Continuando la serie, surge la pregunta de “¿por qué Mockus”, y no Noemí?”. Finalmente, he señalado en el ingreso anterior que iniciaba la tanda con Santos por haber iniciado él como puntero. Bajo esa misma lógica, lo lógico era continuar con Noemí Sanín, quien inició como la segunda en la intención de voto. No obstante, a estas alturas de la campaña, parece obvio que la situación cambió. Por ello, considero oportuno brindarle la oportunidad a quienes están en la ola verde, o están pensando en montarse en ella, de conocer el perfil de la candidatura presidencial del candidato que es actualmente el más popular.
El candidato
Antanas Mockus es un político que después de haber logrado ser elegido como alcalde de la capital de Colombia en dos ocasiones, y haber tenido un recorrido político que se remonta a 1995, sigue siendo la imagen del político no-político. Su manejo de símbolos y su capacidad para observar la política desde un ángulo diferente al político tradicional ha llevado a que este candidato haya mejorado la cultura ciudadana de una ciudad tan difícil como Bogotá valiéndose (entre otros) de mimos, tarjetas verdes y rojas de aprobación y desaprobación para que los ciudadanos se autorregularan en materia de tráfico vehicular. Ha sido aquél que se casó por segunda ocasión en un circo, a cuestas de un elefante, y ha lavado sus pecados en una fuente pública, como antelación a su segundo mandato en Bogotá.
Egresado del Liceo Francés, Mockus se graduó como licenciado en matemáticas y filosofía de la Universidad de Dijòn (Francia), Magíster en Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia y y Magíster en matemáticas de la Universidad de Dijòn, y Doctor honoris causa por parte de la Universidad de Paris XIII. Ha trabajado como académico desde sus inicios profesionales, y ya en una etapa posterior, ha ejercido cargos de poder, que se remontan de vicerrector de la Universidad Nacional hasta llegar hoy a estar liderando las encuestas de intención de voto para suceder a Álvaro Uribe Vélez en la Casa de Nariño..
Su vertiginoso ascenso político se da, en un principio, a raíz de la manera como afrontó una protesta estudiantil en la Universidad Nacional, bajándose los pantalones y mostrando su trasero a los estudiantes y a las cámaras de televisión. A partir de ese momento, supo manejar su imagen de político distante de lo tradicional, pero con capacidad de administrar y mandar, llevándolo a ser considerado, por muchos, como el mejor alcalde que ha tenido Bogotá. Su manejo de recursos públicos y su apuesta exitosa por la cultura en una sociedad inculta como la bogotana, le ha abierto las puertas a la política nacional.
Ya en el pasado, ha intentado alcanzar la Presidencia de la República, sin contar con el apoyo de maquinarias políticas grandes. También ha tenido la oportunidad de constituirse en fórmula vicepresidencial de la entonces (y hoy) candidata a la presidencia, Noemí Sanín. Habiendo tenido la experiencia de liderar el movimiento de ‘Visionarios por Colombia’, ha transformado el recién retocado ‘Partido Verde’, de la mano de Enrique Peñalosa y Luis Eduardo Garzón para así competir hoy por la jefatura de Estado.
El programa
Al revisar la página web de la cadidatura de Mockus (www.antanasmockus.com) se observa una serie de menús, que al ser recorridos permiten estudiar las propuestas del candidato. Se encuentran 10 puntos que se aglutinan bajo el título de prioridades programáticas, 9 principios del partido verde, 15 puntos que se exponen como su programa de gobierno, y 6 más que se denominan ‘líneas programáticas’. Al revisar cada una de las páginas, encuentra uno que estas propuestas de gobierno son teóricamente sólidas, pero se extraña el aparte en que el candidato explique cómo pretende conseguir lo propuesto.
Respecto de este último, específicamente resulta claro que el candidato no se compromete en establecer de manera cuantitativa las metas propuestas. No es claro cuál será su meta de desempleo anual o consolidada, no es claro qué tanto pretende modificar la distribución del presupuesto para dar cobertura a sus programas (por ejemplo, no se sabe qué tanto piensa incrementar la inversión en educación ni específicamente que modelos educativos iría a implementar).
