lunes, 29 de diciembre de 2008

Esperanzas de cambio: Año nuevo, vida nueva

El año está próximo a finalizar, y resulta casi imposible dejar pasar lo que quisiéramos dejar atrás, y lo que quisiésemos que cambiara en este nuevo año que comienza. Es natural que tengamos vanas esperanzas de paz en el mundo, de prosperidad para todos los allegados, y de 365 días de éxitos laborales. De hecho, es deseable que así sea. El conformismo es un terrible mal que no trae nada positivo. Tras finalizar este año tan desastroso para la economía mundial, lleno de guerras, terrorismo, exterminación de especies, entre otros, debemos mirar el pasado, analizarlo, e intentar aprender de él.

El año 2009, que en pocos días comienza, es una incógnita en muchos aspectos, sobre todo desde la óptica política y económica. Esta impresión diagnóstica no solo aplica desde la perspectiva global, sino también local, a nivel colombiano. El personaje del año, según Time, asumirá de lleno las riendas del land of the free (tierra de los libres), que debe ser mejor conocida ahora como el home of the brave (hogar de los valientes). No es fácil la tarea de Obama el próximo año, pues de sus decisiones, aún sin haberse ejecutado, depende la estabilidad de los mercados, y la posibilidad de encontrar una luz al final del túnel. En Colombia, el panorama es el opuesto. Hay un conglomerado de personas, incluido el mismo Presidente de la República, creemos –y por supuesto, no me incluyo en este amplio grupo de personas– que a pesar de los desastres internos ocurridos este año, no debemos tener un relevo en el poder.

En Venezuela, el problema es un poco mayor, en la medida en que nos encontramos ante un mandatario sumamente persistente en sus ansias de perpetuación en el poder. Hasta el momento, lo ha conseguido, y este 2009 será la crónica de otro intento más por garantizar este deseo. Gran parte del pueblo lo apoya, y la táctica de aferrarse a Fidel Castro y Bolívar como íconos a emular, nos muestra una característica de su personalidad que permite asegurar que al menos voluntariamente, no estará dispuesto a compartir el poder.

La postura asumida por gran parte de mis compatriotas y por los vecinos latinoamericanos, al igual que por otras personas que en el mundo padecen problemas similares, incluso en etapas más avanzadas, me recuerdan la historia de Cándido. Este personaje, héroe (o antihéroe) de la obra de Voltaire del mismo nombre, sufre a lo largo de la historia, un sinnúmero de vejámenes, ante lo cual, su respuesta es que todo sucede porque así debía suceder, estando él en el mejor de los mundos posibles. A pesar del pésimo trato que recibe, y de los múltiples infortunios vividos, cree ciegamente en esta filosofía, y bajo ese entendido, cree que el mundo es perfecto, o cuando menos, casi perfecto.

Ante tanto Cándido rondando por ahí, no debe sorprender que nos comamos tantas insensateces, y tan seguido. Me gusta mucho acudir a recursos no tan elevados, ni tan doctos, para ejemplificar el estado de las cosas, como yo lo veo. Por ello, ha sido habitual en este espacio, publicar caricaturas que ilustran la insensatez del mundo en el que vivimos, y no desaprovecharé esta oportunidad para agregar otra más, esta vez de la caricaturista Nani, de su serie de Magola.

Imagen tomada de: www.elespectador.com


Por mi parte, me gustaría creer que Kant y J.R.R. Tolkien podrían ser objeto de fusiones ideológicas, así como en materia musical hoy en día degustan (y otros soportamos) la existencia de mezclas como el Tropipop, la Tecnocarrilera, o el Latin House. Espero con ansias que se inicie la saga del Señor de los Ensayos : La comunidad de la Metafísica, Las dos críticas, y El regreso del idealismo antes de que nuestras casas se vean infestadas del próximo hit de Bossa N´ Vives o Bossa N´ Maiden. En efecto, sería feliz si recordásemos como Tolkien aclara en sus obras que incluso el ser más pequeño e insignificante puede cambiar el mundo, y si de la misma forma recordásemos con Kant, que los imperativos categóricos nos obligan a actuar de forma tal que nuestra conducta sea proyectada como una norma universal de comportamiento. Teniendo en cuenta que es más probable el Bossa N´ Vives que El Señor de los Ensayos, podría optar por un plan B, como sería pedirle a los editores de Chopra, o de Riso, o de Coelho, o incluso a los autores, que me den un empujoncito con la idea, teniendo en cuenta que todos ellos también nos quieren sanos y felices.

