Hoy tomo prestado el nombre de la columna que habitualmente escribe el periodista deportivo Hernán Peláez en el diario El Espectador. No me gusta andar tomando ideas de los demás, pero en este caso realmente no encontré un mejor nombre para darle al ingreso de hoy. Desde que uno se vuelve blawger, le llega cierta paranoia relacionada con el tema de derechos de autor, y más aún desde que conocemos lo que está ocurriendo en España con el tema de derechos de autor y los blogs. Esperemos que el profesor Peláez sepa perdonar el uso que le doy y no solicite que me cierren la página. Ante todo, que no lo haga ante Baltasar Garzón, pues a él le encanta que España juzgue todo lo que no ocurre en España.
Dicho lo anterior, comenzaré a hacer referencia a lo que realmente vi. Me refiero en específico al debate televisado de hace unos días protagonizado por los principales candidatos presidenciales. Como ya he mencionado antes aquí, mi voto está cantado (desde hace mucho tiempo) por Germán Vargas Lleras. Sin embargo, no estoy exento de reconsiderar la idea si llego a encontrar que hay alguien que llena mis expectativas más y mejor que él. Esa es la función de los debates.
En primer lugar, debo ser claro en que lo que más me gusta de los debates es el enfrentamiento de ideas. En este caso, eso no se dio. Mejor dicho, fue un debate sin debate. Por eso, aquello del “Primer Gran Debate” es parcialmente cierto. Lo de ‘primer’ es cierto, lo de ‘gran’ es más o menos cierto, y lo de ‘debate’ es falso. Si no es así, entonces convendría que me mostraran qué respondió Juan Manuel Santos cuando Gustavo Petro insinuó que el podía saber si lo habían ‘chuzado’ en el pasado. Tal vez perdí la señal cuando respondían.
Más allá del problema metodológico, hay que admitir que hubo pedazos del ‘debate’ muy interesantes. Particularmente me gustó la primera tanda de preguntas, preguntas dirigidas de manera específica a cada candidato, que buscaban poner en aprietos a los candidatos. Me gustó también la tanda de preguntas cortas, pues con ella se pudo mostrar qué tanto tienen que preparar las respuestas y las palabras cada uno de los candidatos. Algunos, por la premura, cometieron errores. Me gustó por eso, aunque en general, el contenido de esta tanda de preguntas me pareció irrelevante.
En cuanto al resultado del debate, considero que el gran ganador fue Gustavo Petro, y la gran perdedora fue Noemí Sanín. Mejoró Fajardo y empeoró Mockus. Vargas Lleras y Santos estuvieron bien, en términos generales, y Pardo perdió algunos puntos, aunque en general pasó la prueba. Como siempre intento dar las razones que motivan mis opiniones, a continuación las resumo, candidato por candidato. Lo haré, según el orden en que se sentaron en el set de televisión.
Juan Manuel Santos (Partido de la U)
Tuvo muy buen arranque. Debo admitir que, en términos generales, le correspondieron las preguntas más difíciles, porque sobre él recayó mucha responsabilidad política por los falsos positivos, por las chuzadas del DAS, y por parte de los líos con Chávez y con Correa. Debía ser muy fino en sus respuestas para no dar pie a ser contraatacado.
Pros: Definitivamente es una persona inteligente y preparada. Sacó a relucir sus gestiones como Ministro, y es confiado y coherente a la hora de contestar. Se notó la serenidad de confiar en sí mismo.
Contras: Es evasivo frente a temas que no le convienen. Ha sido contradictorio frente al tema del apoyo del partido PIN, aunque su respuesta en el debate fue clara al respecto. Su campaña gira en torno a Uribe, y no a su propia gestión.
Para destacar: La pregunta que le formuló a Noemí Sanín. Un muy buen ataque, del que la candidata azul no supo defenderse con decoro.
