jueves, 27 de enero de 2011

Anidado en la mente – Ed. 002

La cita anidada

Así como los partidarios de Kant critican a sus contrincantes por no haberlo comprendido, muchas personas sostienen que Kant tiene razón por la simple razón de que ellas lo comprenden.  Su enfoque es nuevo y se aparta profundamente de la filosofía corriente.  Apenas uno consigue penetrarlo, tiende a considerarlo verdadero, tanto más cuanto que cuenta ya con gran número de partidarios.  No obstante, no deberíamos perder de vista el hecho de que comprender una doctrina no constituye razón suficiente para creerla verdadera.  Probablemente, la mayoría de las personas, imbuidas por la felicidad de comprender un sistema muy abstracto y oscuramente expuesto, se imaginan que desde el principio estaba demostrado.


Georg Cristoph Lichtenberg
Aforismos


El Responsable



Imagen tomada de:  http://commons.wikimedia.org 


Reflexiones desde el nido

Desde hace varios años, he tenido la oportunidad de conversar sobre lo divino y lo humano con algunos amigos abogados, con maestros y con algunos otros amigos que nada tienen que ver con el derecho.  Estas conversaciones, que se pueden saborear mejor con un tinto (café negro) en la mano, o incluso con una cerveza fría, suelen tratar tópicos serios y otros no tan serios.  Resulta fabuloso contar con intelectos interesantes que sean igualmente capaces de mofarse de aquello que pareciera ser lo más serio e importante del mundo, así como aquellos que pueden darle la mayor seriedad a una broma inocente.  Esta clase de ejercicios permite, en ocasiones, llegar a conclusiones sorprendentes y a maravillosas ideas que pueden llegar a ser trascendentes en nuestras vidas.

De todas estas charlas, particularmente me permito rescatar dos conjuntos de conversaciones que me resultan interesantes ventilar aquí, y que ocurrieron con anterioridad a que tuviera oportunidad de leer las ideas de Lichtenberg.  En primer lugar, recuerdo, desde la época de estudiante y con posterioridad a la misma, las discusiones que sostuve en relación con la teoría funcionalista que plantea en materia de derecho penal el Profesor Günther Jakobs.  La teoría de Jakobs, reposa en gran medida en el entendido de que la sociedad es una clase de sistema, y como sistema que es, implica una interacción de elementos que interactúan constantemente, y respecto de los cuales se les ha asignado previamente un rol.  El hombre en sociedad no es un barco a la deriva, sino es un individuo con un sentido en la medida en que es ciudadano, y gozará de unos roles especiales dependiendo de la función que ejerza en esa sociedad.

Para entender a Jakobs, a su vez, se dice (y estoy de acuerdo en ello) que es necesario entender la teoría de sistemas que plantea Niklas Luhmann, con conceptos como autorreferencia, resonancia, observación, autopoiesis, y otros tantos que buscan explicar el sistema social como un complejo sistema de comunicación.  Sin embargo, en una gran cantidad de oportunidades, he encontrado a muchos defensores de esta teoría funcionalista que realmente no han llegado a inmiscuirse en mayor medida en los fundamentos de esa teoría, ni mucho menos en las de Jakobs.

Esto, sin embargo, no es asunto de ahora.  Con algunos de mis interlocutores he logrado encontrar que esa moda estuvo igualmente de moda cuando llegaron a Colombia los discípulos de Welzel, lo mismo que ocurriera cuando llegaron los de Ferri, y así sucesivamente.  Es increíble ver en la actualidad cuantos textos se han escrito partiendo del derecho penal del enemigo (el tema de moda), y cómo antes de él el tema era el de la imputación objetiva desde el concepto de Jakobs.  Si nos fijamos bien, resulta que muchos de los defensores de estas teorías no fueron a la fuente, sino que leyeron el resumen de quien sí leyó la fuente, y por ende le creen.  Entonces, ni siquiera es posible aplicar el aforismo de Lichtenberg en uno u otro sentido, pues allí se partiría del presupuesto de que se ha leído y entendido la teoría.

Aquí, en más de una ocasión hemos hecho de cuenta que hemos leído, y pocas veces realmente lo hacemos.  Sin embargo, nos convertimos en defensores o en contradictores de una determinada teoría sin realmente haber adentrado en su estudio.  Hay anécdotas famosas de charlas dictadas por el profesor Jakobs en Colombia en que se le ha cuestionado acerca de su funcionalismo aplicado a lugares como “El Cartucho” u otros sectores ‘sin ley’ que existen en el país.  Por mi parte, considero que ni siquiera hemos de llegar a ese punto, puesto que antes de entrar a discutir si sancionamos por incumplir o no determinado rol, convendría saber si el concepto de derecho penal que tenemos, o siquiera el que queremos en el país tiene algo que ver con lo que menciona el profesor alemán.

