lunes, 18 de junio de 2018

Lo que ha cambiado y lo que no

Hoy, un día después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia, quiero compartir con ustedes algo que me deja pensando mucho, y es la gran capacidad de viraje que tiene el pensamiento colombiano colectivo.  Para ello, me voy a concentrar en un punto central: la "izquierdización" de unos sectores de opinión que usualmente no eran de esa forma de pensamiento.

No hace mucho tiempo se decía que Colombia era un país de derecha, como una explicación para entender por qué razón nunca podría ganar una propuesta de izquierda en el país.  Pensar en que la izquierda pudiera acceder a la Presidencia de la República resultaba absolutamente inviable. 

Hace casi dos años, cuando se estaba discutiendo el plebiscito de validación del acuerdo de paz negociado por el gobierno de Juan Manuel Santos, uno de los contraargumentos que planteaban los defensores de la validación del acuerdo (los del SÍ), ante la crítica de los opositores a dicha validacíon (los del NO), era que el hecho de que los miembros de las FARC participaran en política no implicaba necesariamente que ellos se fueran a tomar el poder, porque perfectamente podrían ser derrotados en las urnas, si el pueblo así lo decidía.  Tanto los del SÍ como los del NO sostenían que sería imposible que lleguen al poder.

Lamentablemete muchas hipótesis se suelen desechar a partir de lo imposible, lo impensable, lo absurdo.  Ese tipo de pensamientos han llevado a varios de los errores estratégicos que ha cometido el país.  Por ejemplo, uno reciente: no tratar con seriedad las demandas de Nicaragua el no prever como "posible", que pudiera ganar.  Tampoco parecía "posible" que el precio del petróleo descendiera tanto como para alterar el presupuesto nacional.  Esa facilidad para descartar posibles escenarios a partir del énfasis y de la hipérbole, sigue sin cambiar.

Sí ha cambiado, en cambio, la postura de un sector de la población que, al mejor estilo de Roy Barreras tiene una facilidad envidiable para mutar sus principios, sus posturas y sus ideales.  Muchos otros cambios creo yo, sin embargo, obedecen a otro tipo de situaciones.  Por ejemplo, para abordar este argumento a partir de la Historia, es conveniente recordar algunas píldoras de la memoria:




Imagen tomada de: http://elclavo.com 

1) Para el año 2002, el político más odiado del momento era Andrés Pastrana, por "regalarle" parte del país a las FARC.  Acabar con el diálogo era el clamor popular, y la derrota militar era el camino deseado, y votado.  Ganó en primera vuelta, lo que quiere decir que más de medio país lo apoyó.

2) 4 años atrás, en 1998, el político más odiado era Ernesto Samper por cuenta del escándalo del Proceso 8.000, la financiación de su campaña por parte del Cartel de Cali, y también porque se le atribuyó gran parte de la responsabilidad por la muerte del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado.  El país se volcó para evitar que su principal aliado, Horacio Serpa, fuera elegido Presidente.

3) Para 2006, la mayoría del país se enfrentó frente al hoy odiado Álvaro Uribe, y Carlos Gaviria Díaz, reconocido jurista, político y profesor universitario.  Uribe fue reelegido y se sigió apostando por la derrota militar.

4) Para 2010, se enfrentó Juan Manuel Santos con Antanas Mockus.  Santos era el continuador (así fue que se planteó su campaña) de Álvaro Uribe.  Su campaña fue apoyada y potenciada por la derecha.

5) Toda vez que Santos dio un giró de 180% frente a lo que hubiese sido su postura política en 2010, en 2010 él fue quien representaba el voto de centro izquierda y logrando reunir la mayoría de fuerzas políticas del país, logró derrotar a Oscar Iván Zuluaga, el candidato de la derecha.  En este caso, la izquierda no tuvo una votación significativa.

¿Qué explica entonces, que desde 1994, año en el que el candidato de centro izquierda (Samper) venciera a Andrés Pastrana, representante de la centro derecha, todas las votaciones posteriores hasta la de 2014, siempre ganaran los candidatos de la derecha? Por supuesto, la respuesta no es tan sencilla como decir que Colombia siempre ha sido un país de derecha, pero sí es claro que había algo que llevaba a que la gran mayoría de personas votaran en ese sentido.  Pienso que ese algo, es la formacion educativa.


