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domingo, 17 de octubre de 2010

A vuelo de Gaviota – Ed. 3

A.  Ya llega el libro de Blawgs

Luego de un trabajo intenso desarrollado con posterioridad al encuentro de blawggers celebrado en Agosto de 2009, y tras la recopilación de unos trabajos adicionales para enriquecer la obra, el amigo Gonzalo Ramírez Cleves, editor del libro, nos anuncia que ya la publicación de “Los blogs jurídicos y la web 2.0 para la difusión y la enseñanza del derecho” se encuentra próxima a ser publicada.

Felicitaciones a él, al equipo de publicaciones de la Universidad Externado, y a quienes activamente colaboraron en esta gestión.  ‘Pico’ para todos ellos.


B.  ¿Y las próximas reuniones?

Desde agosto del año pasado se ha venido especulando sobre la continuidad del encuentro celebrado en el 2009.  Ya para 2010 no se dio la cosa.  Hemos recibido propuestas de varios colegas blawggers sobre próximos eventos en diferentes partes del mundo.  Se ha contemplado Chile, Brasil, y también la repetición en Bogotá, aunque bajo modalidades de formato disímiles.

A la fecha, mucho se ha hablado, pero realmente no hay nada concreto respecto de este tema.  Por el momento, el amigo Francisco Bermúdez Guerra y yo nos encontramos realizando una de tantas gestiones que se prometieron, para ver si el asunto se consolida y podemos ofrecer un encuentro serio para la comunidad de blawggers.

‘Picotazo’ para todos, incluyéndome.


C.  Y seguimos escribiendo sobre lo que dice Uribe

Sorprendido ante tanto seguimiento a todo lo que dice, no dice y/o podría decir Álvaro Uribe.  Pareciera que este país no tuviera nada más en qué pensar sino en los movimientos del expresidente.  Este pueblo paparazzi sigue enfrascado en el significado de sus palabras, siempre enigmáticas y crípticas.  Me sorprende aún más que los abogados le hagamos esa ‘marcación 1 a 1’ a Uribe.  Pareciera como si la suerte jurídica de Uribe y la de los suyos se definiera a través de comunicados de prensa.

¿Por qué no pensar y desgastar la mente en cuestiones algo más relevantes para el propio país?


D.  Sobre el crecimiento de la comunidad de Blawggers

Recientemente se ha informado a los miembros de la comunidad de blawggers acerca de la inclusión de nuevos espacios de blawggers en la red.  He tenido la oportunidad de revisar y suscribirme vía RSS a algunos de estos espacios, y me encuentro gratamente sorprendido ante la calidad de contenido que he encontrado.  Adicionalmente, me resulta interesante observar cómo los estudiantes de derecho están adquiriendo una participación importante en este mundo.  Es bueno saber que hay personas de diferentes edades, naciones e ideologías que quieren compartir sus conceptos, opiniones y criterios con el mundo.

El lado negativo que observo es que no parece existir mucho ánimo integrador entre los miembros, y quizás las amistades que se han presentado entre los miembros tal vez viene de años atrás.  Parte de la comunidad implica integrarse unos con otros, y lastimosamente, veo que esto no está ocurriendo.  No creo que la plataforma de Blawggers Internacionales sea un escenario de promoción o publicidad propia y nada más.


E.  Reflexión estilo Gaturro


Imagen tomada de:  http://tareafina.blogspot.com


F.  La visión institucional de la justicia

Cada vez que me entero de los nombramientos fracasados en materia de Fiscalía, Presidencia de la Corte Suprema, así como de los nefastos nombramientos en otras importantes plazas relacionadas directamente con la justicia, me pongo a pensar qué será lo que están pensando estos individuos cuando actúan como actúan.

Los abogados, dese que iniciamos nuestros estudios, aprendemos acerca del funcionamiento del Estado, sobre las instituciones, el propósito de algunas de ellas, y sobre la importancia del respeto por las instituciones.  Cuando escucho las excusas patéticas que esgrimen los nominadores sobre su falta de consenso, voluntad política o como quieran llamarlo, encuentro que realmente existe una falta de respeto generalizada por las instituciones.

En ocasiones se privilegia el procedimiento nominador como mecanismo de excusa frente a un deber institucional que es mantener el orden a nivel del funcionamiento del Estado.  En otras ocasiones se hace referencia a ponderaciones que nunca se explican, o se hace referencia a factores externos para desconocer lo esencial.  Es triste ver que los abogados que aprender sobre el respeto por las instituciones sean quienes más flagrantemente las irrespeten.
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miércoles, 9 de junio de 2010

Pico para ‘los de atrás’

Hace un buen tiempo que no escribo para brindar un ‘pico’ a alguien.  El asunto electoral, sumado a la cantidad de barbaridades que se ven todos los días, impiden poder dar tantos ‘picos’, y más aún cuando en materia jurídica, política, y de medios, se observan TANTAS barbaridades, tan seguido.

A pesar de ello, me he sentido fuertemente atraído hoy a un tema que vale la pena ser resaltado.  Se trata de ‘los de atrás’, aquellas personas que silenciosamente han trabajado, como lo hace la abeja obrera en su panal, para que otras personas puedan lograr éxitos públicos.  Para el día de hoy, he querido traer algunos ejemplos específicos para mostrar el reconocimiento de manera ejemplificada, y no en abstracto.

