sábado, 6 de septiembre de 2008

El Monopoly norteamericano II

Se están lanzando los dados. Las fichas cambiaron y ya no estamos haciendo referencia al zapato y al carro, recorriendo las calles norteamericanas. Por el contrario, hacemos referencia a un burro y a un elefante. Ambos muy patriotas, pero ambos con ganas de adueñarse del tablero. Para quienes no leyeron “El Monopoly norteamericano”, los contextualizo. Gaviota hace referencia a la campaña presidencial norteamericana, que parece ser más un juego de Monopoly (o Monopolio) que una simple agenda por darle el conocer el programa presidencial al pueblo americano. En ese momento, analizamos la superficialidad con que se analiza el tema en Colombia, y en ciertos puntos específicos, nos referimos al discurso de aceptación de la candidatura demócrata por parte de Barack Obama.

Eso fue hace algunos días, cuando el primero en lanzar los dados fue Obama, quien está jugando con el burro. En estos momentos, el equino se encuentra con su vista puesta en Ohio, Pennsylvania y Florida, que se encuentran al final del tablero. Sin embargo, a diferencia de los colombianos, que nunca vemos los “elefantes” que se nos van presentando periódicamente, el burro sabe que el camino es largo y es importante conquistar el mapa Estado por Estado. Para efectos de entender un poco a lo que me refiero, recomiendo que visiten la página http://www.270towin.com/ donde van a ver este bonito panorama. Eso sí, advertencia: a diferencia de lo que ocurre en Colombia, los rojos son los conservadores (republicanos) y los azules son los liberales (demócratas).

Sin embargo, McCain contó con una ventaja y una desventaja. Ambas resultan importantes. En primer lugar, la desventaja: La convención republicana era después de la convención demócrata, por lo que el discurso que diera McCain sería medido por aquel que diera Obama días antes. Esto, implica un problema importante para el señor del elefante, porque es verdad sabida que el burro es mucho más carismático que el elefante. Al menos eso dicen los medios de comunicación, y en ese sentido –por fin uno!– Gaviota está de acuerdo. Obama sería medido por el contenido de su discurso, y McCain sería medido por su discurso y por el de Obama, lo que resulta problemático.

La ventaja: McCain contó con tiempo suficiente para preparar un discurso fuerte que se aprovechara de los vacíos que dejó Obama, que pudiera enfatizar las contradicciones o incoherencias de los demócratas, y demostrar entonces por qué su programa es más conveniente y mucho más viable. Adicionalmente, tuvo la posibilidad de reforzar aquellos puntos en que su programa es más fuerte que el de Obama y sacarlo a la luz pública.

Pues bien, el pasado jueves le llegó la hora de jugar a nuestro amigo el elefante. Cogió los dados McCain y puso a andar su ficha. Sin embargo, parece ser que mientras él vio salir un 6-6, los demás vieron un 4-3. A eso, debemos sumarle que esta semana el elefante ha sido criticado inmensamente por la elección de su fórmula vicepresidencial. La pelea ya ha adquirido los previsibles tonos personalistas y en ese sentido, parece ser que va a perdurar este tono durante un buen rato, e incluso se irá acentuando a medida que vayan finalizando las campañas. Como resultado de todo esto, a McCain le regalaron una tarjeta de “váyase directamente a la cárcel”, incluso antes de haber iniciado formalmente la campaña. Obviamente, la desventaja se ha ido acrecentando y de no lograr salir de allí rápidamente, puede darse por perdido.

Más allá del análisis resultadista, conviene referirnos un poco al contenido mismo del discurso, para efectos de vislumbrar qué impacto puede tener para Colombia. Recordemos que desde hace bastantes semanas se ha dicho en el país que le tenemos que jugar al elefante y no al burro, porque el primero nos va a aprobar el TLC cuando pase por salida. Sin embargo, poco o nada se refirió McCain a Latinoamérica, y si lo hizo, fue de manera genérica. Básicamente, argumento que existen países a los que Estados Unidos les brinda importantes recursos en dinero, y que al parecer “no quieren mucho” a los Estados Unidos. Su propuesta: dejar de invertir en esos países. No dijo, con posterioridad a eso, que reinvertiría en los países que sí los quieren, aunque puede ser objeto de una asunción que no parece demasiado reforzada. Visto desde este punto de vista, nos convendría la estrategia anunciada.