Imagen tomada de: The Bosch´s Blog

En Colombia, desde hace varios años se ha venido viendo que la formación de los jóvenes se da a partir de premisas dintintas a las de los jóvenes de hace 20 años. Para hacerse una idea de lo que me refiero, tengan en cuenta los cambios en los siguientes puntos:

* En 1998, todo aborto era delito.  En 2018 sigue siéndolo, con algunas excepciones, pero en muchos países se está dando una legalización total del aborto.

* En 1998, no había discusión alguna que la droga era mala, y por lo tanto debía perseguirse al productor, al comerciante y al consumidor.  Actualmente, existe una fuerte tensión entre quienes consideran que la lucha contra la droga se perdió y lo que conviene es legalizarla para frenar las mafias encargadas de su producción y comercialización.  Cabe resaltar que en muchos países, ya hay legalización total o parcial.

* En 1998, no había duda que la familia era compuesta por un hombre y una mujer.  En 2018, la postura jurídica sobre el particular ha variado significativamente hasta el punto de que las personas de otras tendencias sexuales tengan muchos más derechos reconocidos.

* En 1998 se creó una Corte Penal Internacional, experiencia que siguió la de los tribunales penales internacionales de la antigua Yugoslavia y Ruanda de los 90s.  El mundo no toleraría que los regímenes  (orden establecido) pudieren atentar contra sus propios ciudadanos.  En Colombia, se vino a ratificar esto a partir del año 2002.

* En 1998, el Protocolo de Kioto estaba recién negociado y no había entrado en vigor, y por lo tanto todos los instrumentos posteriores tendientes a la protección y preservación del medio ambiente no existían.  El hecho de que la especie humana tuviere que considerar su extinción si no frenaba la depredación de los recursos natuales parecía "imposible".  Hoy es una realidad.

* Muchos de los jóvenes de 1998 tuvimos que vivir un modelo de corrección, educación y autoridad paterna que permitía y a veces fomentaba el castigo físico a niños.  Actualmente lo que era visto como un deber de los padres de corregir así, hoy en día es una prohibición expresa.  Ningún joven debe ser corregido pues prevalecen sus derechos fundamentales sobre cualquier tipo de modelo educativo que se quiera impartir.

Este tipo de ejercicios, permiten mostrar que algo ha cambiado drásticamente.  La educación que recibimos los jóvenes de esa generación es muy distinta de la que reciben los jóvenes en la actualidad.  Nosotros "los viejos" nos educamos y estructuramos en una estructura ideológica preponderantemente conservadora.  Ello, por supuesto, no quiere decir que la mayoría de personas fueran de pensamiento político conservador, sin embargo, el contexto ideológico que regía nuestra formación, sí estaba estructurado sobre un modelo conservador.

Hoy, los jóvenes se forman bajo una estructura mental distinta, y ello se nota.  Si se revisa con cuidado, los principales defensores de este tipo de valores suelen provenir actualmente de muchos centros de pensamiento que otrora parecían defensores principales del modelo político tradicional.  Ello quiere decir entonces, que ya no son necesariamente los jóvenes los impulsores de este tipo de pensamientos, sino que los profesores de las principales universidades cada vez se sintonizan más con esta forma de pensar.

Esto necesariamente quiere decir que quizá sin que muchos se hayan percatado de ello, una de las fuentes de poder social, como son las universidades, están sintonizadas cada vez más con modelos liberales progresistas con visión pro-derechos más que pro-deberes.  En otras palabras, las universidades están moviéndose de un espectro derecha a centro izquierda.  Por ello, se puede entender por qué tanto académico "no tan viejo" esté plenamente sintonizado con propuestas educativas que se alinean más con esa forma de pensar.  Los académicos "más viejos" suelen seguir sintonizados con muchas ideas que los jóvenes consideran anticuadas.

Quizá la votación obtenida por ambos candidatos permite ver qué tanto ha cambiado y qué tanto no.  Existen muchos ideales que vienen ligados a experiencia económica y financiera, vida laboral, concepciones éticas, entre otros.  Este ejericio tan solo buscaba plantear mi visión acerca de cómo la mayoría de académicos han venido dando un giro perceptible hacia la izquierda del espectro político.  Si mi hipótesis es correcta, entre más tiempo pase, más se logrará percibir el terreno ganado por los ciudadanos con este tipo de percepciones políticas.

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