, quien aparentemente no vio nada, no tomó medidas disciplinarias en el partido, y como resultado final del partido, Suárez y su equipo avanzaron a la siguiente ronda, y eliminaron al cuadro italiano.

4. Lo contrataron para dar resultados y no para hacer amigos

Lo que recientemente le ha pasado a Jorge Luis Pinto, colombiano (santandereano) entrenador de la Selección de Costa Rica en el mundial de fútbol, reitera algo que ha vivido más de un caudillo, dictador, césar o emperador a lo largo de la historia.  Mientras las cosas funcionaban y el equipo rendía, el hombre era un amado líder, o cuando menos, no había moros en la costa.  Terminado el torneo, y cuando nada más había que obtener de él, ya podrían deshacerse de él como a bien tuvieran.
 
El otrora exitoso entrenador y hoy detestable ser humano se ha caracterizado por ser un hombre muy difícil, complicado en el trato, entre otras cosas.  En su defensa, el entrenador manifiesta que él no firma contratos para volverse amigo de los jugadores o de los dirigentes, sino para dar resultados.  Se siente traicionado por sus colaboradores en la Selección, y pasó de héroe a paria en Costa Rica.
 
5. ¿Y esto para donde va, o qué tiene que ver con el derecho?

El derecho es una ciencia social, o al menos eso nos dicen a quienes nos hemos adentrado en su estudio.  En teoría, eso implica que la profesión del derecho implica conocer el deber ser para construir normas que hagan que la sociedad converja cada vez más con ese ideal.  Quienes hemos de aplicar la norma (los abogados), independientemente del rol que juguemos en los procesos, en las asesorías o consultorías, debemos igualmente procurar optimizar la norma que tiende hacia el ideal, para que el ser de la sociedad, se aproxime en la máxima medida posible a ese deber ser que se ha servido de punto de partida para este ejercicio.

Cada uno de los cuatro casos atrás señalados son cuatro casos en los que se puede ver la ética del ser humano y la ética del profesional en diferentes escenarios.  El sacrificio individual para el regocijo colectivo son ejemplos que Nairo, Rigoberto y Mariana nos brindan con toda claridad.  La diferencia fundamental entre uno y otro caso es que en el primero, por ser el ciclismo un deporte de conjunto, el oportunismo político mostró una de sus facetas más comunes.  Nos muestra con claridad el enfrentamiento entre el que a través del esfuerzo logra cumplir sus objetivos, y la ética de aquél que a través de los otros, pretender hacerlos propios cuando poco o ningún mérito tiene respecto de ellos.  En el derecho, hay mucho abogado aprovechado, bien sea de sus clientes, de sus amistades, de sus contrapartes, o de sus colaboradores.  Estas rémoras del derecho, siempre tienden a confundirse entre los esforzados, y muchas veces pasan por ser también ellos profesionales esforzados y dedicados.  Sin duda, hacen su trabajo bien (el de figurar) pero son incapaces de servir de medio para hacer prevalecer los derechos de otros (el trabajo de abogar).
 
Los ejemplos de Robben y Suárez nos muestran a unos tremendos profesionales (porque ambos son grandes jugadores) que ante la tentación de mentir, eludir la regla para obtener un provecho profesional, lo han hecho.  Lo hicieron, y obtuvieron el provecho deseado.  ¿Valió la pena hacerlo? Sin duda sí.  Lo mismo podrían responder aquellos abogados que pagan por ganar casos, que corrompen para obtener el contrato, o que amenazan para evitar oposición.  Es la ética de la ilegalidad, del facilismo, la ética del atajo.  ¿Está eso mal?  Desde un punto de vista estrictamente axiológico, parecería que sí, pero desde un punto de vista pragmático, parecería que no.  Y cada vez vemos más de los segundos...