Haber leído a Lichtenberg me permitió acordarme igualmente de las discusiones sostenidas en calidad de pájaro virtual con algunos amigos que son estudiosos del derecho constitucional y de la filosofía del derecho.  ¿Sabía usted, apreciado amigo colombiano, que mientras la Constitución de su país dice que el juez está sometido a la ley, el juez de su mismo país acude a principios, o a jurisprudencia para que la ley termine diciendo lo que quiere que diga?  Lo invito a que lea una providencia de la Corte Constitucional en la que se rechace el estudio de una demanda de inconstitucionalidad.  Lea la cantidad de requisitos que se requieren para que estudien su demanda.  Tras haber tomado atenta nota, lo invito a que lea el decreto que regula el trámite de una demanda de inconstitucionalidad, a ver cuántos de los requisitos encuentra allí.  Ese es el ejercicio nivel ‘principiante’.

Para el ejercicio nivel ‘avanzado’, lo invito a que revise la discusión que en materia penal se ha suscitado entre el principio de legalidad, y el principio no reformatio in pejus en lo atinente a la aplicación de una pena que fuera indebidamente tasada por el juez penal.  Hay muchos pronunciamientos a nivel de Corte Suprema de Justicia.  Es conveniente ver el análisis que se hace de los principios y por qué se toman decisiones en el sentido que se toman.  Obsérvese que la discusión no girará en torno a normas sino en torno a otros factores más de corte dworkiniano.

Sin embargo, si aún así quisiera un ejemplo nivel ‘maestros’, mi recomendación es que se revise la discusión acerca del aborto que se suscitó tanto en el país en la época de los 90’s, como la que se dio hace algunos años, y revisen cuales son los argumentos jurídicos a favor y en contra.  Si se observa, se trata de una bella elección de principios jurídicos en uno y otro sentido, que se contraponen.  Observen por qué la elección de postura de la Corte Constitucional en cada uno de los momentos.  Teorías oscuras y poco digeribles para saber si es jurídico o no desaparecer a un feto.

Pues bien, resulta que todo esto está muy bien, porque independientemente de lo que dice el librito que aprobaron con aplausos hace 20 años, un señor que se llama Ronald Dworkin (y otros más después de él) ha sostenido que eso no funciona así simplemente leyendo un libro y aplicando normas, y que el juez tiene que ver cual es su visión del derecho antes de poder fallar.  Conforme a esa visión y al manejo de los ‘principios’ (desde la categoría de su misma teoría, que no es el mismo concepto de principios que se tenía aquí antes de él) ahora podrá usted darse cuenta que eso está bien.  Y particularmente pareciera que está bien a priori.  No requerimos revisar la historia del derecho colombiano o comparar los fundamentos del profesor Dworkin desde el punto de vista de nuestra legislación para saber que eso es lo correcto y lo cierto, y por tanto lo jurídicamente aplicable.  Ojo, vamos en “Justice for Hedgegogs”, probablemente algo más hay que hacer, porque nos siguen revelando la verdad que nos era oculta.

No conocí a Lichtenberg, pero me hubiera encantado que me explicara algo más su aforismo, porque después de discutir aquí por algunos párrafos conmigo mismo, tengo que aceptar que debo yo cometer el mismo error que él ha criticado y a cuya crítica yo me he adherido:  Entendí su idea y considero que es verdadera independientemente de que lo exponga a través de aforismos que quizás no sean fácilmente digeribles.  Además, es alemán, y otros dicen que él es inteligente.  ¡Suficiente! ¿O no?

Actualmente estoy buscando un autor que todavía no sea conocido, y pretendo traducirlo y administrarlo en pequeñas y cómodas dosis a nivel nacional.  ¡Ya veremos qué tan cierta es su teoría!
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sábado, 22 de enero de 2011

Un consejo a seguir antes de su pleito

Preaviso

Rompo en este ingreso con la tradición que usualmente sigo en materia de entradas en el blog, para invitar a que sean los potenciales clientes de abogados los que lean esta nota.  Hago la claridad, puesto que durante cerca de dos años y medio, este espacio ha buscado tocar temas relacionados con justicia y derecho, pero principalmente se ha identificado como destinatarios principales de estos escritos, a abogados ya formados.

En este caso, sin embargo, me gustaría que fuera usted, aquel que usualmente se encuentra en dificultades para solucionar sus problemas jurídicos, el que lea esta nota.  Cuando lo haga, tome lo que a continuación va a leer como si se tratase de una nota en el diario sobre cómo elegir un buen vino, o como si el objetivo fuera cómo optimizar la rentabilidad de sus inversiones.  En otras palabras, no es algo que usted deba seguir al pie de la letra, pero sería bueno que algún día lo intentara para ver qué ocurre.

Por supuesto, estaría encantado que una vez lo haga, comparta conmigo y con los demás lectores su experiencia.  De todas formas, si no quiere hacerlo, no se sienta obligado.