Un ejemplo de lo atrás señalado es lo siguiente:
1. GOBIERNO EJEMPLAR: LEGALIDAD, JUSTICIA Y TRANSPARENCIA EN LA POLÍTICA Y EL EJERCICIO DE LO PÚBLICO
Queremos seguir transformando la forma de hacer política en Colombia. Proponemos una política basada en la confianza entre las personas y en las instituciones, donde la transparencia, la participación, la inclusión, el intercambio de argumentos, el control social y la gestión pública admirable sean los pilares de una auténtica democracia. Impulsaremos un frente común contra la corrupción. El Estado que buscamos es un Estado respetuoso de la Constitución y de la ley, en el que el manejo de los recursos públicos sea eficiente, transparente y justo. Haremos de nuestro ejercicio político un ejemplo para los servidores públicos y los ciudadanos.
Esta clase de frases son lo que podría denominarse ‘políticamente correctas’. ¿Quién no quiere que se acabe la corrupción? ¿Alguien creyente en las instituciones no estaría de acuerdo en que el Estado sea respetuoso de la Constitución y de le ley? Por supuesto que esa es una buena idea, aunque no es una idea práctica. Si se busca en los demás apartes de su programa, no se encuentran propuestas que puedan ser consideradas concretas. No obstante, cuando menos traza unas líneas ideológicas que pueden ser tomadas en cuenta por los electores.
Son propuestas fundamentales a tener en cuenta, la legalidad democrática, que implica principalmente el afianzamiento de los principios del Estado de Derecho (ciudadanos y autoridades sometidas a la Constitución y la ley). La preservación de la vida, y el adecuado manejo de los recursos públicos, constituyen los otros dos puntos fundamentales de su propuesta, todo ello enmarcado en la idea de afianzar las normas culturales dentro del marco de la educación. En un eventual mandato, Mockus crearía el Ministerio de la mujer y de la Igualdad de Géneros.
El programa de Mockus consagra la que se denomina ‘Colombia sin hambre’, que parece ser la masificación, o mejor, la nacionalización de aquel programa liderado en Bogotá por Lucho Garzón, que se denominó ‘Bogotá sin hambre’. Esto último es importante anotarlo, particularmente porque a nivel bogotano, este programa ha sido de aquellos que generaran reacciones pasionales en uno u otro sentido. Para los detractores del programa, dar comida gratis, no soluciona nada de fondo, y simplemente implica un derroche de recursos que podrían invertirse en soluciones estructurales. Para sus seguidores, implica parte de la respuesta institucional propia de un Estado social de Derecho, en el que se vela por los derechos de los socialmente menos favorecidos. La filosofía es que no es posible salir adelante en esta vida si ni siquiera se puede contar con un mínimo sustento alimenticio que le permita al cuerpo humano ejercer cualquier tipo de labor. Sin entrar a tomar partido, conviene que los seguidores de Mockus que sean detractores del programa piensen si están dispuestos a apostarle a este programa a nivel nacional. Para los seguidores del programa, conviene manejar la hipótesis contrario, y cuestionarse si otro candidato puede plasmar mejor el ideal de la solidaridad para con los conciudadanos.
Otro punto que merece atención especial es el tema del manejo de las ‘regiones’. Para la candidatura de Mockus, el afianzamiento de las regiones como estadios productivos y necesarios del desarrollo social, es interesante. No obstante, por la redacción algo confusa del programa, no es claro si Mockus le apuesta al empoderamiento de las entidades territoriales existentes (distritos, municipios, departamentos, áreas metropolitanas), o si lo que busca con su programa es motivar la implementación de las regiones. Respecto de esta última posibilidad, es importante aclarar que las regiones constituyen una entidad territorial intermedia entre los departamentos y la Nación. Una muestra palpable de la idea de empoderar la región, fue el ‘voto caribe’ que fue ampliamente apoyado en las elecciones pasadas.