Por último, el caso de Jorge Luis Pinto plantea un verdadero "caso difícil" del derecho.  ¿Quién obró bien y quién obró mal en ese caso? ¿Acaso lo fue el tirano que a partir del maltrato y terrorismo se hacía obedecer, y que una vez dejó de ser indispensable fue desechado? ¿Acaso lo fue el oprimido que aguantó mientras el mal jefe lograba los resultados deseados por todos y que luego se cansó de soportar y aprovechó para acabar con un gobierno injusto?  ¿Cuál de los ejemplos es el que habría que resaltar?  Personalmente, creo que ninguno, porque estamos ante un ejercicio de análisis de ética profesional, no un análisis de utilitarismo deportivo.  Tan criticable es la actitud de aquél que cree que lidiar con un grupo de jugadores no es lidiar con un grupo de seres humanos y los trata como "cosas útiles", como la del "oprimido" que de manera hipócrita simula estar bien cuando no lo está, y ante la primera oportunidad de ser desleal y traicionar, lo hace.  ¿Cuántos abogados no deambulamos por la vida y por el ejercicio profesional tratando al cliente como un proveedor de dinero y nada más, o que miramos al juez y al fiscal como un idiota al que temporalmente me toca obedecer y adular?  ¿Cuántas veces no hemos sido el Pinto de nuestra relación profesional, abusando de compañeros y subalternos?  ¿Cuántas veces no hemos querido tener el poder de relevar a ese Pinto al que he tenido que obedecer en siliencio, para luego alegrarnos de haber podido sacarlo de la pero manera posible?

El ejercicio de la ética, no es un ejercicio en abstracto, se trata de un ejercicio "situacional".  No se es buen o mal deportista en abstracto.  El deportista lo demuestra en cada momento de su preparación, de la competencia, y de la interrelación con los oponentes.  Del mismo modo, el ejercicio de la ética en derecho no es un ejercicio en abstracto.  También es un ejercicio "situacional".  El juez no es justo por ponerse una toga, ni tampoco lo es el fiscal que dice haber cumplido con los requisitos de ley para tomar decisiones, sin haberlo hecho.  El abogado litigante o consultor tiene obligaciones con sus clientes, con sus contrapartes, con los operadores jurídicos y con su profesión.

Apreciados colegas, tengamos en cuenta que dependiendo de lo que hagamos y cómo lo hagamos, seremos vistos como los tramposos, los esforzados, los tiranos, los oportunistas o los modelos a seguir.
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viernes, 18 de julio de 2014

S.O.S. - La justicia y el derecho en Colombia - S.O.S.

Actualmente la administración de justicia está crisis.  Esto lo vengo diciendo desde Julio de 2008, pero cada año que pasa, siento que la situación es peor.  Y creo que, de no haber un serio cambio en la composición de las Cortes, el próximo año seguiré diciendo que las cosas están peor que en 2014.  Veamos un ejemplo de lo que aquí planteo:

En la última edición del periódico Ámbito Jurídico de Legis, tuve la oportunidad de leer tres columnas (¡TRES!) que van direccionadas al mismo punto.  La justicia en Colombia se encuentra en crisis. Cada vez son menos los que creen que la justicia es justa, y cada vez son más los que tienen la convicción de que la administración de justicia ha sido cooptada por la corrupción, y/o por la ignorancia.

Los invito, antes de continuar, a que revisen las siguientes columnas, antes de continuar, dado que el análisis conjunto de ellas, sumados a mi posición personal, es lo que permitirá entender lo que líneas abajo se expondrá:


1) Columna de Javier Tamayo Jaramillo titulada "La oralidad o la ruina de la justicia".

2) Columna de Whanda Fernández León titulada "Inocentes condenados".

3) Columna de Francisco Reyes Villamizar titulada "La educación jurídica también en crisis".


¿Qué tienen de común, acaso, estas tres notas? Nos reportan desde puntos de vista distinto, la manifestación de un problema de índole nacional: el derecho y la justicia son muy pobres en Colombia.  Afortunadamente a nivel extranjero no existe aún una prueba Pisa para medirnos jurídicamente con otros países.  Temo que nos ganaríamos un "fuera de concurso", pero por lo malos.  Es increíble la cantidad de falencias estructurales que existen en la formación jurídica del país.  El positivimo jurídico a ultranza sigue siendo la regla general.  Sin embargo, la falla principal es que aplicamos un positiviso que no tiene razón de ser, que no se alínea filosóficamente con nada, y que se fundamenta en una premisa de validez basada en la legitimidad, basada en nada.

No es difícil encontrar en el país abogados que le hablen a uno sobre la noción de inadmisión, exclusión y rechazo de la prueba en la Ley 906, pero que no sepan qué es el principio de la libertad probatoria, o cómo funciona la sana crítica.  Conozco muchos otros que son unos genios para repetir consignas como la razonabilidad y proporcionalidad para fijar agencias en derecho, pero que no tienen ni idea eso cómo se hace, o en qué incide.  Más aún, conozco mucho abogados que realmente uno no entiende cómo es posible que tantos profesores los hayan pasado por tantas materias para que existan universidades que sean capaces de decir que ellos (o ellas) están capacitados para ejercer la profesión.

