Definitivamente, el fenómeno del blog es fabuloso. La posibilidad de hacerse visible en la red mediante un espacio en el que el contenido es escogido por el administrador del blog, y no por terceros, es algo que continúa generando en mí un cierto interés especial. ¿Qué tanto se puede hacer allí? Todavía nos encontramos definiendo linderos, conociendo nuestros propios alcances.
En esa interminable labor de exploración, procedemos a elaborar contenido periódicamente, buscando estilos de redacción, de compartir información con terceros, y con ideas por plasmar. Sin duda, en esta labor se padece frecuentemente de cierto estreñimiento mental, con síntomas claros que ya han sido tratados de mejor manera por otros compañeros bloggers. Luchar contra este mal es complicado, porque comer alimentos con fibra no ayuda en nada. En otras ocasiones, el problema es el opuesto. ¿Cómo abordar un tema sin ser demasiado extenso? Confieso que me ha ocurrido más este problema que el anterior, y sigo sin aprender la lección, como lo he demostrado al redactar la crónica de Gaviota sobre el 1er Encuentro de Blawgers.
Entre tanta discusión virtual, y habiendo transcurrido un poco más de un año desde que inauguré este espacio, he llegado a mi ingreso número cien. Cien ingresos que han tratado diferentes temas, enfocados en la crítica a la justicia, con matices de política, derecho y algunos otros temas específicos. Cien ingresos en los que he tenido la oportunidad de escribir el equivalente a doscientas veintisiete páginas en formato Times New Roman (12). Cien ingresos estructurados sobre la interrelación de ciento veintitrés mil novecientos cincuenta y siete vocablos ubicados de una u otra manera para plasmar ideas específicas. Cien ingresos, cien ideas, cien propuestas, cien… cien… cien.
De acuerdo. Escribir cien ingresos no es motivo de celebración. Es motivo para reafirmar que al menos he sido mínimamente consistente con la idea de manejar un blog con actualizaciones periódicas. Esa C debe llegar rápidamente a convertirse en una D. Bueno, tal vez no tan rápido, pero hacia allá debemos llegar, construyendo una D a partir de aportes y de discusión, y de un incansable vuelo contra la corriente fétida.
Estoy convencido que la corriente fétida estará allí, colaborando con lo suyo: enrostrando de manera grosera y violenta todos los fenómenos del rastrero día a día. Lo ha hecho esta semana, con aquél engorroso tema del referendo reeleccionista. Escuchen estas palabras del Ministro del Interior y de Justicia (¡!), Fabio Valencia Cossio que aparecen publicadas en la página web del diario El Espectador.
La Cámara de Representantes interpretó el sentimiento mayoritario de los colombianos. ¿Cuál de todos? Dejo un listado de opciones para que quien así lo quiera, publique su opinión en este espacio:
1) Vota, incluso si te consideras impedido. Eso es patriotismo.
2) Déjate convencer. Como diría un comercial de televisión bien conocido “La meta la pones tú”.
3) Reparte el patrimonio público. Mejoremos el coeficiente de Gini en Colombia.
4) Pon tu granito de arena. Eso de los pesos y contrapesos está pasado de moda.
5) “Reeleccionista o terrorista”.
“No tenemos ninguna duda, que todo se ha hecho de acuerdo a la Constitución y la Ley”
Esa debería ser la frase del año. Yo pensé que el ‘Cuentahuesos’ (famoso humorista colombiano) era bueno, pero el Ministro es mejor. Humor y cinismo es una llave ganadora. ¡Felicitaciones! Creo que el hermano mayor demuestra por qué era el líder de la camada de los Valencia desde el principio.
Por mi parte, simplemente expreso mi profundo sentimiento de gratitud a él y sus íntimos colaboradores. Son ustedes los que hacen que este espacio sea posible y viable. Son ustedes los que logran que en el lapso de un año, pueda escribir el equivalente a un libro de 300 o más páginas. Son ustedes los verdaderos dueños de esta ‘C’ que hoy me honra.
Simplemente, gracias.
