En anterior oportunidad, me he referido a algunos exponentes de bloggers cuya dedicación, creatividad y seriedad admiro profundamente. Sin existir alguna clase de resentimiento o envidia en mis palabras, los denominé ‘superbloggers’ por esa admiración que me generan. De otra parte, me referí a otra clase de bloggers que por alguna razón, sea por contenido, por estilo o por la falta de dedicación a su blog he denominado ‘vaga-bloggers’. Con un gigantesco mea culpa, me envío un poderoso autopicotazo, toda vez que los últimos dos meses han sido para esta Gaviota meses de hibernación, y cuasi-catalepsia.
Algunos de mis amigos bloggers han estructurado algunos ingresos relativos a las reglas que deben cumplirse si se tiene siquiera la pretensión de ser un blogger serio. Dentro de las primeras de estas reglas se encuentra aquella según la cual, deben existir ingresos periódicos al blog. Por mi parte, pensaría que la periodicidad de ingresos es un tema más de costumbre que de frecuencia. Me explico. Algunas bitácoras cuentan con actualizaciones diarias, y otras incluso se actualizan en razón de horas. Algunas otras, también de gran calidad y de importante popularidad, no se actualizan con tanta frecuencia, pero le permiten a sus lectores contar con cierto margen de maniobrabilidad, de forma tal que pueden predecir cada cuanto tiempo se actualizará la bitácora que siguen. He roto esa regla. Inicialmente, cuando se inauguró este blog en el mes de julio de 2008, realizaba ingresos cada 2 o 3 días, de forma tal que podía contar con un total de 11 ingresos aproximados cada mes. Creo que entre los meses de marzo y abril, sumados, no llego a la mitad. Pecado mortal para un blogger.
Eso parece ser un consenso, pero quizás no sea tan evidente el porqué de ese consenso. ¿Qué relevancia tiene el nivel de lectura de un blog en cuanto a la calidad del contenido del mismo? Tal vez ninguna. Sí considero, y creo que a raíz de la reunión sostenida con los blawggers bogotanos he reafirmado esta posición, que constituye una conditio sine qua non para todo blogger, el tener un ego, cuando menos, moderado. Ese día procuré incitar a mis amigos bloggers a que me refirieran sus experiencias en ese sentido. Indagué un poco acerca de los sacrificios que implica ser constante y juicioso en la administración del blog. Pretendí plantearle a Mariana Jaramillo (la psicóloga del grupo) que me ayudara a esquematizar un perfil psicológico del blogger. Quizás no era el momento oportuno, y por eso me reservé la inquietud en su momento. Aún así, la duda persiste. ¿Qué es aquello que nos lleva a escribir como lo hacemos?
En otra de mis migraciones a blogs extra-jurídicos, recuerdo haber observado que muchos de los ingresos dedicados a introducir al lector un poco a la blogósfera, tratan estas bitácoras como una especie de diario personal en el que el blogger realiza ingresos periódicos para expresar algo. Me pareció curioso, y aún me resulta así, que se tomen los blogs como diarios. Personalmente, no considero que lo sean, pero no descarto que así sea. Otros tantos consideran que el blog es una especie de foro, en el que el blogger es una especie de moderador de un debate que curiosamente, no está en sus manos. Un tercer grupo se vale de esta herramienta para publicitar sus hobbies. Algunos otros consideran el blog como un mecanismo alternativo a los medios de información tradicionales, es decir, como una especie de combate de prensa Vs. blogs.
Considero que el tema de la naturaleza del blog sigue estando abierta a muchas posibilidades. Incluso no se puede descartar la utilización del blog como empresa. Cada vez más considero que el blog es un canal y no un producto. El resultado depende de lo que con él se haga. Por ello, me resulta cuando menos inquietante, observar desde ya una serie de ingresos por parte de los ‘expertos’, a los que yo rebautizaría ‘críticos estrella’ (quienes siguen mi blog entenderán a qué me refiero con ello), que ya sentenciaron de muerte a los blogs. Pareciera ser que, según ellos, deberíamos empezar a capacitarnos como cazadores de mariposas, o como coleccionistas de estampillas, puesto que la blogósfera se acabó.