No es difícil ver en los colegios, que los muchachos "negados" para las matemáticas son los abogados del mañana.  Ellos serán los que el día de mañana intenten justificar sus pretensiones o sus fallos, a partir de argumentos retóricos, porque no podrán dominar nunca la lógica del algoritmo, que es la lógica de la valoración de la prueba, que es la lógica de la argumentación.  Para hablar basura y que le crean a uno, para eso no es la facultad de derecho, y para eso no son los procedimientos orales.






Imagen tomada de:  www.fotolog.com


El patrimonio de ninguna persona está a salvo, la libertad de ninguna persona está garantizada, cuando tenemos tanto abogado, tan poco caso, y jueces tan desastrosos como los que nos ofrece este país.  El problema ya no es que los abogados buenos no lleguen a los buenos cargos de la justicia, el problema es que con tanto abogado malo pululando en todo el sistema, el sistema no puede, en ningún caso, ser un sistema justo.  Dos abogados buenos mas un juez malo, probablemente dará una sentencia mala.  Un abogado bueno con un juez bueno, y una contraparte nefasta, no garantiza que la sentencia sea justa.  Dos abogados malos y un juez bueno hace que lo que de allí salga es porque el juez intentó administrar justicia material.

¿Cuántos abogados buenos y malos hay en el país? No lo sabe nadie, porque los abogados no son evaluados, y los funcionarios, tampoco.  El único indicador que existe son los exámenes que se imparten en concursos para ciertos cargos.  En esos concursos no están todos, y normalmente las preguntas no están bien.  Más aún, una vez nombrados, a esos funcionarios (buenos o malos) no los saca nadie de allí.  Es lo más cercano a los cargos hereditarios que existe en una democracia.

Sólamente le pido a la vida que este S.O.S., este llamado a que algo o alguien puede frenar esta debacle, llegue a oídos sensatos.  Cuando me refiero a sensatos, me refiero a oídos que no razonen de la siguiente manera:

Premisa 1:  La justicia está mal.
Premisa 2: Los jueces son malos porque tienen funciones nominadoras.
Conclusión: Hay que eliminar las funciones nominadoras de los jueces, para que la justicia mejore.

Ridículo, ¿verdad?  Sin embargo, las últimas "intentonas" de reformas a la justicia se han basado mayoritariamente en ese tipo de razonamiento.  Y mientras tanto, en gran medida, su libertad y su patrimonio, siguen a merced de los que en el colegio no supieron sumar...
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martes, 10 de junio de 2014

Por qué no voto por Santos ni por Zuluaga

El ingreso anterior en este blog se centró en defender el voto en blanco como una opción válida y legítima para las votaciones presidenciales en segunda vuelta. Se trató de un ejercicio para dar respuesta a aquellos que creen que el voto en blanco no sirve para nada. El voto, visto como un ejercicio de ayudar a que alguien pierda, sin duda permite llegar a esa desafortunada conclusión.  Mi alter ego es uno de esos ingenuos que cree que en el voto uno expresa el apoyo por un programa, y por un candidato.  En consecuencia, sólo le dará su voto a candidato y al programa que representen en un importante nivel su pensamiento de lo que debería hacerse en este país.

Desde el ingreso anterior, titulado "Del porqué del voto en blanco en segunda vuelta" se pudo manifestar algunas de esas razones. Sin embargo, considero que tan sólo es justo que si me atrevo a manifestar que ambos candidatos son un verdadero fiasco, intente fundamentar el porqué de mi opinión.  El ejercicio de esta entrada, entonces, consiste en explicar el porqué no va a votar mi alter ego por Juan Manuel Santos ni por Óscar Iván Zuluaga.

A. POR QUÉ NO VOTAR POR JUAN MANUEL SANTOS

1) Hace cuatro años, me dediqué a revisar todos y cada uno de los programas de gobierno de cada uno de los candidatos, a ver los debates, y consignar mis observaciones en este espacio.  Respecto del entonces candidato Juan Manuel Santos, consigné varias observaciones en la entrada titulada "Elecciones presidenciales I: Juan Manuel Santos", de las cuales quisiera destacar una de ellas:


"(...)  Su desmedida lealtad hacia la figura del Presidente Uribe lo muestra como un continuador del mandatario actual.  El problema es que esa misma lealtad fue profesada hacia Pastrana, y otros más.  Esa capacidad de cambiar de parecer genera cierto temor hacia lo que ‘realmente’ haría si llegara a la jefatura de Estado.  (...)."