Consejo

Quizás usted haya escuchado en el pasado un viejo chiste de abogados, en el que se le sugiere que antes de elegir a su abogado, realice la prueba del gato.  Básicamente, la prueba del gato consiste en encerrar en una habitación durante 30 segundos a un abogado y a un gato en una habitación.  Transcurrido ese lapso, abra a usted la puerta y sírvase detallar lo que ocurre en la escena.

La interpretación de la prueba es esta:  Si al abrir por segunda vez la prueba el abogado se encuentra persiguiendo al gato, es porque se trata de un verdadero ‘perrazo’.  Si, por el contrario, al abrir la puerta encuentra usted que es el gato el que persigue al abogado, es porque su futuro abogado es una ‘rata’.

Hoy he de sugerirle una prueba igualmente interactiva, pero que no involucra el uso de animales ajenos a la profesión.  Ya tenemos suficientes animales ejerciendo la profesión, y con eso nos ha de bastar por ahora.

El consejo básicamente se trata de lo siguiente:  Invite a su abogado, antes de decidir asignarle un pleito para que sea debatido ante un juez o un árbitro, a que jueguen un partido de ajedrez, uno de damas chinas, y por último, los honorarios de la consulta en un partido 1 a 1 de poker.  Si no cuenta con el tiempo necesario para realizar el triple ejercicio, sugeriría que se concentrara en el reto del ajedrez.


Imagen tomada de:  http://ownchannel.tv 

Como verá a continuación, además de poder disfrutar de un agradable rato en compañía del profesional del derecho, podrá usted descubrir más acerca de él.  Más aún, podrá usted probar gran parte del potencial que pueda él o ella tener, mientras se divierte.


Explicación

Cada uno de estos juegos es capaz de probar un elemento fundamental en el litigio, pero a la vez, los tres ponen a prueba una misma cosa, y es qué tanto sabe de estrategia el abogado.  Soy fiel creyente, a estas alturas que un abogado que no maneje bien al menos 2 de las 3 competencias que se evalúan aquí, cuenta con una alta posibilidad de ser considerado como un mal litigante.

Se preguntará usted:  ¿Bueno, y cuáles son estas supuestas competencias que se evalúan?  Procedo a responder:

Ajedrez:  Lógica jurídica  y estrategia.
Damas chinas:  Argumentación y estrategia.
Poker:  Factor sorpresa y estrategia.

Estoy seguro que más de uno a estas alturas del texto, si ha logrado llegar hasta aquí, se estará riendo, y me considerará aún más demente de lo que ya sabe que soy.  Sin embargo, en aras de satisfacer la curiosidad de aquellos que no ríen y todavía leen, procedo a explicar brevemente el porqué de cada uno de ellos, y qué relación puede esto tener con el derecho.

Ajedrez:

El ajedrez es quizás el juego de mesa más complejo inventado en toda la historia, y esto se debe a la infinidad de combinaciones que se pueden presentar.  A lo largo de la historia, muchos destacados jugadores de ajedrez se han especializado en defensa o en ataque.  Y dentro de este gran género, algunos fueron maestros con alfiles y otros con caballos.  En fin, el ajedrez claramente no es un juego lineal y repetitivo.

Pone a prueba la concentración constantemente, puesto que implica siempre tener presente qué ha hecho una ficha, y qué podría llegar a hacer.  Sin embargo, si se quisiera aprender a jugar este juego de mesa, no se requeriría de mucho tiempo de entrenamiento.  Las reglas de juego son bastante sencillas y gozan de pocas excepciones.

Por ejemplo, un ajedrecista sabe que le resulta imposible realizar un enroque (movimiento especial que implica un intercambio de flanco entre el Rey y la Torre, que puede venir en modalidad larga o corta) si previamente no ha despejado el camino, es decir, si previamente no ha evacuado al alfil y al caballo.  También ese jugador debe conocer que no puede realizar ese movimiento si al ejecutar la maniobra el rey quedara en posición de jaque en algún momento.

En otras palabras, el ajedrez, partiendo de una sencilla clase de reglas de juego, básicamente relacionadas con la forma en que se mueven las fichas, realmente se trata de un juego acerca de lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer.  Eso mismo es lo que hace un abogado ante un proceso judicial.  Al demandar o al denunciar, un abogado sabe que realmente está exponiendo una apertura de partida, y que ha de esperar la defensa que plantea su contraparte.  El abogado sabe, como lo sabe el ajedrecista, que no vienen procesos judiciales prefabricados, sino que se van construyendo a medida que se van dando los movimientos propios y los del oponente.  Es así como el ajedrecista desarrolla una lógica que le permite tener claro que no se puede llegar a un jaque mate sin que previamente se haya generado una red de mate que le permite acorralar al oponente.  Del mismo modo, el abogado litigante sabe que para llegar a una sentencia favorable debe construir su teoría del caso de forma tal que al finalizar el recorrido, el juez vea que le asiste la razón, pues las normas invocadas concuerdan con lo que las pruebas demuestran, y estas últimas son concordantes con los hechos que se pretenden demostrar.