Lastimosamente, debo ser sincero con mis lectores, y probablemente fracasaré en esta empresa. Tal vez por ello, debamos optar por la teoría jurídicamente más apetecida, es decir, la teoría ecléctica. Ni un sopor desesperante, ni Immanuel Tolkien. Apelemos a los agüeros de fin de año. ¡Año nuevo, vida nueva! Por mi parte, destinaré juiciosamente mi penúltima, de doce uvas, a la justicia colombiana, y la última a los honorables. Mientras como mi plato de lentejas, intentaré desesperadamente hacer fuerza para que los congresistas colombianos coman su buena porción esa noche, para que así no se antojen de ellas mientras se sigue debatiendo el referendo re-re-eleccionista. Ya sabemos lo que se puede hacer por un buen plato de lentejas…

En fin, obremos conforme a los postulados de la justicia aristotélica. Démosle a cada cual el agüero que le corresponde. Feliz Año 2009 para todos, y gracias, como siempre por compartir conmigo estos Picotazos modelo ´08.
-->

martes, 23 de diciembre de 2008

Para el pueblo de dirección, confianza y manejo

Recuerdo con cierto cariño, más por sentirme un oligofrénico profundo que por lo belleza de las circunstancias, aquella vez que ingresé a un trabajo que implicaba cierta responsabilidad. Utilizo el término porque en mi tierra natal se suele hacer distinción entre los trabajos que implican responsabilidad y aquellos que no. Quizás esta distinción terminológica ha llevado a muchos compatriotas “despistados” a distorsionar el sentido con el que se realmente se hace esta distinción. La gran cantidad de irresponsables en su trabajo es tal que pareciese que son muy pocos los que realmente ostentan cargos con responsabilidad (o mejor, de responsabilidad).

Si quisiéramos hilar fino, podríamos concluir que es un cargo de responsabilidad aquél en el cuál se requiere de un nivel de diligencia especial del empleado debido a las implicaciones estructurales a nivel empresarial, principalmente de orden económico, que implica cualquier decisión adoptada por éste. (¿?) Eso es tan ininteligible como el lento e imperceptible retiro de las aguas, que permite identificar el fenómeno del aluvión. No conozco a nadie que haya presenciado un aluvión, como tampoco conozco a alguien que me pueda seriamente decir que significa aquello de un cargo de responsabilidad.

Lo curioso es que desde el punto de vista económico, nadie tiene un cargo de responsabilidad. Me explico: se dice comúnmente que a mayor responsabilidad, mayor salario. Si revisamos los salarios que se pagan en Colombia, concluiríamos, nuevamente, que casi todos somos trabajadores que no ostentamos cargos de responsabilidad. Tal vez por ello es que nuestras empresas están conformadas por empleados sin responsabilidad, o empleados irresponsables. Como gusten. Es lo mismo, ¿o no? Esta mano de obra, carente de cualquier responsabilidad, evidentemente no puede esperar percibir jugosos salarios propios de empleados que manejan altos grados de responsabilidad. Señores empleados de la rama judicial: ¡vayan aprendiendo!

Cuestión diferente es el manejo administrativo de las empresas. Bajo esta perspectiva, existe una curiosa figura diseñada por “alguien” en “algún momento”, que se conoce como los empleados de dirección, manejo y confianza. Esta clase de empleados, cuentan con unas características especiales, según criterios fijados por la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia colombiana. Entre muchos de sus pronunciamientos destaco el siguiente, contenido en sentencia de 19 de julio de 2006, con ponencia del Magistrado Carlos Isaac Náder:

“Para la Corte de las reseñadas funciones no es dable concluir que el cargo desempeñado por la trabajadora demandante reuniera con claridad las características que identifican a los cargos de dirección, confianza y manejo que exigen, honradez, rectitud y lealtad especiales, lo que indica que el empleador deposita en el trabajador un grado especial de confianza, distinto al exigido a cualquier otro trabajador, en tanto aquellas labores comprometen de manera importante los intereses económicos de la empresa.”

Una de las consecuencias directas de ser empleado de manejo y confianza, es que no es predicable de aquellos ser merecedores de reconocimientos económicos por trabajar más allá de la jornada laboral ordinaria. En consecuencia, el concepto de jornada laboral, no existe para esta clase de empleados. A pesar de mis estudios en derecho, o mejor, en razón de ellos, fue que apliqué el principio de la buena fé. Cuando se me dijo que mi cargo era de inmensa responsabilidad, realmente no hacían referencia a lo jugoso que iba a ser mi sueldo por esta circunstancia, sino que elegantemente se me preavisó que no era conveniente ni útil estar revisando aquello de mi jornada laboral ordinaria. Esta misma circunstancia era predicable de todos los trabajadores del área a la que pertenecía, y en general, a todo el mundo, salvo a los que sí tenían cargos de dirección, que tenían horarios de almuerzo de más de dos horas, y que trabajaban arduamente en los clubes sociales tomando whiskey con otros responsabilísimos funcionarios de otras empresas.