En la mañana de hoy, tuve la oportunidad de escuchar una entrevista, en Caracol Radio, a Nelson Cardona, el colombiano que logró alcanzar la cima del Everest sin oxígeno y con una de sus piernas amputadas (llevaba una prótesis).  La mayoría de notas que he revisado al respecto destacan (y con razón) la gesta de este individuo.  Sin embargo, lo que realmente me motivó a escribir esta nota fue la mención especial que realizó Nelson Cardona del líder de la Expedición Epopeya Everest, el señor Juan Pablo Ruiz.  Tal y como el lo resaltó, el líder de la expedición, llegando a la cumbre, debía decidir quienes ascenderían hasta la cumbre, y quienes esperarían.  Para ello, decidió sacrificar la gloria, en aras de poder brindar apoyo, si se requería a quienes subirían, entre los cuales se encontraba Cardona.



Foto de Juan Pablo Ruiz tomada de: www.colseguros.com 

La decisión adoptada por Ruiz resultó ser trascendental, toda vez que los expedicionarios que continuaron ascendiendo se encontraron con un problema mayúsculo, el congelamiento del agua que llevaban para afrontar el ascenso y el descenso.  Ruiz, leyendo acertadamente la situación, esperó, y envió ayuda a los expedicionarios en el descenso, y sirvió de apoyo logístico y humano trascendental para que Nelson Cardona y sus compañeros pudieran bajar sanos y salvos.  Esa decisión de sacrificarse a sí mismo (pues perfectamente hubiese podido optar por subir, fue decisiva para el éxito de la expedición.

El segundo caso que me gustaría mencionar hace referencia a la campaña presidencial del candidato de mi predilección, Germán Vargas Lleras.  Muchos, como yo, reconocimos en su programa, el más completo y viable de todos los que se propusieron por los candidatos presidenciales que afrontaron la primera vuelta.  Vargas reconoció en varias oportunidades, que su programa no fue fruto de un trabajo individual bien pensado, sino del esfuerzo de varios equipos de trabajo que trabajaron largo tiempo en el estudio de cada tema específico, y en la elaboración de propuestas que concordaran con la línea de pensamiento del candidato.

Este trabajo en equipo, que no es fácil encontrar en un país como Colombia, implicó (no me cabe la menor duda) un importante esfuerzo por parte de los asesores, y los asesores de los asesores, quienes no habrían de obtener gloria por sus propuestas, pero quienes trabajan por un fin ulterior que era mayor a sus propias ambiciones.  Trabajaron por un programa integral, con miras a buscar una buena solución para el país.  A ellos, al igual que aquellos hombre y mujeres que trabajaron en cada una de las campañas, intentando estructurar propuestas serias y viables, un ‘pico’ especial por su gran labor y su desinteresado (en gran parte de los casos) esfuerzo por construir un país mejor.

El tercer ejemplo, que resulta conveniente traer a colación en la época mundialista, es el de aquellos jugadores que los comentaristas suelen definir como ‘tácticos’, que no serán los encargados de marcar la mayor cantidad de goles en sus escuadras o en sus selecciones nacionales, pero que sin su disciplina, talento y esfuerzo, llevaría a que sus equipos no pudieren llegar a ser exitosos.  Ejemplos como el de Makelele en el Real Madrid de principios de la década pasada, Gattuso en la Italia campeona de hace cuatro años, o Juan Pablo Sorín en la Argentina de hace algunos años, demuestran que el éxito no es obra únicamente de personas como Messi, Romario, Kruyf o Paolo Rossi, sino que involucra un trabajo silencioso y oculto que representa orden y estructura en los planteles.

No verán con mucha frecuencia que estos jugadores sean los mejores pagados, y rara vez se observará que se les premie con galardones y grandes contratos publicitarios.  Ellos son los ‘obreros’ de sus equipos, que con sacrificio, temple y orden generan la confianza necesaria en sus planteles para poder estructurar un poder ofensivo del cual no son los protagonistas directos.

En materia jurídica siempre se reconocerá la labor del gran doctrinante, o del magistrado titular que es ponente de sentencias valerosas y jurídicamente bien estructuradas.  No se verá, sin embargo, el trabajo de los investigadores y auxiliares que refuerzan las investigaciones de los primeros, ni aquellos que colaboran en proyectar y analizar los fallos de los segundos.  A ellos, que sin duda se sacrifican de igual o mayor manera que los segundos, les debemos gran parte de las cosas buenas que posee el mundo jurídico en la actualidad (aunque vale decir que también muchas de las malas) y rara vez encontraremos a abogados que siquiera sepan el nombre de alguno de ellos.  A aquellos monitores o profesores auxiliares que ‘sudan la camiseta’ junto con sus líderes, a estos grandes abogados, un ‘pico’ con profundo respeto.
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martes, 17 de noviembre de 2009

‘Pico’ para la Gran Colombia y ‘Picotazo’ a Jaime Ruiz

No es extraño encontrar aquí en este espacio importantes críticas a las universidades, por cada día ser más obvios en su intención de sobrevivir como un negocio, y no en en sentido de ser realmente buenas y crecer.  No obstante, a diferencia de lo que ocurre en otros espacios, debe uno estar en capacidad de reconocer las bondades del oponente, y no simplemente casarse con su punto de vista y atacar todo lo demás.

