Imagen tomada de: http://www.bbc.co.uk
Desde el ingreso anterior, cuando hice referencia a “Elección Visible”, debo admitir que tuve principalmente en mente a la señora Ungar Bleier, por cuanto su posición le ha permitido influir decisivamente en diferentes escenarios de la vida pública, pero sin lograr demasiados resultados, según mi parecer. La señora Ungar lideró “Congreso Visible”, desde su fundación en el año 1998 hasta Julio de 2009. Evidentemente el programa tiene logros indiscutibles, pero podemos afirmar que en once años no logró el objeto de que existiera un Congreso Visible. De hecho, son 3 “Congresos” no visibles, pues ha habido tres elecciones
Adicionalmente, debo manifestar mi inconformidad con la señora Ungar Bleier, toda vez que a raíz de su cargo, ha tenido la oportunidad de escribir en algunos de los medios de comunicación –ella es columnista del diario El Espectador– pero realmente no utiliza la oportunidad para trabajar por los fines altruistas para los cuales se manifiesta trabajar.
Esta situación me recuerda a un profesor, cuyo nombre no mencionaré, quien desde hace mucho tiempo señala que esta clase de organizaciones, llámense como se llamen, no viven por los derechos humanos, sino de los derechos humanos. Probablemente su postura sería algo así como, “¿y qué utilidad tendría Congreso Visible si ya fuera visible? Se perdería el objetivo, y probablemente la señora Elisabeth Ungar y Cia. deberían dedicarse a algo diferente.
En principio, escuchar ese comentario resulta ofensivo para quien no conoce a quien profiere esas palabras. Incluso, la primera que yo oí esta clase de comentarios por parte del anónimo profesor, me pareció jocosa la manera en que lo retrató, pero injusta en su contenido. Sin embargo, como con casi todos los comentarios que de manera instantánea generan rechazo, conviene repensar su contenido, para saber si además del rechazo pasional existe un rechazo racional.
Personalmente, soy de la línea del anónimo profesor. No tengo confianza en el altruismo sin ánimo de lucro. De hecho, considero que esa frase sirve de caballito de batalla para pretender demostrar que los derechos humanos, la justicia, la transparencia y la visibilidad no se tratan de negocios sino de programas de largo plazo tendientes a mejorar el mundo.
Para quienes no lo saben, les cuento que el estatuto tributario de Colombia prevé deducciones para quienes realicen donaciones a esta clase de organizaciones. De hecho, en el caso de los derechos humanos y acceso a la justicia, las deducciones equivalen a un 125% del valor donado (Artículo 126-2 del Estatuto Tributario). En términos prácticos, eso quiere decir que si debemos pagar impuesto a la renta y donamos 100 pesos, podemos descontar 125 pesos del monto total de impuestos a pagar. ¿Consideran ustedes que podría haber recursos para esta clase de organizaciones? Por supuesto que sí. Recordemos que una de las razones por las cuales las personas deciden hacer algo es por sentirse importantes. Si puedo afirmar ante el mundo entero que soy benefactor de una organización que hace bien para la humanidad, pero también al hacerlo logró ahorrar dinero, ¿por qué no hacerlo?
Independientemente de si me gusta como está elaborada la norma, tengo la claridad de que solo así podría existir la contribución sistemática a esta clase de situaciones. Si los impuestos etán destinados, en parte, a la financiación de esa clase de programas, ¿por qué no financiar directamente a las organizaciones que conocen el tema y lo pueden manejar mejor? El problema radica en las organizaciones en sí. Hay gente interesada en ser benefactores de esta clase de programas, y por lo tanto, existen recursos garantizados. Recordemos que es rentable, y nos permite mostrarnos como grandes benefactores de la sociedad. Así, el dinero existe.
Si existe la demanda, la oferta surgirá. Así suele funcionar el mercado, a cualquier nivel. Surgen organizaciones como Corporación Transparencia por Colombia, Corporación Excelencia en la Justicia, por solo mencionar las más conocidas de todas estas organizaciones, y algunas programas o institutos adscritos a universidades, como es el caso de Congreso Visible, programa dirigido por la señora Elisabeth Ungar hasta hace poco tiempo. Invito a todos mis lectores a que pasen por la página web de Congreso Visible para que revisen el contenido de la misma, y especialmente, para revisar los proyectos, los eventos, y especialmente para revisar los informes que después de algún tiempo, podrán ubicar. Me gustaría conocer sus impresiones. Personalmente, considero que no es serio promocionarse como lo hace Congreso Visible, y como lo ha hecho su exdirectora, y tener una información tan precaria en su página web. ¿Cómo hacemos visible a Congreso Visible? No lo sé.