Noemí Sanín (Partido Conservador)
Considero que fue desastrosa su presentación. Intentó mostrarse como la continuadora de la seguridad democrática, y en 2 de cada 3 preguntas así lo decía. Fue absolutamente evidente que su intención es conquistar el voto uribista y quitárselo a Santos, pero para ello se mostró obviamente seguidora y fanática del Presidente Uribe. Eso resulta sospechoso, cuando menos, si se tiene en cuenta que ella ha formado parte de gobiernos absolutamente disímiles, y a todos los ha defendido con igual ímpetu. Evadió preguntas directas, y eso es mortal para un candidato.
Pros: Es carismática, y hábil a la hora de intentar desviar la atención. No deja notar sus inseguridades, y como buena paisa, tiene cierta facilidad para el manejo de auditorios. Intentar justificar su pluripartidismo como función de Estado, era una propuetas interesante al principio.
Contras: De todos los candidatos que estaban presentes, era la que mejor credenciales podía mostrar en el manejo de relaciones exteriores. No aprovechó esto a su favor, existiendo tres preguntas. Siempre inició sus respuestas con frases contundentes pero a la hora de desarrollar sus ideas, se quedó en nada.
Para destacar: El harakiri de Noemí Sanín, al intentar venderle a Mockus la idea de que el partido conservador y su forma de pensar son muy parecidas. Pésima elección.
Antanas Mockus (Partido Verde)
Contrario a lo que piensan otras personas con las que he conversado al respecto, considero que Mockus ha sabido entrar en el juego político, aunque no se valga de los usuales clichés para ello. Sigue mostrándose como una fuerza independiente, y eso será muy útil para él. Posee serias debilidades a la hora de aterrizar sus ideas en programas específicos. Para una contienda electoral, parte del electorado se fija en los programas de campaña, que implican la estructuración de ideas, con objetivos y metodologías. A Mockus le falta estructurar esto último, y deberá iniciar rápido.
Pros: No evadió una sola pregunta, aunque no siempre terminó respondiendo exactamente lo que le preguntaban. Quedo claro que todos los candidatos le reconocen su gran manejo en temas de pedagogía y obtención de consensos.
Contras: No es del todo claro donde está su capacidad de proyección de programas. Sus ideas son buenas, pero demasiado teóricas, y eso genera desconfianza. No es lo mismo manejar Bogotá que manejar a todo el país.
Para destacar: Mockus está vendiendo una noción programática de partido, lo que resulta muy valioso teniendo en cuenta la juventud del partido, pero reafirmando la concepción que el triunfo del partido en las parlamentarias puede ser cosecha de partido, y no de personas.
Gustavo Petro (Polo Democrático Alternativo)
Gustavo Petro ha demostrado que es una persona que está asumiendo la carrera por la presidencia con absoluta seriedad. A diferencia de lo que se ha visto respecto de otros candidatos, es claro que Petro a decidido asumir el reto, con Carlos Gaviria o sin él, con las adversidades de la alcaldía de Samuel Moreno o sin ellas. Es muy diciente, respecto de la disciplina de Petro, que no hubo una sola respuesta suya en la que se pasara del tiempo establecido para contestar, o que no hubiera quedado claro qué fue lo que quiso decir.
Pros: Es absolutamente claro en su posturas, y es aún más claro a la hora de transmitir sus ideas. Esa claridad de la que se sirvió como parlamentario, está siendo aprovechada para transmitir ideas contundentes. Posee un proyecto social definido. Su respuesta sobre la posibilidad de que su hijo fuera condenado por uso de narcóticos, fue excelente.
Contras: Para una visión opositora como la que represente él, siempre resulta más fácil realizar comparaciones con el gobierno del cual es opositor. Muchos conocen lo que él no representa, pero pocos pueden realmente saber qué es lo que sí representa. Debe enfocarse mucho en sus propias propuestas y no tanto en las que representan los seguidores de Uribe para atacarlas.
Para destacar: Desde el punto de vista jurídico, considero que el buen manejo de los conceptos de igualdad, equidad y justicia permiten una visión alternativa a considerar que Colombia requiere únicamente seguridad.