Lo traigo a colación porque en días anteriores tuve la oportunidad de visitar un blog que está recomendado dentro de mi listado de ‘blogs interesantes’.  Este blog, que se llama “Atrabilioso” y que discute la política a nivel suramericano, desde una óptica mayoritariamente de derecha, plantea posiciones con las que rara vez estoy de acuerdo, pero que son susceptibles de discusión en el foro.  No obstante, hace algunos días, uno de sus columnistas (Jaime Ruiz) escribió un artículo plagado de generalizaciones apresuradas y de ‘verdades subjetivas’.   Ante el nivel de subjetividad, decidí hacer el comentario al respecto, como una opinión más, para efectos de que pudiera tenerlo (o no) en cuenta en el futuro.  La respuesta de Jaime Ruiz fue defenderse, atacando mi comentario, que evidentemente era una opinión y no un tratado de argumentación.  Me recordó que no hay mejor defensa que un buen (en este caso no se si bueno, pero cuando menos permanente) ataque.

Ese ha sido el ejemplo de lo que implica casarse con su punto de vista y no intentar revisar el punto de vista de los demás.  Los invito a que revisen las entradas escritas por el señor Ruiz, para que me den su opinión al respecto, o se la den a él (si pueden).  No por ello dejo de recomendar la revisión de ese blog.  Mantiene un punto de vista auténtico y fiel, por más que desde mi óptica, sea demasiado radical.  Cuestión diferente es que nunca más decida entablar ninguna clase de comunicación con el señor Ruiz, por ser incapaz de recibir una crítica.  Nuestro picotazo de hoy es para él.

He dicho al principio de este ingreso, idea que debo retomar, que es usual encontrar aquí críticas a las universidades, tanto locales como extranjeras, por su cada vez más evidente línea de negocios.  Sin embargo, dentro de la competencia capitalista voraz que se presenta en el ámbito del ‘saber’, encontramos que muchas veces las universidades crecen también pensando en la comunidad a la que debieran servir, y no solo pensando en sus arcas y su prestigio.

Con gran alegría he encontrado que el diario El Tiempo ha publicado una nota relacionada con la apertura de nuevas instalaciones para el consultorio jurídico de la Universidad La Gran Colombia, ubicado en el centro de la ciudad de Bogotá.  Instalaciones basadas en el concepto modular, pero con espacio suficiente para dar trato digno a los usuarios del servicio, y una visión que propende por el crecimiento para poder brindar aun más y mejores servicios a los usuarios –lo  que a su vez redundará en un mejor ejercicio práctico para los estudiantes– es la visión de la Universidad.

Con seguridad, muchos otros estarán empecinados en invertir en preparación para los exámenes ECAES, buscando prestigio y gloria.  Otros buscan crecimiento con retribución a la sociedad.  Debo reconocerle a La Gran Colombia esta iniciativa, y exhortarlos a que sigan adelante con el plan, mientras otros tantos buscan donde instalar el spa en su campus.  Es esta una muestra de cómo el derecho (en este caso la facultad de derecho) puede ser un instrumento para la justicia (en este caso, el acceso a la administración de justicia).  Felicitaciones a esa U.
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sábado, 18 de abril de 2009

Pico Póstumo: Maurice Druon


Imagen tomada de: http://www.ouest-france.fr

Esta semana nos ha dejado uno de los hombres que mayor respeto y mayor admiración ha despertado en mí, sobre todo, siendo un cuasicontemporáneo. Maurice Druon, quien fuera Ministro de Cultura francés y coautor de la Chant des partisans, que quedará en la memoria de todos aquellos galos que participaron en la Segunda Guerra Mundial, como el himno de la resistencia francesa.

Nos ha dejado el hombre que con su impecable forma de escribir, narró la historia como solo los grandes pueden hacerlo. Relató el pasado como si hubiese sido designado por una instancia superior para tal menester, de una manera tan viva y tan real que permitió al lector ser cómplice de sus ideas. A pesar de contar con tantas plumas en mi haber, sin duda valdría sacrificarlas todas ellas a cambio de poder contar con una pluma como la de Druon, atrevida, desafiante, cargada de verdad, mas de ligero trasegar.

Por mi parte, debo aceptar que no soy conocedor de gran parte de la obra de Druon. Sin embargo, en lo poco que he conocido de ella, he logrado encontrar un crítico inteligente de las vicisitudes del poder, con habilidad para desentrañar los motivos sensibles que llevan a realmente entender por qué la historia se ha escrito con la sangre de los poco precavidos, la astucia de los intrépidos, y el sudor de encuentros íntimos, prohibidos o no. Sin duda, ha logrado aprehender con su garra la pulpa de los acontecimientos, para poder presentarlo a la humanidad como el fruto de actos de hombres y mujeres, guiados por pasiones que los dominan.

Serán motivo de constante reflexión algunas de las frases que consigna en Los Reyes Malditos, que invitan a revisar nuestra actualidad de forma comparativa con la realidad histórica que él expone. Reposarán en mi mente fragmentos como el siguiente: “En este consejo en el que participaron dos reyes, un ex emperador, un virrey y varios dignatarios, dos grandes señores de la guerra y la Iglesia al mismo tiempo eran condenados a morir en la hoguera. Pero en ningún momento se tuvo la sensación de que se trataba de vidas humanas, sólo de principios.” Ojalá nuestros jueces y autoridades disciplinarias aprendiesen la lección, y entendieran que la vida de los hombres es por y para los hombres, y no por secretas ambiciones diferentes.

Maurice Druon ha levantado vuelo, dando inicio a un eterno viaje por los corredores del más allá, llevando consigo su hábil pluma y su densa garra, cual ave de aves. Ha escanciado en nuestras copas la Historia destilada, para poder embriagarnos con su sabor y experimentar también las penosas consecuencias de no aprender a manejar los excesos, como lo exige la templanza y la virtud.