Como se dan cuenta, mi temor de hace cuatro años era fundado.  Efectivamente Santos ha sido leales a todos (de boca), y desleales a todos ellos.  Subió apoyado en la inmensa popularidad de Álvaro Uribe, y una vez arriba, se desmarcó de su jefe natural, para hacer cosas completamente contrarias a las que dijo que iba a hacer.  Prometió continuar con los "tres huevitos de Uribe", y dio un giro de 180° frente a lo que dijo que iba a hacer. Algo similar ocurrió con Venezuela y Ecuador.  Eso da muestra de los dos defectos que más me molestan en una persona: la ingratitud y la deslealtad.

2) Toda persona tiene derecho a cambiar de posturas, y es natural que en 4 años, se requiera modificar sobre la marcha.  Pero cuando "modificar" se utiliza como un "eufemismo" para significar "hacer totalmente lo contrario", el asunto cambia.  No le di mi voto a él hace 4 años, pero si lo hubiera hecho, me sentiría absolutamente traicionado por lo que Santos hizo en este Gobierno.

3) No creo que el país se reduzca al proceso de paz de La Habana. De hecho, nadie sabe que es lo que realmente ocurre en La Habana.  Conocemos comunicados de prensa aproximadamente cada 6 meses sobre puntos de acuerdo, que no han sido refrendados por el pueblo.  Pretender polarizar al país bajo una disyuntiva de "guerra o paz" me resulta cobarde e irresponsable con los electores.

4) La situación de la educación en el país es lo más delicado que he vivido desde que tengo uso de razón.  Los muchachos en los colegios no salen bien preparados.  Las universidades han dejado de ser un filtro entre quienes poseen o no las aptitudes para acceder a ciertos títulos, para convertirse en "productores de afiches".  Las pruebas Pisa son un desastre, las pruebas Saber 11 también, y los ECAES ya no se hacen.  Considerar que la educaicón se soluciona construyendo más colegios, simplemente muestra que le gusta mucho la construcción.

5) La centralización de la repartición de los recursos públicos (la famosa "mermelada") ha sido una bonita forma de desconocer la Constitución de 1991 y de fomentar el amiguismo con el Ejecutivo, y la corrupción en muchos sectores, si no en todos.

6) La justicia en general, ha sido un fiasco.  Poner a Eduardo Montealegre en una terna de uno, para que fuera un político ambicioso como Fiscal, es un desastre.  Su fallida reforma a la justicia fue no sólamente descarada, sino mediocre.

7) No hubo más paros, porque no hubo más tiempo.  Y la razón por la que hubo paros, es porque Santos le sonríe a todos.  A todos les da gusto, pero a todos les incumple.  Mil paros, mil promesas, mil incumplimientos.

8) La firma irresponsable de TLCs sin potenciar la industria colombiana, va a ser un error muy costoso.  Como la gente de este país piensa al corto plazo, no ve la bomba de tiempo que nos ha dejado este gobierno.

9) Al revisar el programa de Gobierno, se atribuye triunfos que no son triunfos (situación de la salud en Colombia) o peor, triunfos que no son suyos (triunfos de deportistas colombianos que se han hecho a pulso.


B. POR QUÉ NO VOTAR POR ÓSCAR IVÁN ZULUAGA

1) Por tener absoluta falta de carácter.  El hecho de dejar que otro le define sus políticas de gobierno, demuestra su absoluta falta de carácter.  Preferible tener un líder errático que a un Presidente pusilánime.

2) Desde la campaña, Óscar Iván Zuluaga adoptó uno de los principales vicios el gobierno de Álvaro Uribe Vélez: fomentar y/o coordinar y/o aprovechase de información ilegalmente obtenida.  Chuzar ilegalmente para poseer información es despreciable.  Ningún candidato que acuda al delito para fortaecerse, merece mi más mínima contemplación.

3) Es el mismo programa de Uribe. Ya tuve la oportunidad de ver qué tanto respeta Uribe su programa.  "Austeridad", "Una política exterior moderna","Fortalecimiento de la justicia" son tres de las cosas que no le puedo creer a quien de manera directa ha dado muestras de no ir por esa vía.  En especial, poseyendo yo un especial interés por los temas de justicia, considero que no es creíble la propuesta de esta campaña para ese punto,

4) La política en materia de paz que prevé el programa de Zuluaga a partir de la página 41 del programa que aparece publicado en la página web de su candidatura es absolutamente irreal e inalcanzable.  Creo en la seguridad, pero no quiero la guerra.  Una cosa es defender las poblaciones, y otra es propiciar el conflicto.  Me preocupa seriamente que se contemple la guerra como la única opción.

