El domingo llega la segunda vuelta de elecciones en Colombia. La noticia más importante es que las generaciones más jóvenes en Colombia podrán finalmente mencionar que al menos han tenido que vivir bajo el mando de dos Presidentes. Eso es muy bueno. Tan bueno es, que el Gobierno actual, luego de saber que no podría continuar en el poder, se decidió a gobernar, cuestión que no había realizado desde hace varios años.
Al estudiar estos ocho años de Uribe, me encuentro con que los primeros 3 años fueron de gobierno, trayendo consigo las ventajas que el candidato Santos ha querido estirar a los otros 5 años. El año 4 del gobierno de Uribe, fue dedicado a ‘negociar’ (en el buen sentido de la palabra, o en el mal sentido de la misma, según decida el lector creerlo) la primera reelección de Álvaro Uribe Vélez. El año 5, es decir, el primer año de Uribe II, se trató de un interesante módulo defensivo del Gobierno, atacando a Yidis, Teodolindo y a cualquier tercero que pudiera siquiera osar pensar que Uribe y su ‘combo’ no es casto, es decir, que no aplazó el gustico.
Los años 6 y 7 (o 2 y 3 de Uribe II) podrían ser catalogadas como una interesante receta montañera titulada “La zona franca”. Para efectos ilustrativos, un somero repaso a la receta:
1) Un delicioso estofado de ‘chuzadas’.
2) ‘Pirámides’ de papa en forma de laminas o monedas que se encuentran adheridas entre sí por una aparente textura de adobe (que dennota solidez pero que resulta más frágil de lo imaginado) pero que es realmente un poco de almidón humedecido.
3) Una exquisita selección de verduras ‘asalteadas’ que el chef ha bautizado como “El Erario”.
4) Como postre, se acompaña la selección anterior de un delicioso y estéticamente hermoso postre llamado “El escaque”, que consiste de un delicioso esponjado en forma de tablero de ajedrez, dominado por piezas blancas, que es sometido a un proceso de flambeado, generando una sensación de ‘falsedad’. Esta sensación se materializa cuando al apagarse el flambeado, predominan las piezas negras, dejando al rey en ‘jaque’. Sin duda, toda una sensación el postre.
Entre jaques, falsos positivos, chuzadas y cazarrecompensas, finaliza el año 7, con un crescendo de clientelismo y traiciones entre políticos, realmente asombroso. El año 7 no sería recordado en años futuros como el año del tigre o del gallo, sino como el año del ‘avión’ Entra el año 8, el año de las elecciones, o por muchos conocidos como el año del ‘oso’, año en el que se vio toda clase de bellezas políticas.
Pensaría que el año 8 de Uribe podría ser estudiado en muchos países bajo el formato de un seminario de ciencia política. No hay nada más apasionante que observar en primerísimo plano a un individuo que le gustaba el amarillo, decir que es azul, y a otro que era azul, decir que ahora es negro. Más aún, encontraremos ejemplares que se muestran como el ‘deber ser’ de sus nuevos movimientos. Podríamos utilizar los ejemplos de Rodrigo Rivera, Roy Barreras y Noemí Sanín (para respetar la ley de cuotas). El año en que nos dimos cuenta que el año del ‘avión’ encontraría sus objetivos realizados en el año del ‘oso’. Efectivamente, el avión hizo el oso. Referendos mal hechos, intervención ilegítima en política, y el descubrimiento que las chuzadas vinculaban al gran titiritero a su obra, aunque la gente siga creyendo que los títeres se mueven por sí mismos. El año en que alias ‘el asesor’, se convirtió en el ‘nuevo hombre que nos pone a pensar’.
No debo ser injusto. Realmente, se ha tratado solo de 2/3 del año 8. El otro tercio del año, el Gobierno realmente optó por gobernar. Camaleones, TLC´s con Europa (y otros) y la presentación del proyecto de ley para escindir el Ministerio del Interior y el Ministerio de Justicia, demuestran que realmente no todos eran tan ineptos como todos suponíamos. Otros sí lograron demostrar que ni siquiera cuando el tema es ‘en serio’, logran dejar de robarnos un par de carcajadas a diario.
Me alegraba, en parte, haber vivido estos ocho años, porque le permiten a todo joven ‘prospecto’ de ciudadano, evidenciar que en política se puede ver lo peor y lo mejor en una misma persona, y que lo importante es saber detectar esas ‘fallas en el matrix’ a tiempo. Pensaba en mis ‘conciudadanitos’ tomando nota de lo nefasto, lo malo, lo bueno y lo genial del gobierno Uribe. Me imaginaba a los colombianos jóvenes tomando posturas y discutiendo. Luego de ver las votaciones en primera vuelta, estupefacto padecí de un sudor frío acompañado de escalofríos y náuseas. Tras recuperarme de la ‘pálida’, recordé que en efecto padecíamos de otro problema de fondo, y es que no hay educación decente en la actualidad.
En consecuencia, gran parte de mis pequeños ‘conciudadanitos’ son de aquellos que sostienen conversaciones en las que el 85% de los individuos son homosexuales, el 35% por de aquellos son mujeres ancianas, y todos aparentemente son paisas y ven películas todo el día todos los días. No se sorprenderá el turista incauto que llegue a Bogotá y escuche conversaciones como las que siguen:
-“Quiubo marica”.
-“Quiubo guhuón”.
-“Parce, esto está muy paila marica”.
-“¿Por qué parce?”
-“Porque esa vieja anda en un video muy raro, guhuón”.
-“Uyy parce, a lo bien.”
-“Muy boleta esa nena, ¿sí me entiende?”
-“Marica, eso lo pasa por imbécil, guhuón. Se dejó ver la cara, a lo bien”
Mientras que nosotros (los que envejecemos) esperamos dejarle un mundo mejor a los que vienen, al parecer, estos están en otro ‘video’. Por ello, no es sorprendente que en las elecciones, para muchos de ellos prime gritar arengas mockusianas, en vez de preocuparse por lo que implica votar por él o por Santos. Bueno, el día en que todos estos ‘maricas’ o ‘guhuones’ sean Doctores o Ingenieros, probablemente caerán en cuenta de lo importante que ha sido votar por uno o por otro, o ser uribista porque ‘ese man es un berraco’. Es allí donde querrán ir para atrás, y probablemente tendrán que conformarse con la esperanza que los ‘maricas’ y ‘guhuones’ que vienen detrás tal vez decidan fijarse en esta clase de cosas.
Por ahora, insisto, es bueno saber que habrá un nuevo Presidente.
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