Hoy recuerdo con cariño esto, porque me permite entender porque muchas personas en el país confiaron su dinero a David (así lo llaman los miembros de su familia DMG), y otros a DRFE, al igual que por qué fue tan exitoso Madoff en los Estados Unidos durante tanto tiempo. Entiendo que probablemente muchos de los clientes de estas empresas fueron, o son, empleados de dirección confianza y manejo, con sueldos de empleados irresponsables. En otras palabras, sus contratos en la práctica estipulan:

“Querido empleado: Eres importantísimo para esta empresa. Todo tu trabajo, al igual que las decisiones que tomas con ocasión del mismo, son de vital interés y trascendencia para el normal funcionamiento de la empresa. Sin embargo, como tal, tu trabajo no implica el manejo de ninguna clase de responsabilidad. Por ello, eres merecedor de un salario mínimo, más auxilio de transporte.”

Es importante resaltar aquí, que quienes son tan afortunados de leer cartas de amor como la recién transcritas, son quienes han contado con la suerte de encontrar un trabajo en donde realmente se les trate como trabajadores, y no como contratistas independientes, modalidad ampliamente utilizada para evitar el pago de prestaciones sociales y demás gastos regidos por la legislación laboral. Ah, se me olvidaba, a estos últimos les descuentan el IVA, y tienen que cotizar a pensiones y salud, con el poco dinero que les queda.

A eso sumémosle que los respectivos gobiernos los tratan de tener cultura mafiosa, o amor por el dinero fácil. Personalmente, estoy de acuerdo con lo segundo. Por ello, la solución dada por el gobierno ha sido, en el caso colombiano, incautar todo dinero que tenga que ver con estas empresas (pirámides y DMG) y luego decirle al pueblo que el Estado no responderá con su patrimonio por sus pérdidas económicas. Sí, el mismo Estado que meses antes certificaba que eran empresas legales.

En consecuencia, es claro que la utilización del concepto de trabajador de dirección, confianza y manejo, ha trascendido las fronteras inicialmente trazadas. Ya no solo existen trabajadores de dirección, confianza y manejo, sino que existen ciudadanos de dirección, confianza y manejo. En otras palabras, existen las personas que se desviven por servir a la comunidad, y estamos los ciudadanos importantísimos, de confianza y manejo, o en otras palabras, los ciudadanos “de poner”.

Para todos aquellos que viven todas o algunas de estas situaciones, mis mejores deseos de navidad, porque probablemente muchos de ellos podrán ahora entender lo que fue realmente el nacimiento de Jesús en la extrema pobreza, en la soledad y ante la insolidaridad de sus compatriotas. Entenderán que la navidad va más allá de la entrega de presentes entre familiares y extraños, y verán que es la unión familiar y el amor es lo que ha de primar en estas fechas. Encontrarán en la navidad de Dickens el refugio a sus pesares, aunque tal vez en la actualidad, el fantasma de las navidades futuras ha saboteado la fila y se ha colado para mostrarnos en la navidad presente aquellos desastres que nuestro autor vio como posibles ante la insolidaridad del género humano. Que sean estos ejemplos el testimonio de la humildad y del cambio que debemos practicar para que en adelante, estas fiestas sean únicamente sinónimo de felicidad. Para mi pueblo, de dirección, confianza y manejo, mis mejores deseos en esta navidad, lección de vida y de esperanza.
-->

jueves, 18 de diciembre de 2008

El comic político colombiano

Las noticias políticas colombianas cada día parecen más un comic. Sí, una de esas historietas en la que los personajes principales y sus formidables rivales se encuentran y combaten unas 500 veces en una misma vida. En 150 de ellas, triunfa el superhéroe, y en 350 de ellas triunfa el enemigo, más por razones de ventas que por ineptitud de nuestro idolatrado héroe. Tal vez ello lo hace más humano, más real, con falencias que deben superarse para que prevalezca el bien sobre el mal.

En estos comics, además de que a los personajes no parece pasarles el tiempo, ocurre algo muy particular y es que respecto de un mismo personaje, se pueden predicar múltiples interpretaciones, casi simultáneamente. Para quienes no entienden a lo que voy, revisen las últimas películas de Superman y del Hombre Araña. En ambos casos el personaje es llevado a una crisis existencial derivada de las circunstancias que le permite ser rechazado o ignorado por el mismo mundo al que intenta salvar. En otras palabras, nuestro superhéroe es un incomprendido, maltratado por esa misma sociedad incomprensiva.

Fíjense cómo el carácter enigmático del líder, la abnegación y entrega irrestricta hacia una comunidad que no lo entiende, pero a la que defiende a pesar de ello, nos acerca a una postura que muchas veces se ha discutido en los foros especializados. En los correspondientes escenarios, se ha discernido acerca de cómo el superhéroe adquiere ciertos matices mesiánicos, de salvador reprochado y vilipendiado por la comunidad a salvar. El héroe prevalece sobre el ideal. Es la epopeya moderna, con mucho músculo, aparatos modernos y antifaces que esconden enigmas ocultos que no deben ser desentrañados por el hombre común.