Como ya no estamos de moda, entonces lo que escribamos resultará irrelevante… No creería que la creciente censura en materia de blogs sea consecuente con este diagnóstico. Por el contrario, considero que el blog es una herramienta de singular utilidad, y que tal vez no hayamos explotado correctamente. En el caso particular de los B.I.´s la bitácora individual constituye una especie de planeta que gira incesantemente en torno a un centro luminoso poderoso, que llamamos nosotros ‘derecho’. Cada planeta cuenta con una órbita única, exclusiva y plenamente diferenciable. Los tiempos son propios y su lógica también lo es. Por ello es que debe aplaudirse a estos superbloggers que se esfuerzan constantemente por lograr que su bitácora se mantenga en órbita y que cada vez resulte más interesante para todos los alienígenas que quieren ingresar a ella.
El derecho cambia, la hermenéutica también, y la filosofía es un constante caudal de ideas en confrontación y contradicción. Escribir y administrar un blog es materializar una energía interna, una pasión amorfa en una obra que para su autor cobra pleno significado, pero que también cuenta con una pasión externa, vertida por los lectores que se nutren de estas ideas y quieren exponer, en muchos casos, las propias. Vaga-blogger es quien cree que ante un infinito número de posibilidades de expresar su pasión, considera que no hay más que escribir, o que su aporte es insignificante en un mundo en el que cada cual cree tener la razón.
Aquí, y ahora, cuando parecería irremediablemente claro que el conocimiento no se transforma, ni se genera, sino que se destruye, son estos espacios un ícono más que permitirán mostrarle a la humanidad, que la comunicatividad, que nos ha caracterizado desde que existimos como especie, es un factor que debe encauzarse nuevamente a la superficie, venciendo las aguas turbulentas de la crítica sin sentido. Sobreponerse a la visión peyorativa de algunos, es parte de la función que cumplimos cuando publicamos algunas letras que pueden significar todo y nada, pero que de todas formas, siempre serán mucho. En derecho, ello siempre será ganancia. Saludos a todos los superbloggers, y adelante con sus respectivas gestas.
Algunos de mis amigos bloggers han estructurado algunos ingresos relativos a las reglas que deben cumplirse si se tiene siquiera la pretensión de ser un blogger serio. Dentro de las primeras de estas reglas se encuentra aquella según la cual, deben existir ingresos periódicos al blog. Por mi parte, pensaría que la periodicidad de ingresos es un tema más de costumbre que de frecuencia. Me explico. Algunas bitácoras cuentan con actualizaciones diarias, y otras incluso se actualizan en razón de horas. Algunas otras, también de gran calidad y de importante popularidad, no se actualizan con tanta frecuencia, pero le permiten a sus lectores contar con cierto margen de maniobrabilidad, de forma tal que pueden predecir cada cuanto tiempo se actualizará la bitácora que siguen. He roto esa regla. Inicialmente, cuando se inauguró este blog en el mes de julio de 2008, realizaba ingresos cada 2 o 3 días, de forma tal que podía contar con un total de 11 ingresos aproximados cada mes. Creo que entre los meses de marzo y abril, sumados, no llego a la mitad. Pecado mortal para un blogger.
Eso parece ser un consenso, pero quizás no sea tan evidente el porqué de ese consenso. ¿Qué relevancia tiene el nivel de lectura de un blog en cuanto a la calidad del contenido del mismo? Tal vez ninguna. Sí considero, y creo que a raíz de la reunión sostenida con los blawggers bogotanos he reafirmado esta posición, que constituye una conditio sine qua non para todo blogger, el tener un ego, cuando menos, moderado. Ese día procuré incitar a mis amigos bloggers a que me refirieran sus experiencias en ese sentido. Indagué un poco acerca de los sacrificios que implica ser constante y juicioso en la administración del blog. Pretendí plantearle a Mariana Jaramillo (la psicóloga del grupo) que me ayudara a esquematizar un perfil psicológico del blogger. Quizás no era el momento oportuno, y por eso me reservé la inquietud en su momento. Aún así, la duda persiste. ¿Qué es aquello que nos lleva a escribir como lo hacemos?
