viernes, 7 de diciembre de 2018

Diatriba contra Carolina Sanín

Es innegable que hay personas que generan incomodidad y hasta fastidio; personas a las cuales no nos soportamos, por la razón más poderosa, o la más ridícula.  Algunas de estas personas son populares por el nivel de incomodidad o fastidio generalizado que generan. Esto ocurre, por ejemplo con personas a nivel local como Ernesto Samper Pizano, expresidente colombiano al que casi nadie quiere, y cuya sola presencia en cualquier lado fastidia a la mayoría de presentes.  Lo mismo se puede predicar de personas como Fernando Vallejo (el escritor) que va "trapeando el piso" con todo lo que se atraviesa a su paso.


Imagen tomada de: www.fucsia.co

En mi caso, el peldaño superior de mi podio lo ocupa la filósofa, Doctora en literatura, columnista, y profesora Carolina Sanín.  Lo que he leído en uno de los resúmes biográficos que aparecen en Internet, pero no indagué demasiado sobre su hoja de vida, porque no es eso lo que me interesa resaltar de ella.  Creo que en ese recuento biográfico han dejado de lado su rol más importante en la sociedad: indignada profesional.  Esto es lo que hace este tipo de personas, y parece ser que en el caso de ella es su ocupación principal.  Sin embargo, en un mundo globalizado como el de hoy, esta tipología de personas han ido ganando terreno, porque discutir argumentativamente con ellas es virtualmente imposible.

Para la muestra, y entrando en materia, los invito a que revisen una muestra de lo que es "debatir" con Carolina Sanín (ver video). Mi parte favorita es a partir del minuto 27 del video, en donde no se le puede decir Carolina, no se le puede interrumpir, y de entrada asume que un hombre se siente incómodo debatiendo con una mujer.  Disfrútenlo ustedes mismos...


Discutir con un(a) indignado(a) profesional resulta complicado, en la medida en que tienen un arma poderosa: su punto de partida para cualquier tipo de opinión o argumento es alguna forma de opresión (real o imaginaria) frente a algún tipo de grupo minoritario.  De tal forma, están los que parten de la opresión contra la mujer, contra los negros, los indígenas, la comunidad LGBTI, los discapacitados, etc.  No está mal que se defienda a una de estas comunidades.  Lo que está mal, y es lo que la Dra. Carolina Sanín hace muy bien, son las siguientes dos cosas:

1) Presumir que su interlocutor es de alguna manera partidario, simpatizante o activista de la opresion contra el grupo que se pretende defender.

Para ejemplo este caso, veamos a la Dra. Sanín defendiendo a un grupo de futbolistas, del "ataque" del periodista Antonio Casale.




Increíblemente, el señor Casale se disculpó por su comentario...  Increíble.

¿Por qué debería disculparse?  La filósofa Sanín sabe que en el mundo del lenguaje, existen distintos usos del lenguaje, y pretender atribuirle al término de "niña" un uso descriptivo y exegético (es decir el de un ser humano del sexo femenino que no supera los 12 años de edad) denota ingenuidad o mala fe.  No creo que una mujer con su currículum y con el florido vocabulario que verán a continuación, sea ingenua.  Veamos esta joya del ayer:



Me atrevo a decir que es mala fe.  Basta revisar cualquier reinado de belleza en Colombia, para darse cuenta que el término niña es una manera amable de referirse a mujeres jóvenes.  Es un uso del lenguaje, no es un ataque sistemático y opresor contra las mujeres jóvenes.  Es más, quienes mayoritariamente utilizan ese término son las mismas mujeres.  Así como también se suele utilizar el término "vieja" para referirse a esas mismas "niñas", pero en otro contexto.  Y no... no es una confabulación del cosmos en contra de las mujeres, son simples usos del lenguaje.  Si no me cree a mí, que lea a Wittgenstein, o que le pregunte a la RAE si existen esos usos del lenguaje, o si por el contrario decir esto también es una agresión de mi parte.


2) Agredir a diestra y siniestra, porque se trata de una minoría que se defiende.

Establecido que para la Doctora Carolina Sanín, cualquier cosa puede ser un comentario agresivo o peyorativo, ella, en ejercicio de una legítima defensa, puede agredir como a bien le parezca.  Ya hemos visto que un "profesorcita" se merece (en su sentir) una invitación a una inserción anal.  También hay otros casos documentados que invitan a otro tipo de relaciones sexuales consensuadas con miembros de la comunidad LGBTI.  Veamos:


Hermoso...  Aunque ahora que lo pienso, me pregunto si su referencia al travesti puede ser leída como un tratamiento diferencial.

Carolina Sanín es todo lo que no necesitamos en este país: Alguien que ha estudiado mucho, que cree ser la poseedora de LA VERDAD, y que no aporta nada distinto a terror a las discusiones en las que interviene.  Una persona así se convierte en alguien indeseable en el mundo real, y en una superestrella en el mundo virtual.  Parecería que eso suena como algo malo, pero quizá no.  Hay personas que sueñan con la fama virtual porque es mejor ser "alguien" en la nube y evitarse los pesares de tener que socializar en la vida real.  En el caso de la Dra. Sanín, le va bien en ambos mundos, pero ello no quiere decir que sea una persona decente.  Tendrá todos los títulos y honores que quiera, pero siempre ha sido opinión de esta Gaviota, que mi mayor respeto se lo merecen las grandes personas antes que los grandes profesionales.  Y lamentablemente ella no clasifica en el primero de los grupos.

Mi sincera simpatía para las personas que tienen que soportar sus ataques sin sentido.  A algunos les fascina tanto el periodismo punzante (es decir, el agresivo) como la opinión mordaz (es decir, corrosiva pero ingeniosa), y por lo tanto, ella seguirá estando allí, inventando enemigos y ajusticiándolos con su lengua o con su pluma.  Al igual que en Roma habían muchos que se divertían viendo a leones comerse a seres humanos, también aquí hay mucho espectador a la espera de su ingenio.

No soy uno de ellos.

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Artículo relacionado con el comentarios de Facebook, disponible en: https://www.semana.com/educacion/articulo/despido-de-carolina-sanin/509627


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