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jueves, 5 de abril de 2012

Alazos Ed. 011

Entrevista a Juan Carlos Gaviria

Leo con mucho interés la entrevista a JuanCarlos Gaviria en la edición más reciente de Ámbito Jurídico.  Me llamó poderosamente la atención, ya que hace referencia a la decadencia del sistema educativo en Derecho.  No debo reiterar demasiado que comparto plenamente esa visión.  La educación de pregrado y de postgrado ha llevado a que todo el mundo sea especialista en múltiples cosas.  Se quiere ampliar la red a las maestrías y los doctorados.

Curioso sin embargo, que el hijo de Carlos Gaviria Díaz cause tanto interés siendo un simple mortal sin doctorado o maestría.  No solemos llamar mucho la atención quienes en ese status estamos.  La entrevista a Juan Carlos Gaviria es sumamente interesante porque constituye una crítica al sistema educativo, a quien juega dentro de él.  Es la reivindicación de la ‘normalidad’ cognoscitiva’  por parte de alguien que por su linaje realmente no es tan normal como pareciera.

Sirva esto como un llamado de atención adicional a tanta oferta educativa.


Lo que considero sobre el Consejo Superior de la Judicatura

Órgano creado por la Constitución de 1991, compuesto por muchos Magistrados subdivididos en dos Salas.  En ambos casos, no sirve para nada.


El derecho fundamental a la ingratitud

Es curioso que la Constitución de 1991 consagre cosas tan bonitas como el derecho a la paz.  Sin embargo, es más curioso que consagre el Principio de la dignidad humana como eje fundamental de desarrollo constitucional.  Según este principio, el ser humano busca realizarse como persona, y el escenario del Estado es aquel que ha sido dispuesto para poder hacerlo.  Me refiero al Estado en sentido real, y no al reduccionista que considera que Estado = Salario público.

Si es cierto que todo ser humano puede buscar su felicidad, y que la ley y el orden jurídico están para brindar los instrumentos para que cada cual pueda realizar su proyecto de vida como mejor le parezca, parece curioso que el eje fundamental de desarrollo constitucional permita que el trabajo de las personas sea tan menospreciado a diferente nivel.  Me cuenta mi alter ego cómo según su experiencia en esto que llaman vida, ha podido ver en diferentes niveles cómo la dignidad humana se ha visto materializada entre otras cosas en lo siguiente:

-  Seremos despedido a las 5:00 p.m., mediante una llamada por Recursos Humanos, oficina de personal, o como se llame.  Efectiva inmediatamente.

-  Si podemos ser criticados y burlados por alguna prenda de vestir, un tono de voz gracioso y por alguna idea que expresemos, que no concuerde con la mayoritaria, lo seremos.

-  Tener hijos es pésima idea porque es traerlos al mundo a sufrir.  No tener hijos es una pésima idea porque desnaturaliza la especia.

-  Tener relaciones en las que no se puede tener hijos era una pésima idea.  Ahora, la pésima idea es siquiera pensar que la primera es una pésima idea.

-  Si queremos libertad de expresión, lo mejor es volver al “viejo truco” del diario.  Pensar en blogs y en twitter también puede ser delictivo.

-  Si para figurar, algún compañero debe intentar acabar contigo, lo intentará.

-  Si hiciste algo por alguien, no solo has adquirido un boleto mágico redimible por ingratitud, sino que adicionalmente puedes ganarte una bellísima cláusula penal adicional por ingenuidad.  Si es en materia laboral, la cláusula penal se aumentará de una tercera parte a la mitad.

Por supuesto.  Como esos, hay otra cantidad de ejemplos tontos que permiten ver que a nadie le interesa tratar con dignidad a nadie diferente a sí mismo (y eso no siempre es cierto).  Por ello, como esto es una sociedad real, y a nadie le interesa la dignidad del otro, podemos concluir que ese principio no sirve para nada.  Bueno, miento.  Sirve para argumentar sentencias de constitucionalidad. 

En cambio, el derecho fundamental a la ingratitud ha venido adquiriendo mayor arraigo en la sociedad.  La muestra de que no todos los principios jurídicos deben estar contenidos en normas.


Lo que considero sobre la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado

Sala compuesta por Consejeros de Estado que por su amplio conocimiento en Derecho Administrativo emiten conceptos jurídicos a solicitud del Gobierno, que permiten aclarar el contenido de algunos preceptos normativos, y que por supuesto, no serán tenidos en cuenta por el Gobierno o por la otra Sala (de lo contencioso administrativo) del Consejo de Estado. 

Esta sí tiene una utilidad: reconocerle el carácter de Consejero de Estado a personas que han desarrollado una labor encomiable en materia administrativa.  Nada más.