Como dije al inicio de este ingreso, las noticias políticas colombianas, y me atrevería a decir que latinoamericanas (en general), parecen sacadas de los comics. Me ocuparé del ejemplo que más me compete, que es el de Álvaro Uribe Vélez, Presidente colombiano. Estoy seguro que en la medida en que trasladáramos este ejercicio a otros países del continente americano (por no ir más allá, aunque no porque el fenómeno únicamente sea latino) podríamos identificar casos similares. A pesar de ello, procuraré no desviarme del tema.

El Presidente Uribe, surgió como un justiciero en época de desesperación. El país se encontraba hipotecado a muchos grupos ilegales, y bajo el lema de “mano firme y corazón grande”, con un sólido discurso en torno a la recuperación de la soberanía, la presencia pública en todo el territorio nacional, y la lucha contra la politiquería, y el respeto por el pluralismo, este joven político inició una vertiginosa carrera a la cima. En efecto, su propuesta y la coherencia sistemática de su discurso logró que fuese el primer Presidente en ganar las elecciones populares en primera vuelta, por haber obtenido más del 50% del total de los votos efectivos (en primera vuelta, no hay solo dos candidatos, sino todos los que se hubieren inscrito inicialmente, por lo que obtener más del 50% de los votos, no es tarea sencilla).

Encontramos nuestro Neo (sip, el de Matrix), nuestro elegido. Esta gaviota en su momento votó por él. Se necesitaba restablecer el orden institucional, y poder transitar por nuestro territorio, como si en realidad fuese nuestro, y no de otros. Así se inició la formidable carrera presidencial de nuestro superhéroe. Sin embargo, aquí es donde inicia la transformación de nuestro héroe. La lucha contra la politiquería fue una derrota que no demoró en llegar. Uribe trazó las fronteras jurídicas de su lucha, en un referendo popular que fue derrotado por el abstencionismo. A partir de ese momento, la lucha por acabar con la politiquería resultó ser la lucha por controlar la politiquería. Un ejemplo sencillo de esto es el reciente episodio de aprobación de la iniciativa de referendo re-reeleccionista. Este bochornoso incidente, en el que nos encontramos con Congresistas rindiéndole cuentas a dos Ministros y a una empleada de la secretaría de Presidencia, cuales niños pidiéndole permiso a las maestras para poder ir al baño, nos dejó en claro donde está la independencia del Congreso, y qué tan “sabio” es nuestro legislador. El resultado fue una total goleada 86-0. ¿Adivinen quién ganó? Cabe anotar, entre paréntesis, que no se pudieron evacuar más puntos del orden del día por falta de quórum.

Como en algunos comics, me he adelantado hasta el final, pero he dejado de lado parte del proceso. ¿Cómo llegamos de la derrota en el referendo (únicamente pasó una pregunta) a esta goleada de epopeya? Vayamos unos años atrás. Nuestro superhéroe, Presidente en ejercicio, logró concretar su principal promesa electoral de 2002, como fue el reestablecimiento de la presencia de la fuerza pública en el territorio nacional. Esto trajo muchas consecuencias positivas, entre las cuales destaco sólo algunas. De una parte, se permitió que los colombianos pudiesen viajar por carretera sin que existiera una excesiva probabilidad de ser secuestrados. Es decir, permitió un sentimiento de libertad, con el que el país no contaba en su momento. De otra parte, se redujeron las tomas armadas a poblaciones, la voladura de torres de energía eléctrica, y por supuesto, se redujo el índice de secuestros. Este bienestar progresivo afianzó la confianza inversionista, y por lo tanto, la economía empezó a mejorar, casi por arte de magia.

Ante esta situación, que se consolidó a lo largo de su periodo presidencial, surgió el interrogante de por qué no permitirle a este gran Presidente, continuar con su tarea por otros 4 años más. Es así como a través del Congreso, los congresistas uribistas, todavía no lacayos del gobierno, impulsaron la reforma a la Constitución que permitiría la reelección inmediata, incluso del actual mandatario. El principal argumento lógico que se brindó, era que la reelección no implicaba nada diferente a darle la oportunidad an mandatario bueno para continuar con su programa de gobierno. “Si no es bueno, pues no lo eligen”, se decía en ese entonces. Nuevamente, confieso que me adhería a esos argumentos lógicos.