En otra de mis migraciones a blogs extra-jurídicos, recuerdo haber observado que muchos de los ingresos dedicados a introducir al lector un poco a la blogósfera, tratan estas bitácoras como una especie de diario personal en el que el blogger realiza ingresos periódicos para expresar algo. Me pareció curioso, y aún me resulta así, que se tomen los blogs como diarios. Personalmente, no considero que lo sean, pero no descarto que así sea. Otros tantos consideran que el blog es una especie de foro, en el que el blogger es una especie de moderador de un debate que curiosamente, no está en sus manos. Un tercer grupo se vale de esta herramienta para publicitar sus hobbies. Algunos otros consideran el blog como un mecanismo alternativo a los medios de información tradicionales, es decir, como una especie de combate de prensa Vs. blogs.
Considero que el tema de la naturaleza del blog sigue estando abierta a muchas posibilidades. Incluso no se puede descartar la utilización del blog como empresa. Cada vez más considero que el blog es un canal y no un producto. El resultado depende de lo que con él se haga. Por ello, me resulta cuando menos inquietante, observar desde ya una serie de ingresos por parte de los ‘expertos’, a los que yo rebautizaría ‘críticos estrella’ (quienes siguen mi blog entenderán a qué me refiero con ello), que ya sentenciaron de muerte a los blogs. Pareciera ser que, según ellos, deberíamos empezar a capacitarnos como cazadores de mariposas, o como coleccionistas de estampillas, puesto que la blogósfera se acabó.
Como ya no estamos de moda, entonces lo que escribamos resultará irrelevante… No creería que la creciente censura en materia de blogs sea consecuente con este diagnóstico. Por el contrario, considero que el blog es una herramienta de singular utilidad, y que tal vez no hayamos explotado correctamente. En el caso particular de los B.I.´s la bitácora individual constituye una especie de planeta que gira incesantemente en torno a un centro luminoso poderoso, que llamamos nosotros ‘derecho’. Cada planeta cuenta con una órbita única, exclusiva y plenamente diferenciable. Los tiempos son propios y su lógica también lo es. Por ello es que debe aplaudirse a estos superbloggers que se esfuerzan constantemente por lograr que su bitácora se mantenga en órbita y que cada vez resulte más interesante para todos los alienígenas que quieren ingresar a ella.
El derecho cambia, la hermenéutica también, y la filosofía es un constante caudal de ideas en confrontación y contradicción. Escribir y administrar un blog es materializar una energía interna, una pasión amorfa en una obra que para su autor cobra pleno significado, pero que también cuenta con una pasión externa, vertida por los lectores que se nutren de estas ideas y quieren exponer, en muchos casos, las propias. Vaga-blogger es quien cree que ante un infinito número de posibilidades de expresar su pasión, considera que no hay más que escribir, o que su aporte es insignificante en un mundo en el que cada cual cree tener la razón.
Aquí, y ahora, cuando parecería irremediablemente claro que el conocimiento no se transforma, ni se genera, sino que se destruye, son estos espacios un ícono más que permitirán mostrarle a la humanidad, que la comunicatividad, que nos ha caracterizado desde que existimos como especie, es un factor que debe encauzarse nuevamente a la superficie, venciendo las aguas turbulentas de la crítica sin sentido. Sobreponerse a la visión peyorativa de algunos, es parte de la función que cumplimos cuando publicamos algunas letras que pueden significar todo y nada, pero que de todas formas, siempre serán mucho. En derecho, ello siempre será ganancia. Saludos a todos los superbloggers, y adelante con sus respectivas gestas.