Por último, conviene resaltar que la campaña de Mockus no contiene propuestas específicas en cuanto al uso de las TIC´s (Tecnologías de Información y Comunicaciones) en su gobierno, a pesar de estar haciendo gran parte de su campaña a través de ellas. Habiéndose demostrado el poder que poseen, y la importancia de incentivar su uso, resulta curioso que ninguna propuesta suya vaya en el sentido de establecer su futuro manejo en su eventual gobierno.
Los debates
Mockus ha logrado demostrar dos características fundamentales en su desarrollo como candidato en los debates. El primer rasgo destacable es que no es fácilmente perturbable, lo que dennota mucho de su carácter tolerante y paciente. Ha sabido afrontar ataques de sus contendores con tranquilidad, buscando que los debates no se centren en la pregunta formulada, sino en la respuesta dada. Al dar respuestas en público, ha sabido transmitir sus diferencias respecto de los demás candidatos, aunque en muchas ocasiones evade las cuestiones centrales que son objeto de pregunta.
Una segunda característica fundamental que puede destacarse en los debates, es su pasividad. Todos los candidatos, de una u otra manera han reaccionado vehementemente ante preguntas que podrían ser interpretadas tendenciosamente en su contra. Con Mockus se ha visto en varias oportunidades que acepta la pregunta como una premisa válida, lo que implica la aceptación de lo que se está diciendo sobre él.
Ejemplo de lo primero es el caso de una pregunta planteada por Noemí Sanín relacionada con la coincidencia de sus proyectos en materia de igualdad, ante lo cual Mockus respetuosamente le hizo ver que en el pasado eso fue cierto, pero que la ideología del partido que ella actualmente representa, no coincide con la de su partido, en ese punto de la igualdad.
Por el contrario, una muestra clara de su segunda característica ha sido el embate reciente que le propinara Santos, sobre la cuestión de la extradición del Presidente Uribe. Días después, al escucha la entrevista dada por Mockus a Ernesto Yamhure, se escucha a Mockus dudar sobre la respuesta, pero una vez aclarado el marco jurídico respecto del cual se mueve, expresamente señala que no extraditaría al Presidente. Al ser preguntado por Santos, se parte del presupuesto que él dijo que sí extraditaría a Uribe, y Mockus nunca controvierte la afirmación. Por el contrario, acepta que hubo un error y explica su nueva postura. Era claro que debió haber advertido sobre su respuesta final, para dejarle claro al público que su respuesta no había sido exactamente en los términos planteados por Santos.
Mockus actualmente es seguido por una cantidad de personas que según los analistas, constituyen voto de opinión, o voto independiente. Ante eso, Mockus ha debido ahondar más en explicar por qué los independientes han ‘decidio’ seguirlo a él y no a otros. Al hacerlo, estaría exponiendo argumentos políticos que lo demuestran como una fuerza coherente, y no como un simple recolector de ‘lo que quedó’.
Por último, gran parte de los seguidores de Mockus han sido constituidas por el modelo de ciudadanos proactivos que han ayudado a hacer campaña sin necesidad de contraprestación alguna. Esto va de la mano con su modelo de corresponsabilidad entre ciudadanía y Estado. No ha explotado este punto en lo más mínimo en los debates, lo que significa el desperdicio de una valiosa oportunidad.
Por último, gran parte de los seguidores de Mockus está constituido por votos de personas académicamente preparadas que creen en su idea de que la educación bien estructurada de para estructurar grandes proyectos. Sin embargo, a la hora de hablar de equipos de trabajo, Mockus únicamente referencia a Lucho Garzón, a Enrique Peñalosa, y actualmente a Sergio Fajardo, pero deja de lado a otras fuerzas intelectualmente fuertes y/o políticamente bien formados que podrían aportar mucho a su campaña. Eso deja la inquietud de si realmente ha considerado con quiénes habría de gobernar.