5) No se había dado siquiera la votación por primera vuelta, y gran parte de su equipo estaba comprometido en actividades ilegales o en estrategias de juego sucio.  ¿Qué esperar de él cuando suba? Otro Jorge Noguera, otra María del Pilar Hurtado, otro Bernardo Moreno?

6) Si Santos tiene el problema de ser leal a todos y no ser leal a ninguno, nadie tiene la certeza de a qué está jugando Óscar Iván Zuluaga.  Sus respuestas libreteadas, su sobreactuación ante las cámaras y en los debates permiten mostrar que no es un candidato auténtico.  Por otras razones distintas, se confirma el mismo temor que tuve con Santos hace 4 años: no se sabe qué es lo que haría Zuluaga si es elegido.  Ya dio una muestra de virajes inesperados cuando se adhirió Martha Lucía Ramírez a su campaña, y cambió su discurso frente a las negociaciones de paz.

7) Óscar Iván Zuluaga es el candidato de los grandes empresarios y terratenientes del país.  A ellos se les debe, y por lo tanto, no es dable esperar que sea un candidato de transformaciones sociales, sino del statu quo.  En un país con unos niveles de desigualdad y de inequidad tan profundos, esto es claramente un punto en contra.

8) Óscar Iván Zuluaga, no es sólamente él.  Es él, Uribe, 17 senadores más y una cantida de legionarios entre la ciudadanía, que muestran todos un mismo defecto (que no es pequeño): la intolrancia y la agresividad extrema.  Esto me gustaría, si este fuera el medioevo y estuvieramos jugando a conquistar territorios.  En el siglo XXI, no creo que sea un liderazgo adecuado.








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lunes, 2 de junio de 2014

Del porqué del voto en blanco en segunda vuelta

- "Voy a votar en blanco en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia."

Así me lo ha manifestado mi alter ego con categórica seguridad. Su decisión es la de votar en blanco.  Ante esta decision tan categórica, me vi en la obligación de indagar acerca de los motivos para tomar esa determinación.  Básicamente se trata de tres razones:

1) El Presidente-candidato es una persona que ha sido capaz de traicionar el voto de las personas que lo eligieron hace cuatro años, desechar de un sólo tajo el discurso uribista que lo impulsó a la presidencia, y dar un viraje de 180° en temas fundamentales como: las relaciones con Venezuela, la estrategia frente a las FARC.  Juró no subir impuestos, y sí lo hizo.  En otras palabras, es una persona capaz de decir lo que parecería conveniente decir, para luego hacer lo que le venga en gana.

2) El candidato Óscar Iván Zuluaga es un candidato que ha acudido a las chuzadas ilegales (tan detestadas en cualquier país que se precie de garantizar libertades a sus ciudadanos).  Al igual que Santos, no maneja un concepto de responsabilidad política, y por lo tanto, acude a la ilegalidad, para llegar posteriormente a jurar que defenderá la Constitución y las leyes de Colombia.  Más contradictorio, creo que no se puede.

3) El Gobierno de Uribe quizá haya sido el más corrupto de los últimos tiempos.  Basta revisar cómo se negoció la reelección presidencial para caer en cuenta de ello.  Su campaña presidencial (la primera) tenía como bandera la lucha contra la corrupción, y vean en lo que quedó eso.  El caso del Gobierno de Santos no es muy distinto.  Centralizó la chequera del Estado para poder ser él el que reparte los recursos (la famosísima "mermelada").  Se alía con el que sea, y para lo que sea, con tal de llegar al poder.

Según me dijo mi otro yo, el tema del voto en blanco ha sido una decisión difícil de tomar.  Cuando inició la campaña, tenía claro que le daría el voto a cualquiera que no fuera el Presidente-candidato.  Luego de ver el juego sucio del Centro Democrático y su táctica de chuzar ilegalmente, descartó a ese candidato.  Le restaban 3 posibilidades, y fueron esas tres posibilidades las que quedaron descartadas.