Pesadilla de algunos



Imagen tomada de:  www.gaturro.com 
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domingo, 17 de octubre de 2010

A vuelo de Gaviota – Ed. 3

A.  Ya llega el libro de Blawgs

Luego de un trabajo intenso desarrollado con posterioridad al encuentro de blawggers celebrado en Agosto de 2009, y tras la recopilación de unos trabajos adicionales para enriquecer la obra, el amigo Gonzalo Ramírez Cleves, editor del libro, nos anuncia que ya la publicación de “Los blogs jurídicos y la web 2.0 para la difusión y la enseñanza del derecho” se encuentra próxima a ser publicada.

Felicitaciones a él, al equipo de publicaciones de la Universidad Externado, y a quienes activamente colaboraron en esta gestión.  ‘Pico’ para todos ellos.


B.  ¿Y las próximas reuniones?

Desde agosto del año pasado se ha venido especulando sobre la continuidad del encuentro celebrado en el 2009.  Ya para 2010 no se dio la cosa.  Hemos recibido propuestas de varios colegas blawggers sobre próximos eventos en diferentes partes del mundo.  Se ha contemplado Chile, Brasil, y también la repetición en Bogotá, aunque bajo modalidades de formato disímiles.

A la fecha, mucho se ha hablado, pero realmente no hay nada concreto respecto de este tema.  Por el momento, el amigo Francisco Bermúdez Guerra y yo nos encontramos realizando una de tantas gestiones que se prometieron, para ver si el asunto se consolida y podemos ofrecer un encuentro serio para la comunidad de blawggers.

‘Picotazo’ para todos, incluyéndome.


C.  Y seguimos escribiendo sobre lo que dice Uribe

Sorprendido ante tanto seguimiento a todo lo que dice, no dice y/o podría decir Álvaro Uribe.  Pareciera que este país no tuviera nada más en qué pensar sino en los movimientos del expresidente.  Este pueblo paparazzi sigue enfrascado en el significado de sus palabras, siempre enigmáticas y crípticas.  Me sorprende aún más que los abogados le hagamos esa ‘marcación 1 a 1’ a Uribe.  Pareciera como si la suerte jurídica de Uribe y la de los suyos se definiera a través de comunicados de prensa.

¿Por qué no pensar y desgastar la mente en cuestiones algo más relevantes para el propio país?


D.  Sobre el crecimiento de la comunidad de Blawggers

Recientemente se ha informado a los miembros de la comunidad de blawggers acerca de la inclusión de nuevos espacios de blawggers en la red.  He tenido la oportunidad de revisar y suscribirme vía RSS a algunos de estos espacios, y me encuentro gratamente sorprendido ante la calidad de contenido que he encontrado.  Adicionalmente, me resulta interesante observar cómo los estudiantes de derecho están adquiriendo una participación importante en este mundo.  Es bueno saber que hay personas de diferentes edades, naciones e ideologías que quieren compartir sus conceptos, opiniones y criterios con el mundo.

El lado negativo que observo es que no parece existir mucho ánimo integrador entre los miembros, y quizás las amistades que se han presentado entre los miembros tal vez viene de años atrás.  Parte de la comunidad implica integrarse unos con otros, y lastimosamente, veo que esto no está ocurriendo.  No creo que la plataforma de Blawggers Internacionales sea un escenario de promoción o publicidad propia y nada más.


E.  Reflexión estilo Gaturro


Imagen tomada de:  http://tareafina.blogspot.com


F.  La visión institucional de la justicia

Cada vez que me entero de los nombramientos fracasados en materia de Fiscalía, Presidencia de la Corte Suprema, así como de los nefastos nombramientos en otras importantes plazas relacionadas directamente con la justicia, me pongo a pensar qué será lo que están pensando estos individuos cuando actúan como actúan.

Los abogados, dese que iniciamos nuestros estudios, aprendemos acerca del funcionamiento del Estado, sobre las instituciones, el propósito de algunas de ellas, y sobre la importancia del respeto por las instituciones.  Cuando escucho las excusas patéticas que esgrimen los nominadores sobre su falta de consenso, voluntad política o como quieran llamarlo, encuentro que realmente existe una falta de respeto generalizada por las instituciones.

En ocasiones se privilegia el procedimiento nominador como mecanismo de excusa frente a un deber institucional que es mantener el orden a nivel del funcionamiento del Estado.  En otras ocasiones se hace referencia a ponderaciones que nunca se explican, o se hace referencia a factores externos para desconocer lo esencial.  Es triste ver que los abogados que aprender sobre el respeto por las instituciones sean quienes más flagrantemente las irrespeten.
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