Por esta época, sin embargo, nuestro superhéroe empezó a sufrir su segunda transformación. Ya no sólo empezaba a controlar a los politiqueros, convirtiéndose en uno, sino que empezó a fustigar verbal y jurídicamente a todo el que se le oponía a su voluntad. Empezó a estar “de moda” que la oposición fuera terrorista, por el simple hecho de no comulgar ciegamente con el Presidente. Hasta ahí nos llegó el pluralismo ideológico, y el respeto por los argumentos del otro. Es posible que a nuestro superhéroe lo haya invadido un organismo alienígena que lo hace volverse hiperagresivo… Ah perdón, esa idea ya se aplicaron al Hombre Araña. Tal vez, entonces, fue que la muerte de sus padres le generó un trauma de resentimiento hacia el terrorismo. Puede ser… aunque a diferencia de Batman, con Uribe se trató sólo de su papá. Tal vez podría ser que el amor del pueblo hacia el buen líder, le generó una adicción inconciente al poder. ¿Quién sabe? Tan solo le ha ocurrido a Stalin, Hitler, Mussolini, Franco, Videla, Julio César, Fidel Castro, Saddam Hussein, o conforme ejemplos locales, Rafael Reyes, Rafael Núñez, Gustavo Rojas Pinilla, ahhh…. Y un tal Simón Bolívar.

En fin, mientras estos “supermales” atacaban a nuestro superhéroe, su carácter empezó a cambiar más. Algunos lo notamos antes que otros, y tal vez por eso, esta Gaviota no votó por nuestro superhéroe, a pesar de apoyar la reelección, en abstracto. Sin embargo, otra aplastadora victoria en las elecciones de 2006, ha llevado a que perdure su continuidad en la política de seguridad democrática. El bichito que picó a nuestro superPresidente, logró que desde esa época, se haya enfrentado al Presidente de la Corte Suprema de Justicia (de hecho, a varios de ellos), al Presidente de Venezuela, de Ecuador, de Nicaragua, al Secretario de la OEA, además de cualquier gobernante local o departamental que ose contradecirlo, junto con los líderes indígenas, y más recientemente con el “amigo del pueblo”, David Murcia Guzmán. En muchos casos, los enfrentamientos han sido merecidos, en otros no. Sin embargo, los métodos de nuestro héroe se han tornado cada vez más violentos.

Incialmente, la verborrea bastaba. Regaño público, y a dormir. Ahora, los métodos son un poco más sofisticados. Conmoción interior para detener paros, emergencias económicas dirigidas a pirámides para atacar entidades que si bien son presuntamente ilegales, no son pirámides. Hace pocos días conocimos otra, convocatoria a sesiones extraordinarias del Congreso, para aprobar el referendo reeleccionista, tan solo 5 minutos antes de que la sesión extraordinaria iniciara.

La pregunta es, ¿en este comic político colombiano, estamos cerca del final de la historia, o por la mitad? La pregunta se puede responder de dos posibles maneras. Uribe, puede convertirse en nuestro Ulises contemporáneo, en el héroe que al mejor estilo del Hombre Araña, entra en crisis pero rápidamente se recupera y hace lo correcto, en este caso, no destruir la democracia como la conocemos, y acabar con el Estado de Derecho. En ese caso, estaríamos al final de esta edición del comic. Sin embargo, hay una segunda salida tradicional, y es que nuestro héroe se convierta en antihéroe como un ángel caído en desgracia. Aparte de la devastación que ello implica, ya sabemos en qué termina esa historia. Condenas eternas, poemas como la Divina Comedia¸ eterna condena.

La les he mencionado en qué parte del comic vamos. Victoria apabullante 86-0. Los lacayos dieron su voto, y a dormir. Parece ser que lo que alguna vez fue reelección en 2014, podría ser reelección en el 2010. Finalmente, como un homenaje a la vacilación, o tomadura de pelo (mamadera de gallo, burla frentera, pulling of leg) del Jefe de Estado colombiano, algunas caricaturas que resultan ilustrativas:





-->

sábado, 13 de diciembre de 2008

‘Pico’ con profundo respeto: Alan Jara Urzola

En el segundo ingreso de esta bitácora, titulado “Acerca del blog”, tuve la oportunidad de presentar la carta de navegación de esta serie de escritos, muchas veces inconexos entre sí, pero con un enlace fundamental que es la justicia, en diversos ámbitos, pero principalmente desde la óptica jurídica. Advertí que quienes pertenecemos al no tan selecto grupo de “peleólogos”, en ocasiones recurrimos a ataques de conciencia que nos obligan a realizar un acto positivo, o al menos, de reconocimiento por la labor positiva de alguien más.

En mi caso particular, siendo un plumífero de corazón, he considerado que de vez en cuando de ‘picos’, en contraposición a los habituales ‘picotazos’ que aquí se materializan. Desde el día en que escribí ese segundo ingreso, a hoy, he quedado en deuda de dar un ‘pico’ absolutamente merecido a una persona que lastimosamente ha carecido del acceso a este blog, pero más aún, ha carecido del acceso del cariño familiar al que todos tenemos derecho por el simple hecho de existir.

Me refiero al exgobernador del departamento del Meta (Colombia), Alan Jara Urzola (foto). Intentaré exponer mis razones brevemente, con miras a finalmente escribirle unas palabras de aliento a este valiente hombre, víctima del secuestro en Colombia.