¿Sabía usted?
Si bien es cierto que la campaña de Mockus se funda en plasmar conceptos que sirven de mapa de navegación, en la página oficial de la campaña de Antanas Mockus se puede encontrar algunos elementos palpables e interesantes que conviene mencionar a los lectores de este espacio. Como siempre, el cubrimiento de los medios ha dejado mucho que desear. He aquí el espacio de datos curiosos de la campaña de Mockus que probablemente muchos de nosotros no conocíamos:
a. Propone que las veedurías ciudadanas ejerzan un control de la gestión pública que implique evaluaciones con factores técnicos y sociales.
b. En varios puntos de su propuesta, Mockus hace especial énfasis en la necesidad de impulsar una educación sexual seria para evitar abandono de niños, así como una estrategia en materia de salud.
c. Como parte de su línea programática ‘Una economía de todos y para todos’, expresamente señala que es parte de su propuesta “racionalizar y priorizar los subsidios y apoyos productivos hacia los sectores más generadores de empleo, divisas y seguridad alimentaria”. (¿A qué les suena esto?)
d. La campaña de Mockus le apuesta de manera directa y abierta al uso de energía limpia y de energía alternativa, es decir, diferentes a la explotación de hidrocarburos.
e. En todo el programa de Mockus, se maneja una sola cifra. Se referencia el 4%, como un piso mínimo para el crecimiento económico que requiere el país para poder generar empleo de manera sostenible y con calidad.
f. Respecto de escándalos como el del DAS, Mockus propone que se fortalezca y se delimite la responsabilidad política. Simultáneamente, sin embargo, propone que este organismo no dependa exclusivamente de la Presidencia sino de varias entidades.
3 comentarios:
Muy buenas los dos perfiles y resumenes de programas de Santos y Mockus. Gracias por hacer la tarea que todo buen ciudadano debería hacer antes de votar. Muy buena la parte del ¿Sabia usted? Espero los otros perfiles, pero por favor no llegues hasta Devía, pero si lo haces te consideraré como el analista político más ñoño de Colombia.
Gracias por el juicio pajarraco
Gonzalo
Espero que en el análisis no sesgue tu objetividad el de preferir a Vargas Lleras. Miraré con atención la última reseña para que también resaltes las criticas. Pido también una última nota con el balance final antes de elecciones para los indecisos.Yo ya tengo en todo caso mi voto decidido pero leeré con atención tu balance de campaña si decides hacerlo.
Que vueles alto ave marina.
Gonzalo
Apreciado Gonzalo,
Respecto del primer comentario: Muchas gracias por el ánimo. Me interesa que los ciudadanos que pueden ser susceptibles de ser persuadidos por argumentos, se cuestionen sus propias ideas y preconceptos de los candidatos. Por esto, intento no escribir con favoritismos. Supongo que comparto con Hart, que el juez debe reconocer sus propios prejuicios para poder vencerlos. Ese es uno de los ejercicios que intento realizar.
No. No pretendo llegar a Devia. Creo que el tiempo no alcanzaría, y personalmente, no me gustaría pasar a la historia como el analista más ñoño. No es de los títulos que me apetezcan.
Respecto del segundo comentario: Precisamente con esa finalidad es que he anunciado mi voto desde el principio. No me gustaría ser objetivo (o pretender serlo) con cinco candidatos, y ser subjetivo con 1. Ustedes serán quienes me dirán si he podido desligarme o no de esas taras.
La nota final se hará, y de hecho, serán dos, en las que expondré los plus y contras que veo en cada una de las campañas, y por último, un análisis descriptivo de las campañas. Los cambios sutiles o cambios bruscos que muchas veces pasan desapercibidos.
Gracias por hacer el ejercicio. Sé que son escritos largos y densos. Me alegra saber que hay gente juiciosa que los está teniendo en cuenta.
Muchos saludos. Seguiré volando contra la corriente...
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