Cosa rara: Llevamos no sé cuántos años anunciando por noticieros, periódicos, radio y ahora por Internet, que jugar con pólvora no es bueno. De hecho, jugar con pólvora no es legal. Sin embargo, ahí siguen figurando las cifras de personas quemadas con pólvora en el país. ¿Mejoró? Quizás. Bien por esa política estatal. Sin embargo, la pregunta que me asalta es: ¿Por qué será que todavía cree la gente que eso es una prohibición de mentirillas?
Imagen tomada de: http://frunadivertida.blogspot.com
Basta ver los casos que registran los medios para percatarse que realmente a la gente no le interesa hacer caso. La desobediencia pareciera que fuera un bien cotizado que queremos seguir cultivando. ¿Por qué? No tengo la menor idea. ¿Es preferible arriesgar la custodia de un hijo o de un nieto simplemente para ver un volador o un volcán en primerísimo plano? Para muchos, al parecer sí vale la pena correr el riesgo.
Este riesgo insólito me recuerda igualmente otras ‘quemadas’ que se dieron este año, en las elecciones territoriales que culminaron hace relativamente poco. Estamos ad portas de estrenar alcaldes y gobernadores, y curiosamente, a pesar de las advertencias y de las noticias, la gente sigue eligiendo a candidatos cuestionados ética y jurídicamente. Sin embargo, allí están. Pensaría que estos señores tienen ya calculado –algunos de ellos- que los periodos realmente no son de cuatro años, sino de menos tiempo. Eso resulta, desde el punto de vista lógico, entendible. La justicia es lenta (¡Oh sorpresa!) y mientras se definen las pérdidas de investidura, las destituciones y las inhabilidades, estos futuros mandatarios regionales podrán hacer de las suyas durante algún tiempo. Es más, para algunos de los calculadores, probablemente se encontrarán con la grata sorpresa de que no serán destituidos nunca. Como decía, lógicamente entendible. Sin embargo, resulta jurídicamente inadmisible.
No me quejaré hoy de aquellos que tienen el deber de avisar sobre estas circunstancias. Me consta que lo han hecho una y otra vez. Sin embargo, volviendo a la lógica de los usuarios de pólvora, al parecer no hay advertencia o amenaza que valga. Sigue siendo un riesgo que están dispuestos a correr. Quizás por ello es que la justicia penal y la disciplinaria siguen siendo las vedettes de la justicia. No hay semana que transcurra sin que nos asombremos con escándalos que resultan cada vez más comunes pero también cada vez más desoladores.
Muchos quemados, mucho riesgo, pero siempre lo mismo. ¿O no?
En nuestra categoría de ‘quemados’, conviene detenerse con aquellos candidatos que por enésima vez han resultado ‘quemados’. Aquellos que por segunda o tercera década se muestran como la renovación necesaria y la solución a todos nuestros males. Son los “candidatos del Noni”, personajes milagrosos que nos han de cambiar la vida para bien, nuevamente. Sin embargo, estos “candidatos del Noni”, al parecer son capaces de obrar muchos milagros, pero no son capaces de salir elegidos. Las razones varían, dependiendo del caso. Sin embargo, resulta curioso que allí siguen intentando e intentando.
No podemos cuestionar la perseverancia de estas señoras y señores, que campaña tras campaña siguen sacando recursos de quién sabe dónde, para volver a mostrarnos cómo han de obrar sus milagros. Sin embargo, estos quemados relapsos siguen en la lucha contra un electorado que una y otra vez les niega el ‘votico’. Algunos de ellos, ya han saboreado la victoria alguna vez, pero no en tiempos recientes. Recuerdo al excandidato a la alcaldía de Cali, Francisco ‘Kiko’ Lloreda, quien lideró a esta agremiación de candidatos quemados durante mucho tiempo. Quizás tendrán como referente de esperanza al ex Presidente de Brasil Luiz Inacio ‘Lula’ Da Silva. Este caballero a partir de la terquedad, seguir lanzándose a la presidencia, hasta que finalmente logró quedar, y finalmente pudo obrar sus milagros.
Luego de ver las peleas que afronta el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, la Policía Nacional y el gobierno central, parecería que luchar contra tanto quemado no fuera tan malo. Ahí está ‘Lula’. ¿Será que ser uno de los ‘quemados’ no es tan malo? Amanecerá y veremos…