Mientras ello ocurre, debemos nosotros considerar con cuidado la realidad psicológica del país, cuando revisamos otro de los fragmentos de la obra de Druon, que menciona: “Los hombres enamorados del poder se ven impulsados ante todo por la voluntad de actuar sobre el universo, de crear los eventos, y de haber tenido razón. Riqueza, honor, distinciones no son a sus ojos más que instrumentos para su acción. Marigny y Valois pertenecían a esta clase de hombres.” ¿Hoy, y aquí, tendremos ejemplares dignos de los anteriores? Parecería que sí, y lastimosamente, muchos. No en cambio, ocurre con aquellos como los que describe así: “Quien ha gobernado largo tiempo a los hombres, esforzándose por obrar por el bien común, sabe las fatigas que esa labor le ha costado. Cuando súbitamente percibe que nunca ha sido amado ni comprendido, sino solamente soportado, le invade una gran amargura, y se pregunta si no habría sido mejor dedicar su vida a otra labor.”

De mi parte, un ‘pico’ póstumo para este historiador-profeta, maestro de la escritura, y catalizador de la reflexión. Au revoir mon ami.
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lunes, 23 de marzo de 2009

Gracias por estos 20 años

Hoy cumplimos 20 años de la web. Al menos eso es lo que asegura el diario colombiano El Tiempo, en su editorial del día de hoy. Confieso que la referencia de 20 años me pareció algo breve. Recuerdo que en el colegio me enseñaban acerca de la Internet, de la ARPANET y otra cantidad de cosas. Resulta, sin embargo, que no es lo mismo la creación de Internet que la creación de la web, que tampoco es lo mismo que la creación del correo electrónico. El regocijo de El Tiempo está debidamente fundado. Hace 20 años, en efecto, el señor Timothy John Berners-Lee creó la World Wide Web. Hipertexto, comunicación en red y la Transmission Control Protocol (TCP) eran la clave para un desarrollo que actualmente es necesario en la vida de muchos de nosotros.

Por mi parte, considero importante resaltar este hecho por una serie de aspectos que aún hoy dejan de ser valorados en la dimensión que les corresponde. En primer lugar, por ejemplo, gracias a la nuestra tiple doble-u, hemos podido lograr la internacionalización del conocimiento. No es extraño acceder a museos, a bibliotecas virtuales o reales en otros países, conocer textos que en otras circunstancias serían imposibles de conocer, y estar al tanto de las noticias mundiales en cuestión de segundos. Esta es la razón erudita por la que agradezco hoy al señor (no Mister sino Sir) Berners-Lee semejante aporte al mundo.

Existen razones menos nobles que la anteriormente mencionada, pero que son igualmente válidas. La world wide web nos ha permitido cambios fundamentales en la forma de concebir la sexualidad del ser humano. El acceso a chats eróticos, a páginas pornográficas (legales o ilegales según el nivel de gustos y de riesgos de cada cual), a consultorías sexológicas virtuales, han permitido constatar con cifras, que el ser humano actual es un ser humano con sexualidad reprimida. Basta ver la variedad en la oferta para darse cuenta de ello. Para muchos, probablemente esto no pasa de ser una opinión sinvergüenza de Gaviota, y quizás así sea. No obstante, más allá de la posibilidad de saciar el morbo personal de cada individuo con el “producto” de su preferencia, es claro que la modificación en la percepción psicológica del ser humano le ha permitido encontrar su sexualidad y disfrutar de ella sin tapujos, en una época en la que todavía se incita al no uso del condón por parte de la Iglesia Católica. Este autorreconocimiento del ser sexual ha ido progresivamente ganando espacio en la vida social, y eso debe ser destacado como un avance. Cuestión diferente es el acceso irrestricto de esta información a menores de edad, y los traumas o manías que pueden generarse con ello.

Tercera razón (también innoble). El mundo físico actual ha sido diseñado para que la gente le resulte casi imposible divertirse. Trabajos extenuantes en horarios cada vez más asfixiantes, largas horas expuestos al tráfico automotor, y el sometimiento al estrés en cada actividad diaria, hacen que muchos individuos no puedan recrearse o divertirse. El tiempo en que no se está desgastando el cuerpo y la mente en el trabajo, se está durmiendo o en el médico, intentando recomponer el deterioro sufrido debido al excesivo estrés. La posibilidad de hacer deporte se restringe a los fines de semana, y a hacer spinning, lo que me parece aberrante. Eso es sano, pero no para todos resulta divertido. Sin embargo, la web nos ha permitido conocer una serie de elementos interesantes de entretención. Juegos interactivos, juegos que se pueden jugar desde el computador con los amigos cercanos, juegos históricos, juegos de estrategia, juegos eróticos, juegos de lo que se quiera. Además las redes sociales como Facebook, que son casi una obligación social en estos momentos, y experiencias como la de Second Life, son frutos de esa necesidad de hacer más amigable el tiempo de conectividad.

Como cuarta y última razón, para no extenderme demasiado, está la relevancia que ha adquirido la liberad de expresión gracias a la web. La posibilidad de crear páginas web gratuitas, la posibilidad de participar en foros virtuales, y (¡cómo no!) la posibilidad de llevar uno o más blogs para expresar sentimientos, opiniones, quejarse de algo o de alguien, y para compartir conocimiento, resulta cuando menos interesante. Para mí, al menos, resulta casi terapéutico el poder ingresar al blog y expresar opiniones y formular argumentos respecto de una gran variedad de temas. La posibilidad de poder expresar mi pensamiento, en un mundo en el que pensar y opinar se ha tornado cada vez más peligroso, es bastante alentador.