Lo que diferencia al maestro del aprendiz es la capacidad de acechar sin ser detectado, o que a pesar de ser detectado, el oponente no cuente con alternativas para contrarrestar su ataque.  Lo mismo ocurre en el litigio.  El buen abogado litigante es capaz de prever lo que su contraparte puede hacer, y pronosticar cuando va a realizar algún movimiento determinado.  Eso implica que le permita estar preparado para contrarrestar y seguir atacando.

Damas Chinas:

Algunos dirán que como esto trata de mover fichas y hacerlas llegar al campo rival, no debería desgastarme en tratarlo de manera separada al ajedrez.  Sin embargo, las damas chinas permiten ilustrar una fortaleza o debilidad que podría tener su futuro abogado.  Ya he mencionado atrás que lo que se trata aquí es de evaluar su capacidad argumentativa así como su capacidad de estrategia.  En efecto, se hace referencia a la capacidad argumentativa, en la medida en que se trata de un ejercicio de colectividad lineal.

Quien juega damas chinas entiende que no se trata de que una sola ficha sea protagonista del juego, que llegue al otro lado del tablero más rápido que las demás, ni tampoco se trata de especular con lo que el contrario podría llegar a ejecutar.  Este juego implica la necesidad de que las fichas del jugador vayan realizado progreso de manera colectiva hacia adelante, de forma tal que se forme una red de fichas que permitan al jugador avanzar mediante saltos soportados por otras fichas que se encuentran previamente posicionadas en el tablero.

La actividad argumentativa no es muy diferente, en la medida en que implica la existencia de premisas que soportan la elaboración de una conclusión.  Esta conclusión no puede llegar si previamente las premisas lógicas no se encuentran debidamente soportadas.  Lo mismo ocurre si yo pretendo afirmar lo siguiente:  “Ya que soy más inteligente que mi padre, la Gaviota geriátrica, se puede concluir que casi todas las gaviotas son más inteligentes que sus padres”.  Para poder afirmar válidamente lo anterior tendría que demostrar que en efecto yo soy más inteligente que mi padre, y demostrar también que ese es un hecho generalizado y no aislado en cuanto a gaviotas se refiere.  De lo contrario, no deja de ser un simple simulacro de argumento.

Como se observa, el concepto de damas chinas también aplica a las redes argumentativas.  El abogado litigante ha de conocer que los casos complejos implican el manejo de varios argumentos simultáneamente que deben concatenarse de forma tal que al intérprete no le quede otra opción que revisar esa ‘formación’ de argumentos que se le presenta.  Sí, convendría que lo asumiera como si se tratara de una formación militar.  La forma en que se despliegan las tropas, o en este caso las fichas, permite determinar la forma en que se atacará y cómo podrá ser atacado.  De esa misma manera, la manera en que el abogado estructura su red argumentativa le permitirá a la contraparte establecer unos cambios a su propia red argumentativa para lograr el objetivo principal, convencer al juez.

Por supuesto, la elección de la ficha y la dirección, al igual que la manera de evitar el aprovechamiento por parte del oponente, le permitirán al jugador salir victorioso.  Eso es lo mismo que ocurre en el litigio, no hay manera de obviar el ataque contrario, tan solo la forma de contrarrestarlo y minimizarlo.

Poker:

El poker cuenta con dos particularidades especiales de los que carecer los dos juegos anteriores.  En este juego, la base del actuar del jugador es precisamente algo que no depende de él.  Las cartas le llegan dadas, y dependiendo del estilo de juego que se esté jugando (Texas, Omaha, Five card-draw u otros) el jugador tiene la posibilidad de cambiar cartas, o no hacerlo.  Independientemente de ello, es claro que el factor suerte es esencial aquí.

Las cartas llegan, no son escogidas, de la misma forma como al abogado le llega un caso con una serie de hechos preexistentes.  La misión en ambos casos es lograr montar el mejor juego (o caso) posible con lo que llega.  Sin embargo, el poker no se juega solo, y por esencia, los jugadores contrarios no tiene conocimiento de las cartas que se poseen hasta el final del partido, cuando ya se ha apostado.

Quizá resulte extraño que se hable de apostar y derecho en un mismo contexto, pero a usted, potencial consumidor de servicios jurídicos, es conveniente explicarle que el concepto de riesgo ha sido seriamente estudiado, y en ese estudio se ha comparado, (entre otras cosas) el riesgo propio del juego con el riesgo que se presenta en casos de seguros, por ejemplo.  Tenga en cuenta que el abogado está asumiendo el manejo de un riesgo, pues al no ser él (o ella) quien toma la determinación final, su ‘caso’ es en sí mismo un riesgo.