Sería interesante conocer de la señora Ungar Bleier algo relacionado con el presupuesto que manejó en esa organización y la forma como se invirtió. En el caso de Corporación Transparencia por Colombia, esa información sí existe, y está disponible para ser consultada y revisada en su página web. Esperemos que la nueva dirección no traiga los vicios informativos de Congreso Visible, pues sería una lástima volver invisible lo que hasta el momento ha mostrado ser transparente. Precisamente, esa transparencia en las cifras es lo que permite racionalmente preguntarse si el profesor anónimo podría tener algo de razón en lo que dice.
Señora Ungar, el Congreso no es visible, y tampoco es transparente. Sería bueno saber por qué el cambio de un lugar a otro, más allá del factor económico, que sin duda habrá tenido algo que ver. Sería interesante saber cuáles fueron los criterios de elección de la nueva directora de la Corporación Transparencia de Colombia. Sin duda su hoja de vida tendrá elementos interesantes, pero junto con una hoja de vida, es importante conocer los resultados obtenidos en el devenir profesional del candidato o candidata. Ya que no pudimos enterarnos a través de la página de Congreso Visible, sería bueno que los promotores de la visibilidad y transparencia se hagan a sí mismos visibles.
Más allá del toque de hilaridad que quiso incluir en su chat con el diario El Espectador hace algunos días, reconoce que el tema de la visibilidad en el Congreso le quedó grande. Esperemos que su desempeño al mando de la Corporación Transparencia no siga la misma suerte. Tal vez, si se concentra más en lograr un trabajo serio, y no tanto en figurar, el desempeño mejorará. No obstante, me temo que los rubros dedicados a presentaciones y eventos en grandes y lujosos salones de conferencia de importantes hoteles y centros de convenciones, podrían ascender. Lamentablemente, eso aquí no es un problema. Recordemos que ser solidario en materia de ONG´s es un buen negocio. Picotazo preventivo para la señor Elisabeth Ungar. Bienvenida a este espacio. Por el bien del país, esperemos que sea la última vez que sea referenciada aquí.
2 comentarios:
Buen Post Gaviota... Elección visible en la pretendidad vigilacia y control que le hizó a los magistrados de la Corte y ahora pretende hacerle al Fiscal cometió errores como el convertirse en un poder que pretende ser determinante.. y además utilizar dicha Fundación para promover familiares de miembros de dicha corporación como es el caso de las hermanas Borrero. También hay que ver el caso de Mauricio Gónzalez Cuervo.. Fue director de Excelencia en la Justicia antes de ser secretario jurídico de Uribe y luego Magistrado de la Corte... Mariana Jaramillo escribió dos columnas en el Nuevo Dia sobre la Señora Ungar titulada ¨Respuesta a la señora Ungar¨ que pueden leer en este link.
http://iureamicorum.blogspot.com/2008/09/columna-de-mariana-jaramillo_23.html
Muchas gracias por el aporte, Gonzalo. En efecto, sí recordaba haber leído y comentado ese ingreso, pero cuando fui a buscarlo para citarlo aquí, no lo pude encontrar. Gracias por rescatarlo.
Hay un comentario adicional de alguien que firma como anónimo, que personalmente no comparto, y que se trata de una crítica personalizada sin mayores argumentos.
Personalmente, lo que más me molesta de esta situación es que algunas de estas organizaciones, si no todas, dicen representar a la sociedad civil, y personas como la señora Ungar Bleier dan a entender que han hecho lo mejor, y que nadie lo habría podido hacer mejor.
Sigo preguntándome si su elección en Transparencia por Colombia se acompañó de un informe de sus gestiones, o si se trató de una lectura de títulos y cargos. Si fuera por eso, conozco a un par de personas que ya tienen los títulos necesarios para ser Secretarios Generales de la ONU.
Gracias por el pertinente apunte. Nos veremos pronto. Un abrazo.
Publicar un comentario