En esa interminable labor de exploración, procedemos a elaborar contenido periódicamente, buscando estilos de redacción, de compartir información con terceros, y con ideas por plasmar. Sin duda, en esta labor se padece frecuentemente de cierto estreñimiento mental, con síntomas claros que ya han sido tratados de mejor manera por otros compañeros bloggers. Luchar contra este mal es complicado, porque comer alimentos con fibra no ayuda en nada. En otras ocasiones, el problema es el opuesto. ¿Cómo abordar un tema sin ser demasiado extenso? Confieso que me ha ocurrido más este problema que el anterior, y sigo sin aprender la lección, como lo he demostrado al redactar la crónica de Gaviota sobre el 1er Encuentro de Blawgers.
Entre tanta discusión virtual, y habiendo transcurrido un poco más de un año desde que inauguré este espacio, he llegado a mi ingreso número cien. Cien ingresos que han tratado diferentes temas, enfocados en la crítica a la justicia, con matices de política, derecho y algunos otros temas específicos. Cien ingresos en los que he tenido la oportunidad de escribir el equivalente a doscientas veintisiete páginas en formato Times New Roman (12). Cien ingresos estructurados sobre la interrelación de ciento veintitrés mil novecientos cincuenta y siete vocablos ubicados de una u otra manera para plasmar ideas específicas. Cien ingresos, cien ideas, cien propuestas, cien… cien… cien.
De acuerdo. Escribir cien ingresos no es motivo de celebración. Es motivo para reafirmar que al menos he sido mínimamente consistente con la idea de manejar un blog con actualizaciones periódicas. Esa C debe llegar rápidamente a convertirse en una D. Bueno, tal vez no tan rápido, pero hacia allá debemos llegar, construyendo una D a partir de aportes y de discusión, y de un incansable vuelo contra la corriente fétida.
Estoy convencido que la corriente fétida estará allí, colaborando con lo suyo: enrostrando de manera grosera y violenta todos los fenómenos del rastrero día a día. Lo ha hecho esta semana, con aquél engorroso tema del referendo reeleccionista. Escuchen estas palabras del Ministro del Interior y de Justicia (¡!), Fabio Valencia Cossio que aparecen publicadas en la página web del diario El Espectador.
La Cámara de Representantes interpretó el sentimiento mayoritario de los colombianos. ¿Cuál de todos? Dejo un listado de opciones para que quien así lo quiera, publique su opinión en este espacio:
1) Vota, incluso si te consideras impedido. Eso es patriotismo.
2) Déjate convencer. Como diría un comercial de televisión bien conocido “La meta la pones tú”.
3) Reparte el patrimonio público. Mejoremos el coeficiente de Gini en Colombia.
4) Pon tu granito de arena. Eso de los pesos y contrapesos está pasado de moda.
5) “Reeleccionista o terrorista”.
“No tenemos ninguna duda, que todo se ha hecho de acuerdo a la Constitución y la Ley”
Esa debería ser la frase del año. Yo pensé que el ‘Cuentahuesos’ (famoso humorista colombiano) era bueno, pero el Ministro es mejor. Humor y cinismo es una llave ganadora. ¡Felicitaciones! Creo que el hermano mayor demuestra por qué era el líder de la camada de los Valencia desde el principio.
Por mi parte, simplemente expreso mi profundo sentimiento de gratitud a él y sus íntimos colaboradores. Son ustedes los que hacen que este espacio sea posible y viable. Son ustedes los que logran que en el lapso de un año, pueda escribir el equivalente a un libro de 300 o más páginas. Son ustedes los verdaderos dueños de esta ‘C’ que hoy me honra.
Simplemente, gracias.
4 comentarios:
Felicitaciones por el ingreso 100... hay que hacer una reseña de los mejores posts...
Abrazos y a seguir
Gracias Gonzalo.
Pensé algo así, pero es difícil elegir, porque cada ingreso tiene su razón de ser y su propio encanto. Tal vez por eso desistí de la idea.
Gracias por la constante retroalimentación, y por supuesto, vamos a seguir volando.
Mis más amables felicitaciones por los 100 post(ciento veintitrés mil novecientos cincuenta y siete vocablos). A seguir volando por mucho tiempo. Un cordial saludo.
Muchísimas gracias por esos buenos deseos. Sin duda, mientras haya combustible que alimente a esta Gaviota, seguiré volando por la blogósfera.
Un abrazo José Ramón.
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