De otra parte, el poker contiene un elemento importante y es la cantidad que se apuesta por las cartas que se tiene en la mano.  Quizás es esto lo que distingue al buen jugador del mal jugador.  El buen jugador sabe cuando apostar fuertemente y cuando no hacerlo.  No siempre el apostar fuertemente implica tener un buen juego en las manos.  La idea es lograr hacer creer a los demás que se tiene un buen juego cuando no se tiene, y hacerlos apostar cuando sí se tiene.  Por supuesto, esto implica mucho manejo de táctica y de factor sorpresa.

No le quepa duda, apreciado ciudadano, que un proceso es eso y mucho más.  Saber cuándo hacer determinadas preguntas a los testigos, o cuando no, es algo esencial.  Saber si se debe insistir o desistir determinadas pruebas solicitadas, así como hacer énfasis en ciertos argumentos que puedan ser débiles pero creíbles por otros.  Eso es lo que implica ser gerente de un proceso.

Conclusión:

Recomendaría que se tome el tiempo de socializar con su abogado y se midan en una buena tanda de juegos de mesa.  Si no le apetece, quizá opte por realizar la prueba del gato.  No pierde nada intentándolo.
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sábado, 15 de enero de 2011

La dieta de los colombianos

La idea

“You are what you eat” (Eres lo que comes).  Esta frase es actualmente muy famosa en los países angloparlantes, así como en aquellos otros países que son fuertemente influenciados por los primeros.  Es una de esas joyas lingüísticas que es superada tan solo por frases como “El amor entra por los ojos”.  Tomándonos el atrevimiento que es tan usual para un ser tan irreverente como esta ave de camorra, he optado por realizar una preparación lingüística al mejor estilo de la cocina fusión.  Algo así como:  “El resentimiento entra por el estómago”.

Más allá de pretender querer ser algo ingenioso, esta última reflexión tonta y absurda, sí cuenta con un objetivo que no es tan tonto y absurdo.  Para aquellos que no somos capaces de cambiar el mundo, ni pretendemos hacerlo, sí buscamos generar la inquietud de reflexionar acerca de qué es lo que le damos a nuestro organismo y a nuestro espíritu todos los días.


El contexto

Rafael, es una persona juiciosa que se levanta a diario antes de que el sol salga para poder llegar a trabajar temprano.  Finalmente, Rafael es una persona que cuenta, como muchos otros colombianos, con un trabajo que no le brinda excesiva estabilidad, pero que la ha servido para mantener una familia.  Por lo tanto, no puede darse el lujo de descuidar.

Ingresa a las 7:00 a.m., pero para llegar a su lugar de trabajo, requiere viajar una hora y media en bus.  Su jornada implica largas sesiones de trabajo esforzado, que cesan cuando se toma su hora de almuerzo.  Conoce un lugar que le queda a tres cuadras de distancia, y es allí donde acude usualmente con los mismos dos o tres compañeros de trabajo, y almuerza.

Como Rafael, son muchos los colombianos que usualmente cuentan con jornadas de trabajo disímiles, pero que usualmente convergen cerca de las 12:00 o 12:30 en algún restaurante o almorzadero de confianza.  En estos lugares, además de una comida decente, o medianamente decente, cuentan con la posibilidad de ver el noticiero del medio día.


Los ‘nutrientes’

Para quien no está acostumbrado a ver los noticieros colombianos de medio día, tenga en cuenta lo siguiente:  1)  Dentro de las primeras 3 noticias, al menos dos de ellas están relacionadas con tragedias y/o con delitos.  2)  Las noticias principales no se manejan como reportajes, sino como crónicas.  3)  El concepto de crónicas para esta clase de programas, implica la utilización de lenguaje colorido y llamativo, un tono de voz pausado y una cadencia verbal asimilable a la de la lectura de poesía.

En otras palabras, cuando nuestro organismo intenta compensar la pérdida de nutrientes por la jornada diurna, estamos viendo y escuchando el dolor y la infamia de vivir en un país violento y sensacionalista.  Cuando Rafael y muchos otros ciudadanos están por degustar las primeras cucharadas de sopa, se enteran  simultáneamente que ha habido X número de muertos en una tragedia natural, que Z número de menores han sido abusados sexualmente por sus familiares, y que el Estado colombiano ha perdido ciertos miles de millones por cuenta de corrupción administrativa.

Obviamente al haber acabado la sopa, Rafael y sus amigos no parecen estar ya tan felices de estar en su hora de almuerzo.  Sin embargo, no suelen caer en cuenta de que terminado el ciclo de noticias principales, se suele acudir al ciclo de noticias políticas y económicas nacionales y posteriormente internacionales.  Es allí donde se enteran que el desempleo sube, que los bancos generaron varios billones en ganancias, y que estamos cerca de un par de guerras nucleares, todo ello mientras el mundo contaminado le comienza a pasar la cuenta de cobro a la humanidad en algo que hemos logrado reducir en términos bonitos como ‘niño’, ‘niña’ y el genérico ‘cambio climático’.