Es por ello, que a Sir Timothy Berners-Lee y a todos quienes han participado en el desarrollo de la web, les ofrezco un ‘pico’ de gratitud, por permitirnos el acceso a esta maravillosa experiencia. La web es un importante elemento en nuestras vidas, que como todo en la vida, tiene sus aspectos nocivos e incluso degradantes, pero que de alguna manera, es objeto de constantes revisiones, de formulación de soluciones y que abren las puertas a un mundo más amplio del que hubiéremos conocido antes de ella.
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sábado, 13 de diciembre de 2008

‘Pico’ con profundo respeto: Alan Jara Urzola

En el segundo ingreso de esta bitácora, titulado “Acerca del blog”, tuve la oportunidad de presentar la carta de navegación de esta serie de escritos, muchas veces inconexos entre sí, pero con un enlace fundamental que es la justicia, en diversos ámbitos, pero principalmente desde la óptica jurídica. Advertí que quienes pertenecemos al no tan selecto grupo de “peleólogos”, en ocasiones recurrimos a ataques de conciencia que nos obligan a realizar un acto positivo, o al menos, de reconocimiento por la labor positiva de alguien más.

En mi caso particular, siendo un plumífero de corazón, he considerado que de vez en cuando de ‘picos’, en contraposición a los habituales ‘picotazos’ que aquí se materializan. Desde el día en que escribí ese segundo ingreso, a hoy, he quedado en deuda de dar un ‘pico’ absolutamente merecido a una persona que lastimosamente ha carecido del acceso a este blog, pero más aún, ha carecido del acceso del cariño familiar al que todos tenemos derecho por el simple hecho de existir.

Me refiero al exgobernador del departamento del Meta (Colombia), Alan Jara Urzola (foto). Intentaré exponer mis razones brevemente, con miras a finalmente escribirle unas palabras de aliento a este valiente hombre, víctima del secuestro en Colombia.


Imagen tomada de: http://www.elcolombiano.com

En primer lugar, debo admitir que el simple hecho de padecer el secuestro y no enloquecer, es digno de ser admirado. Sin embargo, el caso de Alan Jara, contiene una serie de elementos muy particulares que siempre me han impactado. Los invito, a manera de ejemplo, a revisar este artículo publicado en el diario El Tiempo el 17 de enero de 2008, en donde muestra de manera palpable el coraje y el humor que mantiene Jara a pesar del secuestro. Particularmente, resalto dos aspectos muy importantes de este artículo.

En primer lugar, rescato el hecho de que siga creyendo en el deber ser del Estado, como un romántico del derecho que encuentra en los principios y en los fines del Estado, la razón de ser de toda la estructura que hoy tercamente denominamos Estado. No lo rescato porque lo comparta sino precisamente por todo lo contrario. Él, que ha sido objeto del abandono del Estado, privado de su libertad por grupos al margen de la ley (ley que teóricamente garantiza la convivencia pacífica), y utilizado como rating por los medios de comunicación, sigue creyendo en este deber ser. Lo rescato porque a pesar de su desesperanza, cree fielmente en aquello por lo que trabajó. Es lección de vida para mí, quien por mucho menos que eso, he perdido la fe hace mucho tiempo en el Estado y en el derecho. Yo que creo que nos mentimos descaradamente unos a otros en nuestros hogares, nos mentimos desde las instituciones, y nos mentimos para acceder a estas últimas. Jara, que es símbolo de la injusticia humana, me incita a creer en ella, cuando ella lo ha abandonado.

Probablemente su férrea o tal vez ingenua convicción de que el deber ser puede llegar a gobernar el ser nunca llegue a convencerme de nuevo. Es posible que en adelante nunca vuelva a pensar en la justicia como fuera concebida por los romanos. Quizás en vez de buscar la justicia al levantar el velo de la ignorancia, como diría Rawls, siga creyendo que nos aprisionan dentro de un velo al que los poderosos etiquetan como justicia. No obstante nuestra distancia conceptual, su templanza y determinación deben ser más que loadas por quienes seguimos creyendo que los principios existen y deben gobernar nuestras vidas.

Otro aspecto debo rescatar de lo que leyera en ese artículo alguna vez. Me refiero al ejercicio del rol paterno en cautiverio, y cómo transmitir el amor a los seres cercanos, cuando precisamente ya no se encuentran cercanos. Lo importante no es en sí la forma en que intenta mantener contacto con su hijo, sino la lucha por ser humano y por mantener aquellas bellas que tiene la vida. Me refiero a la amistad, al amor, a la risa, al conocimiento. No olvidaré cuando escuché a algunos de los antiguos secuestrados, militares policías, relatar cómo el señor Jara les enseñaba idiomas, bromeaba con ellos y los mostraba razones para seguir adelante. Esto mismo volvió a mi mente cuando leí de qué manera a la distancia intentaba seguir instruyendo a su hijo, estableciendo retos, dándole valor a sus gustos, y cómo intentaba, mediante un pequeño lazo elaborado con las hierbas de la zona, mantener contacto físico pero virtual, con su esposa.