Imagen tomada de: http://www.elcolombiano.com

En primer lugar, debo admitir que el simple hecho de padecer el secuestro y no enloquecer, es digno de ser admirado. Sin embargo, el caso de Alan Jara, contiene una serie de elementos muy particulares que siempre me han impactado. Los invito, a manera de ejemplo, a revisar este artículo publicado en el diario El Tiempo el 17 de enero de 2008, en donde muestra de manera palpable el coraje y el humor que mantiene Jara a pesar del secuestro. Particularmente, resalto dos aspectos muy importantes de este artículo.

En primer lugar, rescato el hecho de que siga creyendo en el deber ser del Estado, como un romántico del derecho que encuentra en los principios y en los fines del Estado, la razón de ser de toda la estructura que hoy tercamente denominamos Estado. No lo rescato porque lo comparta sino precisamente por todo lo contrario. Él, que ha sido objeto del abandono del Estado, privado de su libertad por grupos al margen de la ley (ley que teóricamente garantiza la convivencia pacífica), y utilizado como rating por los medios de comunicación, sigue creyendo en este deber ser. Lo rescato porque a pesar de su desesperanza, cree fielmente en aquello por lo que trabajó. Es lección de vida para mí, quien por mucho menos que eso, he perdido la fe hace mucho tiempo en el Estado y en el derecho. Yo que creo que nos mentimos descaradamente unos a otros en nuestros hogares, nos mentimos desde las instituciones, y nos mentimos para acceder a estas últimas. Jara, que es símbolo de la injusticia humana, me incita a creer en ella, cuando ella lo ha abandonado.

Probablemente su férrea o tal vez ingenua convicción de que el deber ser puede llegar a gobernar el ser nunca llegue a convencerme de nuevo. Es posible que en adelante nunca vuelva a pensar en la justicia como fuera concebida por los romanos. Quizás en vez de buscar la justicia al levantar el velo de la ignorancia, como diría Rawls, siga creyendo que nos aprisionan dentro de un velo al que los poderosos etiquetan como justicia. No obstante nuestra distancia conceptual, su templanza y determinación deben ser más que loadas por quienes seguimos creyendo que los principios existen y deben gobernar nuestras vidas.

Otro aspecto debo rescatar de lo que leyera en ese artículo alguna vez. Me refiero al ejercicio del rol paterno en cautiverio, y cómo transmitir el amor a los seres cercanos, cuando precisamente ya no se encuentran cercanos. Lo importante no es en sí la forma en que intenta mantener contacto con su hijo, sino la lucha por ser humano y por mantener aquellas bellas que tiene la vida. Me refiero a la amistad, al amor, a la risa, al conocimiento. No olvidaré cuando escuché a algunos de los antiguos secuestrados, militares policías, relatar cómo el señor Jara les enseñaba idiomas, bromeaba con ellos y los mostraba razones para seguir adelante. Esto mismo volvió a mi mente cuando leí de qué manera a la distancia intentaba seguir instruyendo a su hijo, estableciendo retos, dándole valor a sus gustos, y cómo intentaba, mediante un pequeño lazo elaborado con las hierbas de la zona, mantener contacto físico pero virtual, con su esposa.

Hoy, mucho tiempo después de su secuestro, época para la cual confieso que Alan Jara Urzola me era un absoluto desconocido, como tal vez lo es hoy para muchos de los que leen estas líneas, me inclino ante su valor y le propino un merecido ‘pico’. Quienes me conocen personalmente saben que respeto mucho a las personas que son excelente profesionales, en cualquier oficio en el que se desempeñen. Sin embargo, respetaré mucho más a quien antes de procurar ser buen abogado, o buen contador, o buen electricista, hace todo lo posible por ser una buena persona. El reto, para quienes actualmente poseemos la libertad de medios para poder seguir en nuestro camino de ser cada vez mejores profesionales, es ser personas de bien, y de la mano procurar cada vez ser mejores profesionales.

En esta vida, nos encontraremos con personas de toda clase, y normalmente todos tenemos una tendencia instintiva a pensar que lo mejor que alguien puede ser o hacer, es aquello que somos o hacemos nosotros. Por regla general, el ego nos tiende esas trampas. Merecerá siempre un pico quien ante la adversidad del mundo, y ante la adversidad que proviene de nuestro interior, se engrandece para sobrepasar el obstáculo y simplemente buscar ser mejor, sin creerse el mejor. He conocido en esta vida muchos idiotas inteligentes (estilo Forrest Gump o Austin Powers), pero lamentablemente he conocido a muchos más inteligentes idiotas (estilo Dr. House o Truman Capote).