Para ese entonces, el arroz sabe a basura, y el pedazo de carne parece un retrato pueril de cómo el mundo burgués se burla de los pobres idiotas que quieren ganarse la vida honradamente.  Es quizás en ese momento que los comensales optan por recurrir al plato de ensalada.  ¿Qué da malo puede tener un plato de ensalada?  Siempre se habla de las bondades de las verduras y de las frutas.  De hecho, justo en ese momento hay una noticia sobre la importancia de comer cebolla por sus contenidos vitamínicos, y por la manera como estimula la buena circulación.  Justo allí, a Rafael le parece que esa cebolla sabe más sabroso que otros días.

La alegría, sin embargo, no dura mucho.  A continuación, se hace mención de un estudio adelantado por investigadores suecos acerca de la manera como el cáncer de páncreas puede ser estimulado entre otras cosas, por la ingestión de alimentos irritantes, entre los cuales también se encuentra la cebolla.  Justo allí recomiendan que en caso de sentir alguna molestia digestiva, se acuda inmediatamente al médico, porque se puede tratar de un cáncer letal.  Luego se brinda la cifra de cuantas muertes se causan al año por no detectar a tiempo este cáncer.

El postre, para los valientes que todavía deciden seguir comiendo, va acompañado de las noticias deportivas en las que se hace especial énfasis en cómo el equipo de fútbol del que es hincha Rafael se encuentra en una crisis económica sin precedentes, lo que ha obligado a la venta del único jugador bueno que tenía la temporada anterior.  Por supuesto, las directivas se encuentran analizando el asunto para intentar buscar pagarle el salario a sus jugadores.

De sobremesa, se ingiere la siguiente información:  Los amores y desamores de Shakira, los adelantos (de 45 minutos) de la novela (que dura 30 minutos), y el repaso de los capítulos anteriores.  Por supuesto, se trata de la novela que no ve Rafael.  La que él ve, como es algo más popular, no tiene necesidad de adelantos ni repasos en las noticias.  Por último, cierran la sección de entretenimiento con las noticias sobre cómo algún asesino en traje de luces mató magistralmente a un bovino encerrado mientras una cantidad de ebrios aplaudían la faena.


¿La pregunta?

¿Si es así como disfrutamos nuestro poco tiempo libre, a alguien le sorprende los altos índices de criminalidad, violencia intrafamiliar y problemas psicológicos que abundan en el país?

Repito:  “El resentimiento entra por el estómago”.  Procuren no mezclar ese resentimiento con cebolla.  Ya saben a lo que se exponen.

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sábado, 8 de enero de 2011

A vuelo de Gaviota – Ed. 4

A. Recorderis para abogados colombianos

Nos menciona el Decreto 196 de 1971 en su artículo 1º:

“ARTICULO 1o. La abogacía tiene como función social la de colaborar con las autoridades en la conservación y perfeccionamiento del orden jurídico del país, y en la realización de una recta y cumplida administración de justicia.

Bueno que recordáramos eso más seguido…


B. ¿Función actual de los abogados?

Me ha llegado vía Email este genial chiste.




C. Bloggers: favor leer

Recomiendo la lectura del siguiente ingreso que nos pone a reflexionar, y que ha escrito Pizcos en su blog. La entrada se titula “Estado de la blogósfera y su relación con las redes sociales”.


D. Repensando la política criminal

Importante que se reflexione seriamente sobre el manejo de la política criminal en Colombia.  El episodio de los Nule y de los hermanos Moreno resulta preocupante.  ¿La fiscalía colombiana viajando al exterior para agradecer la información que dan unos notorios desfalcadores y estafadores?  El mensaje sería:  “Delinque, pero ven y confiesas todo rápido, y no te pasa nada”.  Insisto:  muy preocupante.


E. Ley china

Me ha resultado sumamente interesante la iniciativa que se está proponiendo en China para penalizar el ‘abandono’ que los hijos hacen de los padres ancianos.  Más interesante que esta clase de iniciativas se presenten allá, donde los conceptos morales no suelen permear lo legal.  ¿Existirán razones económicas de fondo?
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jueves, 6 de enero de 2011

Reconocimiento póstumo - 2010

He estado re-re-revisando los blawgs leídos en 2010, para seleccionar aquellas entradas que en algún momento del año generaron admiración por su contenido, por su forma, por su estilo, o por la mezcla de algunos de estos elementos.

En consecuencia, les envío mi listado con las cinco mejores entradas del 2010, en mi sentir.  El orden será según el orden alfabético por blawgs.  No implica ningún grado de preferencia frente a los cinco ingresos elegidos.