El tema, sin embargo, tiene otras aristas que le he planteado a mi alter ego.  El voto en blanco, según dicen muchos, no sirve en segunda vuelta.  Creo que se equivocan.  El voto en blanco, al igual que cualquier otro voto válido en cualquier otra opción, implica la manifestación de una opción política.  Es tan legítimo decir que me gusta Santos, como decir que me gusta Zuluaga, o decir que no me gusta ninguno de los dos (voto en blanco).  Cuestión diferente es cuál es la consecuencia de que gane el voto en blanco.  Ahí sí, debo aceptar que no implica un cambio en los candidatos por los que se ha podido votar.  Sin embargo, parece ser que ese aspecto jurídico fuera el único que consideran los analistas en el país.  El voto es una manifestación política propia de una democracia y es el acto por medio del cual los ciudadanos empoderan al candidato que más los representa. Eso, no es derecho, es política.

El problema, según me cuenta mi alter ego, es que ninguno de los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta, lo representa.  Ningún candidato que irrespete a sus electores, en ningún lado del mundo, en ningún tiempo, podrá tener su apoyo.  Ningún candidato que recurra a la ilegalidad para tomar las riendas de la institucionalidad, en ningún lado del mundo, en ningún tiempo, podrá tener su apoyo.  ¿Acaso se sentiría cómoda su consciencia al saber que ha apoyado a un traidor o a un ilegal para que me gobierne durante al menos 4 años?  No.


Imagen tomada de: http://www.sysmaya.net

Hoy, en el diario "El Tiempo", he leído la columna de opinión de Natalia Springer que confunde la abstención con el voto en blanco.  Para ella, y quienes piensan como ella, les recuerdo: El voto en blanco es un voto válido.  Acudir a las urnas para decir que ambos candidatos me parecen desastrosos y que no piensa apoyar a ninguno de los dos, es un ejercició válido de mi derecho-deber democrático. Quien se abstiene de votar, no cumple con su deber.  Quien vota en blanco sí.  Si le resulta mucho más "democrático" a esta señora votar por miedo que votar en blanco, pues la felicito.  Sin embargo, hemos aprendido, mi alter ego y yo, que los votos por temor no sirven.  Votar por dicotomías aparentes y sobresimplificadas como "Paz o Guerra", es insultante.  4 años de gobierno en un Estado implican cosas mucho más amplias que eso.  Seguro si firmamos la paz, pero le damos el dinero público a los voraces políticos, dejamos sin inversión a las regiones, y de paso seguimos destruyendo la educación en el país, probablemente no haremos nada.  Si nos vamos a la Guerra, y dejamos de lado los puntos recién mencionados, también nos irá mal.

- "No le daré el gusto al Presidente para que me traicione a mí también.  Ya lo hizo con Uribe y con sus electores de hace cuatro años.  Tampoco me dejaré gobernar por un Gobierno de ilegales.  Los que van contra la ley, van en mi contra.  Por lo tanto, haré respetar mi derecho a hacerle saber a ellos y al país, que no le juego a la vagabundería.".

Visto así, no parece ser tan malo el voto jurídicamente irrelevante.  Votaremos en blanco, entonces...
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miércoles, 21 de mayo de 2014

Reflexión humana acerca de política por una Gaviota

Leer twitter en esta época, y entrar a Facebook a revisar lo que ocurre, es lo más cercano que he visto al libro (y película) del Señor de las Moscas.  Alguna vez mi alter ego en una sesión espiritual conmigo me comentó acerca de una experencia que le ocurrió cuando era niño.  Era la época de la violencia -decía él como si la violencia hubiera tenido una época en este país- y acababan de asesinar a Bernardo Jaramillo Ossa.  Era un líder de izquierda que quería llegar a la Presidencia por la UP.  Por sus escasos años de edad, no entendía muy bien qué significa ser de la UP, o que significaba acabar con la UP.  Lo cierto era que en esa época, habían mandado a los niños a casa.  "La cosa se podía poner fea", me dijo mi alter ego.

Antes de que el transporte llevara a cada niño de regreso a sus casas, él se encontró con otro niño que era un gran amigo suyo en el momento.  Se encontraron con un sacerdote (el capellán del colegio), a quien le preguntaron entre ellos, por qué ocurrían esas cosas.  Mi alter ego era realmente inocente (hoy en día lo llamarían ingenuo o "pendejo") y se limitó a preguntar por qué pasaban esas cosas.  Su amigo, algo más acucioso y despierto, botó una pregunta que la había parecido ilógica, pero que cerca de un cuarto de siglo después ha cobrado toda la vigencia del mundo: "¿Por qué la gente se odia por razones políticas?"