Hoy, mucho tiempo después de su secuestro, época para la cual confieso que Alan Jara Urzola me era un absoluto desconocido, como tal vez lo es hoy para muchos de los que leen estas líneas, me inclino ante su valor y le propino un merecido ‘pico’. Quienes me conocen personalmente saben que respeto mucho a las personas que son excelente profesionales, en cualquier oficio en el que se desempeñen. Sin embargo, respetaré mucho más a quien antes de procurar ser buen abogado, o buen contador, o buen electricista, hace todo lo posible por ser una buena persona. El reto, para quienes actualmente poseemos la libertad de medios para poder seguir en nuestro camino de ser cada vez mejores profesionales, es ser personas de bien, y de la mano procurar cada vez ser mejores profesionales.

En esta vida, nos encontraremos con personas de toda clase, y normalmente todos tenemos una tendencia instintiva a pensar que lo mejor que alguien puede ser o hacer, es aquello que somos o hacemos nosotros. Por regla general, el ego nos tiende esas trampas. Merecerá siempre un pico quien ante la adversidad del mundo, y ante la adversidad que proviene de nuestro interior, se engrandece para sobrepasar el obstáculo y simplemente buscar ser mejor, sin creerse el mejor. He conocido en esta vida muchos idiotas inteligentes (estilo Forrest Gump o Austin Powers), pero lamentablemente he conocido a muchos más inteligentes idiotas (estilo Dr. House o Truman Capote).

Para el caso específico de los abogados, les recomiendo que lean este ingreso del blog de Alberto Bovino, “No hay derecho”, que a su vez nos remite a este ingreso del blog titulado “Perspectiva A-DN”. Aunque el texto es enteramente en inglés, rescato el aparte donde se dice:

“Any second-rate scholar can have an opinion, however ignorant or confused, about the merits of someone’s work, and express that opinion in an e-mail to a colleague elsewhere. Now imagine that same ignorant or confused opinion broadcast to thousands: that is what blogs make possible. Indeed, blogs do more than that: they make possible the repeated and systematic broadcast of non-expert opinions, opinions that can then be picked up and amplified by other non-expert blogs.”

Versión traducida por Gaviota:

“Cualquier académico de segundo nivel (entiéndase ‘de pacotilla’) puede tener una opinión, sin importar qué tan ignorante o confundida sea, acerca de los méritos del trabajo de alguien más, y expresar esa opinión en un E-mail a un colega en otra parte. Ahora imaginen esa misma ignorante o confundida opinión transmitida a miles: esos es lo que los blogs hacen posible. En efecto, los blogs hacen más que eso: hacen posible la repetida y sistemática transmisión de opiniones no-expertas, opiniones que pueden luego ser recogidas y amplificadas por otros blogs no-expertos.”

Esa es la naturaleza humana “at its finest” (en su más fino nivel). Me disculpo por tanto inglés, pero es mejor dar una respuesta in english a una bofetada in english. Podríamos argumentar los iletrados que escribimos blogs, y que no estamos autorizados por nadie para decir nada, que si uno quisiese considerarse un académico de primer nivel, probablemente debería ser lo suficientemente apto para manejar un blog, y lo suficientemente generoso, para compartir la información, porque de eso se trata esto. Si no lo hace es porque o no es hábil o no es generoso, caso en el cual la etiqueta de “primer nivel” podría ponerse seriamente en duda.

Leer eso me recordó por qué hago lo que hago, y por qué abrí este blog. También me recordó por qué sigo el blog “Dura Lex” de una persona “autorizada”, que critica la forma de enseñanza por parte de los “autorizados”. Recordé que mi escenario era el del vuelo contra la corriente de idioteces inteligentes que escucho, contra la fetidez de la injusticia, y por personas que merecen compartir su alegría y su conocimiento con cuantos quieran, como mi homenajeado Alan Jara Urzola.


Imagen tomada de: http://blog.bioethics.net

Probablemente Alan Jara no habría escrito tantas sandeces al mismo tiempo, como el señor Brian Leiter (foto). Probablemente él no habría reaccionado de una forma tan visceral e irracional como yo. Probablemente son estas las clases de personas que requerimos en el país y en el mundo para detener guerras en vez de propiciarlas. “No hay nada más cierto”, me dirían los griegos en sus obras. Precisamente por mis falencias enfrentadas a las virtudes de Alan Jara, es que me siento moral y legalmente obligado a exaltar su imagen y su figura desde este modesto espacio, esperando que algún día pueda conocer acerca de estas palabras. Para cuando ese día llegue: “señor Jara, lo invito a un café”.
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domingo, 24 de agosto de 2008

Proporciones matemáticas y manzanas ponzoñosas

Es usual mencionar en las aulas universitarias el popular chiste según el cual si uno está estudiando derecho, es porque realmente nunca fue bueno para las matemáticas. Algunas risillas de complicidad con el profesor humorístico, otros tantos reían porque se sentían identificados, y otros tantos que estaban ocupados en otros quehaceres rieron porque veían a la clase reír y no querían desentonar. Por último, estaba el grupo de los ofendidos que no solo no reían sino que a partir del momento consideraron como enemigo declarado al “calumniador ese”.

No sé en cual de los grupos me ubiqué. Lo confieso. Tal vez mi falta de memoria sobre el evento nos permita concluir que en su momento fui de los que reí por no desentonar. De pronto me enteré del famoso chiste cuando mis compañeros –los ofendidos– lo mencionaban a cada hueco que se nos presentaba, o tal vez porque la gran mayoría de profesores viejitos repetían el mismo chiste en sus clases, creyendo ser la novedad. En ese momento, acepto que pertenecía a los que reían por complicidad.