Gracias a todos ellos por seguir publicando contenido de calidad.  Ojalá en el 2011 continúe esa tendencia, y siga creciendo la comunidad blawgger latinoamericana. 
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lunes, 3 de enero de 2011

‘Picotazo’ por analogía – V de Venganza

Hay que reconocer que en muchas ocasiones las ideas que uno quisiera exponer han sido plasmadas mucho mejor por otras personas, e incluso en otros contextos.  En Octubre de 2009 utilicé este recurso cuando me referí a la necesidad de buscar jueces junkies en el que se plasman tres situaciones diferentes relacionadas con jueces y la omnipotencia de su poder.

Finalizando el 2010 realicé una defensa de por qué apoyo a Daniel Coronell en este espacio, en respuesta a unas afirmaciones que realizaban algunos usuarios de Twitter que consideran que efectivamente este hombre no es un periodista serio sino un mafioso, utilizando los términos de los que se valió Álvaro Uribe para referirse a él.  Ese mismo día, en horas de la tarde-noche, el señor Jaime Ruiz escribió una respuesta formal en el blog de Atrabilioso, titulada “Los defensores de Daniel Coronell”, que invito a que sea revisada para poder entender con claridad el porqué de lo que viene a continuación.

He pensado mucho en la forma de la respuesta y la virulencia de los comentarios recibidos.  No es porque realmente me genere preocupación alguna que se me tilde de estúpido o idiota en cuanto a las leyes, o en cuanto a la forma de escribir.  Es una de las ventajas o desventajas de ser un pájaro y no una persona con hoja de vida disponible al público.  No se trata de sentirme herido en mi ego, o de sentirme maltratado.  Me sorprende mucho que personas que claman ser conocedores de la verdad y mucho más avanzado en cuestiones intelectuales que sus contrapartes, sean tan intolerantes a la diversidad.

Es allí donde se centra la curiosidad mía.  No es la primera vez que se me tilda de bruto en la red.  No es eso lo relevante.  La gente tiene todo el derecho a pensar y opinar que uno es iletrado, o que razona muy mal.  Hasta ahí, no tengo mayor problema.  Es, sin embargo, la tercera vez que recibo afirmaciones que podrían cuando menos tildarse de ‘agresivas’ si no de ‘ofensivas’.  La primera vez fue cuando recién inicié con este espacio, en el que me encontré con un personaje que se denomina Moredan, y que se define a sí mismo como un humanista radical.  Las últimas dos veces han provenido del señor Jaime Ruiz.

¿Por qué ocurren estas cosas?  En eso estuve pensando durante algún tiempo, y veo en muchos de los defensores acérrimos del Presidente Uribe a personas que son casi fanáticas de sus convicciones políticas y que no se atreven siquiera a considerar que algo de lo que ellos piensen puede estar mal o equivocado.  Cualquier concepto de debate está cerrado salvo cuando no se trata realmente de un debate sino simplemente los interlocutores se dan la razón mutuamente y cambian son los fundamentos de la respuesta.  Uno de los comentarios que Ruiz, en un tono mucho más respetuoso y cordial, escribió al final de su artículo, me dejó pensando aún más.  Lo cito textualmente aquí para que quede claro a qué me refiero:

“Gaviota Jurídica:

Cuanto más dolorosos y despreciables sean los agravios, menos se verá usted expuesto a la desagradable tarea de explicar en términos jurídicos o morales o literarios que Coronell pueda publicar interceptaciones mientras persigue aliado con todo el poder de los medios y las clases altas al presidente que recuperó el país del atraso.

Alguien que considera a Coronell un "periodista serio" y exige respeto es como uno que se va a buscar novia vestido de mujer y se sorprende de que no lo acepten. Cuando Uribe llama a Coronell "periodista mafioso" comete un ultraje al lenguaje. Si Coronell fuera periodista, es decir, comunicador social, habría transmitido a sus lectores su desagravio. Lo que hace es ir a acogerse al poder que encarcela por adjetivos o por verdades como en el caso de la denuncia por calumnias contra José Obdulio Gaviria y Francisco Santos. Cuando no responde reconoce que no tiene nada que decir sobre las acusaciones, como hace el propio Gaviota Jurídica.

No puedo sentir respeto por ninguna discusión de tipo personal. No me interesa agraviar a nadie, tampoco a Coronell, ni menos defender a Uribe. Cuando leo la prensa colombiana y veo esa orgía de canalladas que es cada página de opinión, esa exaltada y descarada complicidad con el terrorismo y las mafias, me indigno porque no podrá haber progreso mientras no se limpie la conciencia de la gente de lo que permite eso. Coronell, al igual que los demás malhechores de Semana expresa una sociedad bárbara y una condición moral baja. Si eso es lo que impera las personas ordinarias están condenadas a vivir en un infierno que ya empezó a orientar el rumbo por el camino de Venezuela y de Zimbabue.

Feliz Año Nuevo.