Nosotros, los niños de esos años en primaria, éramos capaces de odiar.  Se requería de una causa muy específica y oscura en el hogar del niño o niña de esa época para que pudiéramos encontrar odio en esos corazones.  "Y cada uno de nosotros había tenido la oportunidad de interactuar con muchos otros niños en muchos otros ámbitos." -decía mi alter ego-.  "Podríamos haber discutido si era mejor el Millonarios de Gacha, o el América de los Rodríguez, o el Nacional de Escobar, pero sin saber realmente a qué nos referíamos, ni odiarnos por decirlo".

Era incomprensible, hace aproximadamente un cuarto de siglo, cómo una cosa insulsa como la política, podría llevar a la gente a odiarse entre sí, y matarse.

Imagen tomada de: http://medioambientesimbolico.asumearagon.es/

Hoy, aproximadamente 25 años después de eso, después de haber soportado tantas desdichas que propina la vida sin previo aviso, después de haber bebido de la copa de la amargura tras las correspondientes libaciones, despúes de haber visto morir en la guerra o por causa de la guerra a tantos amigos, después de haber tenido que despedir amigos y amigas quienes buscan en otras tierras la felicidad que alguna vez nos prometimos en estas, después de todo ello siento que sigo siendo igual de ingeuo (o de "pendejo") que en esa época.  A pesar de haber adquirido plumas y haber volado contra la corriente tantas veces, me sigue resultando increíble odiar por razones políticas.  Sin embargo, veo cómo tantos de mis compañeros y compañeras de la época, cómo mi familia es capaz de acabar amistades y aislarse de los suyos, por diferencias políticas.  Siento que Bernardo Jaramillo Ossa vuelve a nacer y vuelve a morir todos los días.

Intuyo que el gran griego, el ilustre filósofo, el maestro Aristóteles cometió un gran error cuando puntualizó que el hombre era un "animal político".  Por lo visto, lo que somos políticos bien "animales" -con el perdón de mis hermanos animales-.  La vida es un medio, un camino en el que vemos cómo las personas ceden ante la deseperanza, y sucumben ante la desesperación.  El país está a punto de elegir entre la corrupción (mermelada) y el espionaje ilegal (chuzadas).  Se matan los partidarios de uno por hundir y hacer parecer más ridículos a los partidarios de otros.

La "paz", la dichosa "paz", se ha convertido en el campo de batalla, en la bayoneta de los enceguecidos por la guerra  Queremos imponerla encima de un fusil, o arrancarla de aquellos con las manos limpias.  Queremos dominar esa bayoneta para inmortalizarla o desintegrarla, pero mientras eso se decide, todos morimos por el simple hecho de invocarla.  Morimos envenenados por el odio que genera que los demás no piensen como nosotros.  Morimos ahogados por nuestros propios pensamientos y opiniones, con los que pretendemos dominar el mundo ya pacificado.  Morimos porque nunca pudimos comprender bien que el verdadero enemigo era el odio que hoy constituye nuestro formidable combustible para dominar y pisotear.  Morimos, porque nuestro primer error fue matar al niño curioso y "pendejo" que consideró que matarse por política era el más pendejo y tonto de los odios posibles.
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sábado, 1 de febrero de 2014

Fábula 3: "El loro, el pavo real y el copetón

Fueron muy pocos los que pudieron presenciar,
la lección que el día de hoy nos interesa enunciar.
Ocurrió en un claro cercano a una ensenada,
Lugar poco dado para asistir en una manada.
Aprovechaban el escenario algunos solitarios animales,
Para de su vida ir a jactarse con pelos y señales.

Una tarde cualquiera en aquel claro,
Llego un copetón sin ningún especial reparo.
Recibido fue por uno de los animales mencionados,
Un grande y verde loro, con pechugones dilatados.

-"Sólo yo puedo comunicarme con el lobo, el ciervo o la iguana.
Mi habilidad verbal es tal que me admira la mismíma rana.
Si quieres un día dejar de ser tan pequeño e insignificante,
Podría yo ser tan abnegado de dictarte una lección bien edificante."-

-"Oye, pequeño copetón", gritó un petulante y ofendido pavo real.
"Quizá debes reparar en aquellos con belleza de aurora boreal.
Si quisieras llamar la atención alguna vez en tu vida,
Aprender debes de mis lecciones sobre deporte y comida."-

En tan acalorada discusión andaban este par de superestrellas, 
Que dejaron de mirar al copetón, a las ranas y a las zarigüeyas.
El verde loro en distintos dialectos empezó a declamar,
Mientras el pavo real por el claro al instante empezó a desfilar.
La atención de todos los que allí estaban captaron al instante,
Así como también el de la raposa de apetito abundante.