Germán Vargas Lleras (Cambio Radical)
Germán Vargas Lleras, junto con Juan Manuel Santos, hablar como líderes. Su carácter es el de aquellas personas capaces de liderar, y eso es importante reconocerlo. Viene de un golpe fuerte en las elecciones parlamentarias, en donde Cambio Radical perdió posicionamiento en el Congreso. Eso es importante cuando se ha lanzado una campaña de partido, como la de él. Mucho lo ven como continuación de Uribe, y muchos otros lo ven como oposición de Uribe. Uno de sus objetivos es aclararle ese panorama al electorado, pues por apasionamientos como ese, ha dejado de ganar intención de voto.
Pros: Defendió muy bien la supuesta ‘muerte política’ del partido, dando cifras sobre el nivel de representación de Cambio Radical a nivel país. Dejó claro en el debate, que tiene programas claramente definidos. Fue capaz de indicar por qué no es un continuador de Uribe, pero también por que no es opositor de Uribe. Nadie, a diferencia de él, habló del manejo de fronteras.
Contras: A diferencia de lo que hizo Santos con Noemí, desperdició la oportunidad de hacer una pregunta complicada a Pardo. Fue una especie de coqueteo al liberalismo, y una vitrina de sus programas, y eso no fue serio. Hubo al menos 3 o 4 preguntas en las que se le pasó el tiempo para responder, y no redondeaba sus ideas.
Para destacar: Siendo partidario de los gobiernos de Uribe, ha sido capaz de identificar y reconocer las graves fallas en materia social, y ha mostrado propuestas serias al respecto. Su visión de la administración de justicia es bien interesante.
Rafael Pardo (Partido Liberal)
A diferencia con lo mencionado atrás respecto de Santos y Vargas sobre su carisma de líderes, Rafael Pardo ha carecido de esto último. Ni siquiera los comerciales en los que debe figurar como poderoso candidato, han logrado mostrar esto. No obstante lo anterior, nadie pone en duda que este es un candidato serio, y capaz. El debate mostró a Pardo un poco nervioso e impreciso a la hora de hilar ideas, aunque en términos generales se defendió bien.
Pros: Sacó a relucir su experiencia pública en los momentos indicados. Logró mostrarse como una gran alternativa en materia de normalización de relaciones internacionales, particularmente con Venezuela. Su mensaje final fue contundente, y siempre es importante un buen cierre de debate.
Contras: Sus explicaciones sobre la importante figuración de familiares de parapolíticos (Arleth Casado) en las votaciones al Congreso. La respuesta que le dio a Vargas Lleras sobre estar en la era digital, cuando este último ha sido premiado con la mejor página de política en la web. Sigue mostrando ausencia de carisma.
Para destacar: En una apuesta muy arriesgada, se la jugó por plantear la legalización de la droga como una forma de acabar la lucha contra el narcotráfico, así como la había planteado el liberalismo anteriormente en el gobierno de Samper.
Sergio Fajardo (Compromiso Ciudadano)
Sergio Fajardo siempre había pasado como un individuo que agradaba mucho, pero al que no se le conocían ideas concretas sobre qué pensaba hacer. Se sabía que quería replicar parte de su gestión en Medellín como su modelo de gestión para el país. También se sabía que pensaba gobernar con valores y fortaleciendo educación, pero no era claro qué pensaba sobre aspectos concretos de la vida pública. El ‘debate’ le permitió dar a conocer estos puntos, y definir si Fajardo era un candidato de verdad, o una simple figura pública con altos niveles de aceptación.
Pros: El manejo sobre las preguntas que relacionaban el éxito de su gestión con los grupos paramilitares. Fueron respuestas buenas. Se mostró tranquilo y preciso a la hora de responder, y tuvo un muy buen manejo del tiempo. Sacó a mostrar la importancia de su candidato vicepresidencial en momentos oportunos.
Contras: Sus reacciones frente a la derrota en las elecciones parlamentarias muestran un poco de soberbia y falta de capacidad de reacción. Le ha costado intención de voto y no logró revertir la situación en el debate.
Para destacar: De todos los candidatos, Fajardo tocó un tema vital como es la trascendencia de la corrupción en materia de finanzas públicas y crecimiento económico. Al hacerlo, dio fuerza a sus argumentos sobre su eventual gestión.
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