Particularmente me ha llamado mucho la atención lo consignado en los primeros dos párrafos del comentario.  Básicamente se da a entender que el lenguaje violento es necesario (primero) y luego, que no se puede exigir tolerancia salvo cuando quien debe ser tolerante no considera que debe serlo.  En consecuencia, como yo soy aparentemente un travesti de la razón, por pensar como pienso, no se debe tolerar lo que pienso.  Es decir, el concepto de tolerancia es subjetivo y condicionado a lo que se desee.  Personalmente, no creo que eso realmente implique ser tolerante.

En esta clase de cavilaciones me encontraba cuando el fin de semana tuve la oportunidad de ver nuevamente una película que me encanta por muchas razones.  Me encontraba viendo “V de Venganza” y me llamó poderosamente la atención una escena que anteriormente había pasado algo desapercibida.  En la escena el protagonista, V, aparentando ser otra persona, le cuenta al Inspector en Jefe acerca una parte de la historia que no es del todo conocida por el policía.  Realmente, poco me importa hacer el paralelo frente al Canciller Sutler, pues quizás eso sería el ejercicio evidente que los realizadores querrían que realizáramos.  Me importa, para estos efectos, revisar lo que se dice de los seguidores de personas que adquieren poder y son de pensamiento radical.



Imagen tomada de:  http://uvepece.wordpress.com

Para ello, invito a que revisen el video que a continuación enlazo.  Particularmente, me interesa que pongan mucha atención a lo que se menciona entre el minuto 0:45 y el 1:20.  No lo inserto directamente puesto que Youtube ha inhabilitado esta opción respecto de este video.

Ahora, piensen en la actitud desplegada por algunos de mis detractores.  ¿Cuál es la necesidad de la agresividad y lo radical de sus posturas?  Realmente, ninguna.  Toda persona que se considera neutral frente al tema de Uribe, se maravilla al ver que tanto la mayoría de los ‘furibistas’ como de los antiuribistas radicales no son siquiera capaces de considerar como algo posible, que la postura contraria pueda tener algo de razón.  No les interesa ver algo diferente a lo que creen como una verdad revelada.

Lo verdaderamente curioso es que no pareciera lógico que la búsqueda de la verdad implicara recurrir al odio y a la exclusión.  ¿La verdad se fabrica o la verdad se descubre?  ¿La verdad se inculca a fuego y sangre como lo hacía la Inquisición en la Edad Media?  Pareciera que algunos dirían hoy que sí.  Observemos de qué manera detractores radicales o seguidores radicales de Álvaro Uribe buscan con afán un enemigo.  Unos dirán que los paramilitares, otros dirán que la guerrilla, y bajo ese entendido, todos los que no comulgan con esa forma de pensar, son enemigo.

Esto mismo ocurrió durante siglos con la violencia entre católicos y protestantes.  Esto es lo mismo que se dio entre comunistas y demócratas el siglo pasado.  Es lo que se dio en la época de la violencia entre liberales y conservadores en Colombia.  Es el pensamiento de los ‘barristas’ que agreden porque alguien le gusta algo diferente a lo que les gusta a ellos.

Por supuesto, en mi caso particular, se ha dicho que yo poco conozco de derecho, y que lo único que hago es sacar ‘leguleyadas’.  Es posible.  Luego de algún tiempo de experiencia profesional he logrado comprender que la ‘leguleyada’ es el concepto que se utiliza de manera peyorativa para explicar aquellas interpretaciones jurídicas que se consideran ilógicas.  Bajo ese entendido, entonces,  será leguleyada no solo mi defensa jurídica de mi opinión sobre el detractor de Uribe, sino también la de cualquiera que intente hacer lo mismo.  Ya anunció algo así Ruiz al ingresar el comentario que aquí se ha citado.  Ni siquiera tenemos derecho a pedir respeto.

Por esa clase de razones es que esta ave leguleya no le interesa intentar realizar ejercicios argumentativos o debates de otra índole con los portadores de la fe.  Como casi todas las doctrinas religiosas, es una creencia única e incompatible con cualquier otra.  Bajo ese entendido, con ellos no se debate, ellos evangelizan a los profanos en política y leyes, como es mi caso.  Ya ellos han avisado que cualquier decisión judicial tomada contra Uribe, es sin duda porque la justicia está comprada, los medios también, y todos confabulan contra el magno.

Será por eso que el estado de opinión, en donde las políticas de Estado dependen del buen parecer de lo que la gente realmente piense, debe ser impulsado por aquellos que sí conocen la verdad y son portadores de la fe.  Los demás tenemos la opción de convertirnos, o caer en la hoguera.  Algo así como lo que planteaban en el relato del V desenmasarado.

NOTA FINAL:  De manera expresa, excluyo de manera directa a “No apoyo a Coronell” quien igualmente está en absoluto desacuerdo con lo que he manifestado anteriormente, pero maneja un lenguaje que dennota decencia y tolerancia.  Es frente a esta clase de personajes que se puede efectivamente dar un debate de posturas.  Insisto, no comparto nada de lo que dice, pero entiendo y acepto las críticas.
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