Tras un tiempo de observar la discusión sobre cuál ave sería ganadora,
Aquellas se percataron del cambio de ánimo de la raposa depredadora.
Intentaron huir las tres aves al verla venir con una sonrisa en la cara,
Mas la naturaleza había permitido que sólo una de las tres volara.
El simple y menudo copetón salvose así de su fin,
Mientras el loro y el pavo real de la raposa fueron el festín.
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lunes, 13 de enero de 2014

Fábula 2: "El colibrí y las gaviotas"

Oíase con frecuencia entre las gaviotas, del sur ellas,
Incesantes loas a otras aves del norte, todas bien bellas.
Todo lo hacían estas últimas con gracia y velocidad,
Y su vida era, por todos sabido, dicha y felicidad.
Los picaflores del norte gozaban de increíble fama,
Paseando los campos, sin jamás tener que tocar la grama.

Muchas gaviotas planeaban sobre el salado mar,
Pero sus almas sólo hacia al norte querían mirar.
Algunas, incluso, al norte pudieron viajar,
Y con las famosas aves lograron dialogar.

Volvieron algunas con disposición de emprender
Cuanto de los sabios colibríes lograron aprender.
Un nutrido grupo dejó de aplicar la dieta del pez,
Y de las flores costeras comían y bebían, de una sóla vez.
Algunas gaviotas llegaron incluso a imponer a sus hermanas,
El aleteo fugaz y vivaz de sus emuladas decanas.

Un día cualquiera en el sur, cerca de las hermosas playas,
Llegó uno de los sabios colibríes buscando unas bayas.
Vio a unas pocas gaviotas los cielos volando,
Y a muchas de ella en la playa llorando.

-"¿Qué pasa, apreciadas?"-, le preguntó el colibrí a un par,
y tras unos segundo algunas de ellas dejaron de llorar.

-"Sabia ave del norte"-, le dijeron al colibrí las gaviotas,
"Hemos tenido que llorar, pues ha muerto no una, sino cien compatriotas.
¡Somos brutas e incapaces!"-, gemían las lastimeras aves,
"Jamás de su sabiduría podremos incorporar las llaves."-

-"¿Sabias, nos llaman? ¿Aves privilegiadas?
Somos, es cierto, de vidas felices y agitadas.
Pero discúlpenme acongojadas amigas, pues aquí yo disiento.
Son capaces de mantenerse en vuelo con la sóla caricia del viento.

"¿Que ocurriría, si como ustedes, pudiese yo dejar de aletear?
O si quisiera un jugoso pez en mi pico trastear?
Llorarían mis hermanos como lo hacen ustedes hoy,
Y con certeza esto sería por no haber vivido como lo que yo soy.
Si acaso en algo radica nuestra especial sabiduría y conocimiento,
Es por ser, y haber sido, únicamente colibríes al cien por ciento."-
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martes, 7 de enero de 2014

Fábula 1: "La rémora y los tiburones"

Contaban una historia en la mar,
de un animalito muy curioso y singular.
Atento y servicial resultaba aquél,
con quien figuraba como poderoso, en el papel.
Sus loas y alabanzas para éste eran muchas,
y por ello el poderoso encaraba por él las luchas.

Esta rémora vivía feliz sin peligro alguno en su flanco,
pues había conocido a un imponente gran tiburón blanco.
Al gigantesco y magnífico pez lo llamaba "Grande" y "Maestro".
Y ya era conocida como la protegida del pez hábil y diestro.

Otros tiburones no sentían lo mismo por el adulador amigo,
y esperaban con ansiedad que terminara su momento de abrigo.
La rémora se comportaba como si la "Grande" y Maestra" fuera ella.
Parecía haber llegado a la alta realeza, la plebeya.

Un buen día paseaban el tiburón blanco y su compañera,
después de haber degustado a una foca de sazón placentera.
La fortuna le deparaba a los "amigos" una inquietante sorpresa,
pues en momentos el tiburón ya no sería cazador sino presa.
Al sentir la rémora que el tiburón por una red era halado,
En menos de un instante de su cuerpo se había zafado.

Celebraba su triunfo este pez sobreviviente,
Y no parecía extrañar al "amigo" omnipotente.
Su regocijo y dicha terminarían de manera prematura,
Al ser recibida por otros tiburones con muy poca amargura.

-¡He llegado a la presencia del "Gran Mariscal"!-,
al Tiburón Tigre le decía ella con tono angelical.
Sonrió el tiburón y también lo hizo la rémora de manera atolondrada,
segundos antes de por el "Gran Mariscal" ser devorada.
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