Traigo esta anécdota a colación por un comentario que recibí recientemente en mi correo electrónico, en el cual una persona que se tomó el trabajo de revisar el contenido del blog en detalle, me mencionó que sería bueno de vez en cuando escribir algo positivo acerca de algo. En mi interior, protesté. “Sí he escrito cosas buenas” me dije en ese momento. Recuerdo muy bien haber felicitado a un grupo de colegas que lograron salir adelante en este discriminante país. Adicionalmente, uno que otro periodista sensato ha salido avante.

Sin embargo, no dejó de retumbar en mi interior el transfondo del mensaje. ¿Será que me he convertido en el Hugo Chávez del mundo jurídico? Será que no existe aquí objetivo diferente que exorcizar a los demonios que me rondan en virtud de mi profesión, lanzándole dardos a todos, a diestra y siniestra, y creyéndome mejor que ellos? La verdad, no creo ser mejor que ellos, pero al menos no manejo una doble moral, como algunos de mis invitados especiales. No obstante, la crítica parece dejar maltrecha a Gaviota, y con razón.

Revisando el historial de ingresos al blog, parece ser que la proporción de picos dados por gaviota respecto del de picotazos es inmensamente inferior. Alrededor del 8 por ciento de frases emitidas por Gaviota son picos, frente un lapidario 92 por ciento de picotazos. Sin duda, mi crítico(a) tenía razón. Pocos picos doy. En efecto, la rata es de 1 : 11,5. Con esto, entre otras cosas, intento desesperadamente demostrar que no soy tan bruto en la matemáticas, o al menos que me tomé bastante tiempo en investigar para descifrar qué significa lo que acabo de escribir. En segundo lugar, le doy la razón a mi crítico(a).

La pregunta subsiguiente es: ¿Y por qué esas proporciones tan demenciales? Podríamos aproximar la respuesta desde el punto de vista que por rating, ya que a los colombianos, y en general a los seres humanos, nos gusta más hablar de la vestimenta horrorosa de la esposa de fulanito, que de los avances en la lucha contra la malaria, y que por tanto intento darle al público lo que quiere leer. Una segunda opción sería por mi carácter belicoso y poco amistoso. Como tercera opción podríamos considerar que culturalmente estoy preconfigurado a ser un mal vecino, mal colega, mal hijo, y echarle la culpa al vecino, al colega o a la mamá. En cuarto lugar, podríamos considerar que tal vez soy el profeta de la verdad, y que en realidad la justicia en Colombia en efecto es una basura, así como la prensa, la política y otros campos que aún no se han abordado. ¿Cuál de esas es la verdadera? De pronto a mis lectores se les ocurran otras diferentes, que espero compartan con todos nosotros, para enriquecer la discusión. Por el momento, se me ocurren estas.

Ante estas posibilidades, creo que conviene realizarme un auto-psicoanálisis para ver por donde es la cosa. Hablo de un auto-psicoanálisis por dos razones fundamentales. En primer lugar, me da miedo ir a donde un(a) psicólogo(a) que de pronto me diga que la culpa de mis problemas amorosos, de salud, laborales y demás, provengan de elementos subconscientes que vienen de mi juventud, y que resultan irremediables porque no los ha logrado detectar. En segundo lugar, podría acudir a los Jueves de Salud en Noticias RCN para que el psicólogo invitado intente explicarme la situación, pero con absoluta seguridad, le consultaría el problema y me diría como al 100% de los televidentes que me antecedieron, que “es importante que vaya donde a un psicólogo para que revise mi caso y me de el tratamiento adecuado”, es decir, que quedaría en las mismas, y me obligaría acudir a la primera opción atrás mencionada, que, como ya dije, no es muy reconfortante.

Analicemos, entonces, la primera opción: Lo hago por el rating. No puedo negar aquí que es reconfortante que alguien diferente a mí mismo lea el blog. En parte, de ahí la idea de tener un counter en la página. Muchos de quienes han leído el blog ha sido porque les he enviado un mensaje de correo pidiéndoles el favor de que lean la página y que me retroalimenten. En este punto, muchos han hecho la primera parte, pero he recibido pocos mensajes o comentarios con retroalimentación. Por gratitud, (y en parte por mejorar mis estadísticas), quiero aprovechar para mandarle un pico muy especial a Pseudo, a Anónimo 1 y a Anónimo 2, quienes han tenido la gentileza de enriquecer esta página con sus valiosísimos comentarios, los cuales aprecio de corazón. Otro pico especial a mi crítico(a) por brindarme sus sinceras opiniones al respecto. 4 picos en un solo ingreso!! Creo que podría ser un record olímpico. No obstante estos argumentos claramente a favor de esta opinión, debemos considerar también que el rating no ha sido un móvil principal. Considero que a pesar de mi tono eminentemente ácido y mordaz, no he pecado por impreciso, al menos hasta el momento. En fin, no estoy denigrando de la gente por denigrar, sino siempre con un fin ulterior que intento dejar entrever en cada palabro que escribo. Ese fin es que las cosas se corrijan. No es simple chisme. Es bonito saber que mis ideas le llegan a otras personas, pero lo más importante es la idea en sí misma. En consecuencia, si estuviera concursando en Nada más que la verdad, habría dejado loco al polígrafo. Estoy como en un 50/50.