Otro punto importante que destacó en su discurso, es que continuaría con la política en medio oriente. De hecho, señaló que preferiría perder las elecciones a perder una guerra, y dejar que las vidas de norteamericanos cobradas en esas guerras carecieran de significado. Al parecer, esta idea no es popular, cuestión que aceptó cuando dijo que él en su vida política había adoptado las posiciones que debían ser adoptadas, a pesar de que no fueran muy populares. Tampoco sería muy popular, agradecer a George W. Bush por su importante gestión en la Casa Blanca, aunque era obvio que como candidato republicano, debía en cierta forma respaldar la gestión de otro republicano. Sin embargo, este saludo al Presidente fue breve y no se volvió a referir a él. No obstante, parece ser que desde ese punto de vista, al elefante le va a tocar correr con tres pies.

Gran parte del discurso se refirió al tema de liderazgo, visto desde el punto de vista de la educación, de la economía y del desempleo. En desarrollo de cada tema, dejó ver que su posición sería absolutamente firme en el sentido de la necesidad de intervención del Estado en estos asuntos, criticando de paso a Obama por supuestamente querer delegar asuntos importantes a sindicatos o a burócratas. Entre cada uno de los temas, aprovechó para mostrar cómo su hoja de vida habla por sí sola en materia de liderazgo, y recordó anécdotas de su vida que constatan su firmeza de carácter. En este punto, parece evidente que no se discute su liderazgo ni su firmeza, como sí ocurre con Obama a quien se le ha criticado posiciones ambivalentes en ciertas políticas que plantea.

Existe un punto en común en el tono de ambos discursos, enfocados primariamente a la resurrección del estilo de vida norteamericano, aunque desde dos ópticas diferentes. Con McCain, queda claro que quiere recuperar el liderazgo norteamericano, invitando al pueblo a que “luche” con él para lograr los objetivos que requiere el pueblo americano, pero dejando claro que el Estado será agente activo en la consecución de ese objetivo.

En consecuencia, poco o nada se puede extractar de las implicaciones de Colombia en su discurso, aunque no se puede perder de vista que McCain vino directamente a ofrecer su apoyo a Colombia, en visita realizada hace poco tiempo. En consecuencia, parece ser que la posición del paquidermo es seguir contando con Colombia como su principal aliado en esta zona del hemisferio, aunque no se tenga mayor claridad al respecto. Mientras tanto, el tablero sigue adquiriendo colores, y si bien el mapa se ve más rojo que azul, el burro se está concentrando en adquirir las propiedades que generan más rentabilidad para empezar a construir sus casas y hoteles, que a su vez le podrán dar el capital político suficiente para seguir coloreando el mapa de azul. El elefante, deberá encontrar la forma de poner en funcionamiento su cuarta pata, para poder así empezar a acaparar espacio y responder a la ofensiva iniciada por el burro.

Puede haber crisis hipotecaria en Estados Unidos, pero ninguno de los jugadores de esta versión de Monopoly 2008 quiere dejar pasar la oportunidad de comprar para empezar a construir con rapidez, mientras intenta “quebrar” al oponente para cambiar un poco los colores del tablero como los conocemos hoy. Mientras tanto, en Colombia seguirmos preocupándonos por si el esposo de Palin fue arrestado por tomar cerveza o Whisky. De no empezar a medir las consecuencias de las campañas, podremos recibir de regalo una tarjeta que nos obligue a retroceder tres espacios, o a perder el tuno.

** (Imágenes tomadas de www.iowaaflcio.org/news_07_03.htm) **

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