Para el caso específico de los abogados, les recomiendo que lean este ingreso del blog de Alberto Bovino, “No hay derecho”, que a su vez nos remite a este ingreso del blog titulado “Perspectiva A-DN”. Aunque el texto es enteramente en inglés, rescato el aparte donde se dice:

“Any second-rate scholar can have an opinion, however ignorant or confused, about the merits of someone’s work, and express that opinion in an e-mail to a colleague elsewhere. Now imagine that same ignorant or confused opinion broadcast to thousands: that is what blogs make possible. Indeed, blogs do more than that: they make possible the repeated and systematic broadcast of non-expert opinions, opinions that can then be picked up and amplified by other non-expert blogs.”

Versión traducida por Gaviota:

“Cualquier académico de segundo nivel (entiéndase ‘de pacotilla’) puede tener una opinión, sin importar qué tan ignorante o confundida sea, acerca de los méritos del trabajo de alguien más, y expresar esa opinión en un E-mail a un colega en otra parte. Ahora imaginen esa misma ignorante o confundida opinión transmitida a miles: esos es lo que los blogs hacen posible. En efecto, los blogs hacen más que eso: hacen posible la repetida y sistemática transmisión de opiniones no-expertas, opiniones que pueden luego ser recogidas y amplificadas por otros blogs no-expertos.”

Esa es la naturaleza humana “at its finest” (en su más fino nivel). Me disculpo por tanto inglés, pero es mejor dar una respuesta in english a una bofetada in english. Podríamos argumentar los iletrados que escribimos blogs, y que no estamos autorizados por nadie para decir nada, que si uno quisiese considerarse un académico de primer nivel, probablemente debería ser lo suficientemente apto para manejar un blog, y lo suficientemente generoso, para compartir la información, porque de eso se trata esto. Si no lo hace es porque o no es hábil o no es generoso, caso en el cual la etiqueta de “primer nivel” podría ponerse seriamente en duda.

Leer eso me recordó por qué hago lo que hago, y por qué abrí este blog. También me recordó por qué sigo el blog “Dura Lex” de una persona “autorizada”, que critica la forma de enseñanza por parte de los “autorizados”. Recordé que mi escenario era el del vuelo contra la corriente de idioteces inteligentes que escucho, contra la fetidez de la injusticia, y por personas que merecen compartir su alegría y su conocimiento con cuantos quieran, como mi homenajeado Alan Jara Urzola.


Imagen tomada de: http://blog.bioethics.net

Probablemente Alan Jara no habría escrito tantas sandeces al mismo tiempo, como el señor Brian Leiter (foto). Probablemente él no habría reaccionado de una forma tan visceral e irracional como yo. Probablemente son estas las clases de personas que requerimos en el país y en el mundo para detener guerras en vez de propiciarlas. “No hay nada más cierto”, me dirían los griegos en sus obras. Precisamente por mis falencias enfrentadas a las virtudes de Alan Jara, es que me siento moral y legalmente obligado a exaltar su imagen y su figura desde este modesto espacio, esperando que algún día pueda conocer acerca de estas palabras. Para cuando ese día llegue: “señor Jara, lo invito a un café”.
-->

domingo, 7 de diciembre de 2008

Constituciones ecológicas, comunidad internacional y otras farsas

Mi nivel de filantropía siempre ha sido bastante bajo, pero confieso que recientemente ha bajado aún más. De hecho, he considerado que puedo convertirme próximamente en un enemigo de esta raza, que muchos ingenuamente siguen considerando como superior. A medida que conozco más sobre el derecho, las teorías sobre su razón de ser, sobre la búsqueda de la justicia, y otros temas afines, me surgen una gran cantidad de inquietudes acerca de por qué creemos tantas mentiras al mismo tiempo, respecto de este tema. Particularmente me afecta más un tema que a pocas personas les quita el sueño, como es el equilibrio ecológico.

El derecho internacional en materia de ecología es el himno a lo inservible. Particularmente, no he encontrado un solo instrumento internacional realmente útil. Nos hemos comprometido como comunidad internacional, desde hace mucho tiempo, a respetar y preservar el medio ambiente, bajo parámetros loables como ocurre con la famosa responsabilidad intergeneracional, entre otros bellos poemas. El tema realmente es de inmensa preocupación, puesto que el mundo como lo conocemos se acaba, y poco nos interesa salvarlo.

Veamos algunos ejemplos, relativamente recientes, para profundizar un poco más acerca de este tema. Hace aproximadamente un mes, leí horrorizado una columna de Daniel Samper Pizano, titulada “Colombia, filibustera del Océano Pacífico”, que fue publicada por el diario El Tiempo, en Colombia. Allí, verifiqué con horror lo que intuí alguna vez: parece que voy a poder ver en primera fila el show de los jinetes del Apocalipsis. Si revisan otros reportajes del mismo diario (por ejemplo “Colombia revisa posición sobre pesca de atún en el Pacífico”, ya no columnas de opinión), observarán que estamos ante un ejemplo más de la hipocresía global totalizante. Digo global, y no interamericana, porque nuestra madre patria, por ejemplo, es igual de irresponsable que nosotros.