La segunda opción que me planteo es: Carácter belicoso. Quienes conocen a la persona detrás de Gaviota, seguramente deben estar diciendo, como en los concursos de belleza: “¡¡Esa es!! ¡¡Esa es!!” Quienes no me conocen, podrán sentir un pálpito instintivo que los lleve a la misma respuesta. En mi defensa, manifiesto, como diría uno de mis allegados: “No es que yo sea belicoso sino que yo simplemente reacciono.” O como dirían los niños de jardín infantil: “¡El comenzó!”. Desde un punto de vista un poco más intelectualoide, diríamos que soy una vehemente antítesis del ejercicio dialéctico cotidiano. En consecuencia, dejaríamos al polígrafo de Nada más que la verdad en las mismas.

Nuestra tercera opción: Resultado de mi entorno cultural. Respecto de esta opción, en anterior oportunidad, cuando le dediqué unas palabras a Florence Thomas, indiqué que nuestro entorno cultural es el de no dejar que otros sean estrellas. En términos menos crípticos diríamos que nuestra cultura es de no dejarse joder (recordemos que según el diccionario de Gaviota, es estrella el que más jode). En esa misma oportunidad utilicé el ejemplo prestado de la primera ley de tránsito, según la cual las mujeres nunca ceden el paso, para ejemplificar mi punto. En esta oportunidad, dejando de lado cualquier criterio sexista, simplemente sintetizo mi idea con la idea de que la urbanidad de Carreño es leyenda en nuestro país. Leyenda en el sentido estricto, y no como denominamos a nuestra miamense, o a Giovanni Ayala. Incluso, he estado tentado en solicitarle a los directivos del Carnaval de Barranquilla para que el próximo año enterremos a Carreño, y no a Joselito Carnaval, que ya este último ha sido enterrado muchas veces. O para no pelear, enterrémoslo para arrancar carnavales, y al final volvemos a enterrar a Joselito. La verdad, no creo que la idea sea de mucha recepción, pero ahí está…

He dicho antes que esta posibilidad implique que mi picoteadera sea obra del mal vecino y del mal colega que aflora en mí. Tal vez. En mi defensa, simplemente aclaro que también soy hijo del país donde está la gente pujante, donde me abrazo con mi enemigo cuando Colombia hace gol, y que se alinea contra Chávez y Correa por ser proguerrilleros. Desde ese punto, consideramos que hay motivaciones nobles y procederes innobles. Otra vez empate. Me voy a inscribir a Nada más que la verdad si alguna vez vuelven a dar una temporada, para ver cómo resuelven el asunto.

Por último, la cuarta opción que nos resta es: la Gaviota Profeta. Confieso que esta opción me resulta repulsiva, no porque no quiera ensalzar el megalómano que hay en todos nosotros, sino porque ustedes ya saber cómo les va a los profetas en su tierra. Si me quejo, sin ser profeta, imagínense cómo sería la situación si me autogalardonara con ese título. Ni hablar. Esta opción queda anulada. ¿Qué diría el polígrafo?

El resultado de este auto-psicoanálisis ha sido desastroso. Conjunto vacío, para ponerlo en términos matemáticos. No concluí absolutamente nada sobre la psiquis de Gaviota Jurídica y el porqué de tantos picotazos. Sin embargo, a mi crítico(a) le debo abonar que este desastroso resultado científico arrojó como resultado positivo que despachara 4 picos, batiendo record olímpico, a quienes me han retroalimentado. En consecuencia, tácitamente he cedido a sus críticas, aunque de manera inconciente. Tal vez debería pedirle la consabida asesoría psicológica a mi lector(a).

Para no defraudar del todo a mis lectores, críticos o no, me permito dar unas explicaciones adicionales a lo que consta en mi perfil del blog. Quiero planear, como gaviota que soy, y volaré contra la corriente, cuanto sea necesario. ¿Por qué volar contra la corriente, y no con ella? La respuesta es jurídica. Cuando asistí a la universidad, me enseñaron en clase de derecho probatorio una famosa teoría (al menos para los abogados) importada –como siempre– del derecho anglosajón. Esa teoría la denominan los norteamericanos como el Fruit of the Poisoned Tree, que en español traduce “Fruta del árbol envenenado”. Sin embargo, como aquí tenemos que hacerle la versión 2.0, otros profesores se refieren a la teoría del la "cesta de la manzana ponzoñosa”. Cualquiera que sea le denominación que se acoja, el resultado es el mismo.

La mencionada teoría se fundamenta en el principio que cuando existen pruebas judiciales recaudadas para un proceso, la ilicitud en la obtención de una prueba automáticamente vuelve ilícitas las pruebas que se hayan obtenido con fundamento en la primera. Es como un efecto dominó. En ese sentido, gráficamente se expone que si el árbol está envenenado, necesariamente la fruta que se obtenga de ese árbol va a estar envenenada. Si se mira como la cesta de manzanas, se observa que si una de las manzanas se pudre, contamina a las demás manzanas de la cesta, hasta tanto no sea excluida del grupo de manzanas que todavía siguen estando comestibles.

En mi defensa, alegó que mi ejercicio de picotazos es ese salto que quiero dar para saltar de la cesta de manzanas ponzoñosas, e intentar salvarme de la putrefacción. Es la labor de empezar a tumbar el árbol envenenado para que deje de producir frutas envenenadas. Si lográsemos eso, muchos de nosotros, aproximadamente 7 de cada 10 aves podríamos extender las alas de la libertad sin temor de ser abatidos por proyectiles o piedras que vienen de aquellos que consideran que la libertad es un simple instrumento retórico para tener tranquilo al pueblo mientras sobre él se ejerce completa dominación. En consecuencia, los Picotazos de Gaviota no son otra cosa que una invitación a mis coterráneos para que despeguen de la cesta, y simplemente planeen.
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