En Europa, existe presuntamente un interés por preservar los índices de explotación pesquera, por encima de los intereses ambientales, que claramente implicarían problemas ecológicos, económicos y de nutrición al corto plazo. Particularmente se ha referenciado el caso de España, por contar con uno de los puntos geográficos donde más atún rojo se ha detectado. Se ha realizado un llamado mundial por la preservación de la especie, tal y como aparece registrado en este reportaje, ante los oídos sordos de España y Europa, como consta en éste. Es claro que, y los europeos lo saben, ninguna sanción podría ser efectiva si no se cuenta con su aval. Es decir, su decisión de no detener la extinción del atún rojo, es internacionalmente válida, y probablemente no habrá nada que se pueda hacer contra esto. Eso es como intentar que el Consejo de Seguridad de la ONU sancione a uno de sus miembros permanentes, por actos de agresión. ¿O tal vez me equivoco, señores Medvédev y Bush?

Hablando de este último representante del Tío Sam, revisemos lo ocurrido hace pocos días, cuando la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos tomó una importante decisión que nos permite igualmente ver otra faceta más de la posición mundial, “tan preocupada” por el medio ambiente. La editorial del diario El Tiempo, la fuente de información del día de hoy para este blog, de hace algunos días nos permite demostrar la realmente preocupados que estamos. En esta editorial titulada “Submarinos Vs. Delfines”, se pone de presente cómo la potencia mundial que es la principal responsable de la crisis económica mundial decidió por las vías de la justicia –otra vez– desestimar las pretensiones de preservar la salubridad de los delfines, amenazados por la nueva tecnología de sonar utilizado por los submarinos norteamericanos. Revisado el artículo titulado “Navy Wins, Whales Lose U.S. Supreme Court Sonar Case” (texto en inglés) nos encontramos con argumentos históricamente absurdos, como que las restricciones al uso de sonar generarían problemas de seguridad para toda la flota involucrada en los ejercicios militares. Así mismo, la administración Bush excluyó a su fuerza naval del cumplimiento de la ley nacional sobre políticas ambientales, o NEPA (por sus siglas en inglés) con fundamento en la seguridad nacional, ese muletilla tonta que sirve para legitimar todos.

Personalmente, no me sorprende que países amantes de pagar para ver a un grupo de sádicos matar dolorosa y lentamente a algunos bovinos, en la fiesta brava (que no es sino otra materialización del carácter violento y grotesco de nuestra especie), dejen de preocuparse por especies de atún, cuyos intereses también deben ceder ante la estabilidad económica de algunas empresas importantes. Tampoco me sorprende que la paranoia norteamericana, causante de eventos importantes como el uso de la bomba atómica, la invasión a Irak y Afganistán, así como el bloqueo económico a Cuba, sea la misma que deba usarse contra las ballenas y delfines, cuyo pecado más grande es vivir cerca de donde los submarinos deben transitar. Misteriosamente, algunas ballenas se “pierden” en el mar, seguramente por despistadas, y mueren encalladas en las costas de varios países. Revisando noticias, me encuentro con que el 1º de Diciembre, se anuncia la muerte de 80 ballenas en las costas de Tasmania y días antes, se menciona cómo se salvaron a 11 ballenas, mientras que otras 53 murieron en esas mismas costas. ¡Tan raro! Seguramente estas 11 no solo deberán dejar de despistarse nuevamente, sino también a huir de la inquietud científica de los japoneses, quienes matan a una gran cantidad de ballenas, alegando fines científicos.

Gracias por mantenernos seguros, amigos nortemericanos, al igual que por su loable interés por la ciencia, amigos japoneses. Tal vez, dormiremos más tranquilos sabiendo que ustedes cuidan nuestros océanos. Gracias, gobiernos de Colombia y de Europa, por mostrarnos su interés en la pesca de atún, que tan importante es para nuestra nutrición. De pronto en algunos años, podremos bucear nuestros océanos sin que tanto “intruso” nade a nuestro alrededor. Mientras tanto, seguiré enfriando la botella de vino para celebrar los “diez y pico” de años de la “Constitución Verde”, o los múltiples protocolos existentes en materia de medio ambiente. Mientras que me preparo con deseosa anticipación para descorcharla, seguiré celebrando que nuestras ladrilleras y cementeras expulsen en el aire los gases tóxicos que dan comida a las familias de los que allí laboran mientras que otros tantos nos ganamos enfisemas pulmonares. También brindaré nuevamente por las incesantes labores desplegadas por nuestras potencias en materia de búsqueda de agua en Marte, para ver si podemos contaminar un poco de aquella antes de extinguir todas las especies que habitan en la nuestra.

¡Viva mi Constitución verde! ¡Viva la comunidad internacional que a todos nos protege! ¡Muerte al invasor, y picotazos para los no creyentes!
-->